“De lo único que me arrepiento es de no haber conocido antes el Perú porque me hubiera cambiado la vida”, reconoció Gianluca Lapadula en una entrevista con Gol Perú. La aventura del ítalo-peruano con la ‘Blanquirroja’ empezó un poco tarde. Siete años atrás, cuando Ricardo Gareca puso los ojos en el delantero, la oferta por vestir los colores patrios fue rechazada. Pero la historia dio un ‘plot twist’ necesario a finales del 2020. Con 30 años encima, ‘Lapagol’ decidió jugar por el país y ya nada podía frenarlo. Al inicio, había dudas sobre si su entrega sería total. Pero nada más lejos de la realidad. Resultó ser el más sacrificado de nuestra selección. Y eso no cambiará. Su deseo de jugar todos los partidos sigue latente. Incluso, esperó hasta el último momento para jugar esta noche contra Ecuador, pero lamentablemente no pudo entrar en la convocatoria. Su recuperación, ahora, es prioridad.
El 14 de noviembre del 2020 llegó el día de su estreno. Fue en el partido contra Chile en Santiago por las presentes Eliminatorias. No fue nada fácil. Lapadula entró en el segundo tiempo y jugó 30 minutos. No pudo evitar la derrota y la tristeza del equipo, pero se ganó un lugar importante en la delantera.
LEE TAMBIÉN: Gianluca Lapadula: la gravedad de su lesión y la promesa mundialista que le hizo a sus compañeros
Es así que, cuando Argentina vino a Lima a la siguiente semana, el delantero treintañero arrancó como titular. Fue entonces que nos dio bastantes señales de lo aguerrido y fuerte que es dentro del campo. No dio por perdido ningún balón y siempre intentó hacer algo diferente arriba, aunque la selección no la pasaba bien.
Ese día no le llegaron muchos pases a Lapadula y se generó un ambiente incómodo en nuestro entorno. Mucho se especuló de que no querían darle el balón. Pero eso fue totalmente falso. Hasta el ‘Bambino’ mismo lo desmintió y en su cuarto partido oficial con la selección pudo desatar su mejor nivel y alegría.
El oxígeno que no faltó en Quito
En Quito, su primera hazaña se cumplió. “No tengo problemas de jugar fútbol en la altura ni en ningún lado”, anunció con tranquilidad quien no conocía los más de 2.800 metros sobre el nivel del mar de la capital ecuatoriana. No había pavor de por medio. Todo lo contrario. Esto representó un desafío importante para él, pues en realidad nunca antes había jugado en la altura.
En aquel entonces, la selección peruana estaba en una enorme crisis de resultados. Un traspié más podía ser definitivo. Consciente de ello, Gianluca lo dejó todo en el campo. A falta de oxígeno en Quito, él nos permitió respirar. Fue la gran figura. Corrió por todo el campo, todo el tiempo que estuvo, y no daba muchas señales de estar exhausto.
Cuando ganar de visita a Ecuador volvía a lucir imposible para nosotros, Lapadula emergió como el salvador. No anotó los dos goles de la valiosa victoria peruana, pero ambos fueron obras suyas: asistió a Cueva luego de una gran jugada individual y asistió a Advíncula luego de una genial pared por la banda derecha.
Los abrazos, besos y el regocijo no faltaron ese día. ‘Lapagol’ nos mostró su lado cariñoso y despejó todas las dudas de un ambiente tenso dentro de la selección. Y, obviamente, no podía faltar la imagen de lo que significó ese encomiable esfuerzo en Quito. Sobre el césped, extenuado y feliz.
Los goles llegaron
En esos primeros cuatro partidos de Eliminatorias, Gianluca Lapadula no consiguió celebrar goles. Su momento aún no había llegado. Ya se había ganado a la hinchada peruana a base de su gran empeño en la cancha, pero aún no con goles. Justamente después, la Copa América le pintó perfecto al delantero para encontrar su versión goleadora con la selección.
En el torneo sudamericano, el ‘Bambino’ tuvo un rendimiento excepcional. Anotó cuatro goles y repartió una asistencia en siete partidos. De hecho, un gol y una asistencia corresponden al cotejo contra Ecuador por la fase de grupos, que terminó empatado 2-2. Sin duda, la ‘Tri’ es su rival favorito y este martes espera continuar siendo su mayor pesadilla.
Terminada la Copa América, a Lapadula le volvió a costar hacer goles. Tenía una espina clavada en las Eliminatorias, que logró quitársela en los duelos contra Bolivia en la goleada 3-0 y ante Venezuela en el triunfo por 2-1. Recientemente en Barranquilla, no logró seguir anotando, pero espera retornar al gol en Lima contra Ecuador. Eso sí, ya suma seis conquistas y tres asistencias en 18 partidos con la selección.
El inicio de los daños
Para Gianluca Lapadula, jugar con la selección es como ir a la guerra y dejar la vida por el país. Es por ello que está expuesto a los daños colaterales. Son varias las veces que termina golpeado, masacrado y ensangrentado. A pesar de todo ello, la sonrisa no se borra de su rostro.
Todo comenzó en los cuartos de final de la Copa América. Ante Paraguay, el ‘Bambino’ sufrió un duro golpe en la nariz en los primeros minutos. La sangre que salía de sus fosas nasales y el dolor no le importaron. Nuestro ‘9′ prefirió seguir jugando y se convirtió en el protagonista de la clasificación peruana a semis, dejando su firma estampada en el marcador (3-3) y luego en la tanda de penales.
De todas formas, su estado preocupó a todos los peruanos. Crecieron las dudas sobre la presencia del goleador en la semifinal contra Brasil. Pero para él era imposible ausentarse en un duelo de esa trascendencia. Entonces, apareció en Río de Janeiro con una peculiar máscara de héroe, una que usa hasta el día de hoy.
El resultado no fue el esperado ante Brasil, o quizás para muchos sí. La Copa América acabó para Perú con el cuarto lugar. Nada mal. Lo más valioso de ese certamen es que se ganó un nuevo ‘guerrero’ en la selección. Y ya no había vuelta atrás.
Sonrisa ensangrentada
La máscara no ha podido proteger a Lapadula de más daños. En Lima, ante Venezuela por Eliminatorias, el ‘Bambino’ volvió a padecer un duro golpe en el rostro, tras una brutal patada de Tomás Rincón. La preocupación se intensificó unos minutos mientras el delantero estaba tendido en el césped con gestos claros de dolor. Sin embargo, como ya nos acostumbró, Gianluca insistió en seguir y se quedó en el campo.
Aquel día el triunfo fue peruano (1-0). ‘Lapagol’, con los dientes quebrados, celebró la victoria en las redes sociales mostrando una sonrisa ensangrentada. “Arriba Perú carajo!”, fue su mensaje.
De todas formas, su presencia para el siguiente reto ante Brasil se puso en duda por el gran perjuicio en su dentadura. Sin embargo, la intención de Lapadula es jugar incluso con todos músculos molidos. Y así fue. El goleador jugó ante la ‘Canarinha’ con normalidad, tal y como lo había anunciado antes
Un sacrificio innegociable
“Llegué a Lima mucho más feo, ahora puedo decir que me he vuelto un chico muy lindo”, pronunció Lapadula entre risas en una conferencia de prensa. La frase, más allá de ser broma, resume los constantes golpes que recibe el delantero cada vez que juega por la selección. Y esto no tiene final.
Recientemente, en el duelo contra Colombia, el rostro de Lapadula volvió a ser dañado. En un córner, el ‘Bambino’ no pudo evitar ser golpeado -casualmente- por Rafael Santos Borré. Y, ante la sangre que comenzó a derramarse de su nariz, los médicos tuvieron que ingresar al campo para atenderlo.
Las alarmas se encendieron. Pero el dolor no opacó sus ganas de seguir jugando. Con una indumentaria sin manchas de sangre y con tapones en las fosas nasales, Lapadula volvió a la guerra en Barranquilla. No tuvo el desempeño deseado en los minutos restantes. Pero su entrega permaneció. Y eso es bastante importante.
La imagen después de la valiosa victoria de la ‘bicolor’ fue demasiado impactante. Lapadula acabó feliz, pero con el tabique completamente desviado. La gravedad es palpable. Y es por ello que otra vez su presencia en el duelo de este martes contra Ecuador se ha puesto en duda, pero no hay forma.
El ‘Bambino’ ya ha demostrado incontables veces que su amor por el país es más grande que su dolor. Y por eso su intención es estar en el juego contra la ‘Tri’. De hecho, la promesa que le ha hecho el delantero peruano a sus compañeros es que no se operará la nariz hasta que se concrete la clasificación al Mundial Qatar 2022.
Entonces, es casi seguro que Lapadula sea nuevamente la principal arma en la ofensiva de Perú en el partido venidero. A pesar de que su nariz no se vea nada bien, ni siquiera días después, él volverá a sacrificarse -a voluntad propia- para ayudar a conseguir los objetivos mundialistas del país. Su sacrificio es innegociable. Y ya quedó patentado.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Héctor Chumpitaz: “Christian Cueva me hace acordar a César Cueto, costará bastante su ausencia ante Ecuador” | ENTREVISTA
- Una “muralla” en defensa y un ataque “sin efectividad”: periodistas ecuatorianos analizan a su selección
- Perú con 23, 24 o 26 puntos: ¿Cómo clasifica la Blanquirroja en cada caso?
- Perú vs. Ecuador: Así juega Gonzalo Plata, el jugador que más daño le puede hacer a la Bicolor | ANÁLISIS
- Perú vs Ecuador: ¿Qué hizo Gareca cada vez que Christian Cueva estuvo ausente y cómo le fue?