Inmerso en una controversia que antes de serla debió resolverse entre cuatro paredes, Paolo Guerrero padece todas las consecuencias de una negociación fallida. Es en ese tránsito que el tiempo nuevamente se ha convertido en el rival más peligroso para el Depredador. Indispuesto para sumar minutos a nivel profesional con César Vallejo y obsesionado con postergar -una vez más- el declive natural de su etapa futbolística, con 40 años a cuestas, el goleador de la selección peruana se resiste a perder esa otra condición tan valorada por sus colegas como los títulos y el dinero: la vigencia.
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Y es esa insistencia, probablemente sin darse cuenta, la que pone en riesgo todo el prestigio sobre el que se erige su estatus de ídolo. Seamos sinceros: el hincha olvida rápido. Es ingrato. Y a estas alturas de una larga carrera deportiva, esto último debería entenderlo ya como una norma bíblica. El fútbol se mueve por pasiones y poco espacio deja para el análisis responsable y coherente entre los aficionados. Por eso, como dice el escritor mexicano Juan Villoro, los héroes en el fútbol no se construyen en las canchas, sino en lo que hacen cuando no juegan. De ahí el daño irreversible que generan los escándalos, los ampays y las apariciones en programas de espectáculo. Basta con ver a Christian Cueva o André Carrillo, dos de las figuras máximas en la reciente epopeya mundialista y que, apenas un par de años después, palpan en carne propia el hartazgo popular.
Pero mientras el círculo más íntimo de Guerrero se bate a duelo con los Acuña en un conflicto mediático al cual no le rehúyen ni las parejas sentimentales; desde la Videna ya hay signos de alarma y más de una interrogante sobre cuánto afectará la controversia al presente deportivo del atacante y sus implicancias ante una posible convocatoria a los duelos eliminatorios frente a las selecciones de Colombia y Ecuador en septiembre próximo.
El escenario es inaudito, ridículo y complejo. Que Paolo Guerrero se haya negado a ingresar al campo de juego ante Alianza Lima deja un precedente nunca antes visto en el fútbol peruano. El incidente, además, pone en evidencia deficiencias en las jerarquías por el lado de la gestión deportiva y expone un manejo informal para la resolución de conflictos. ¿Qué hacía Paolo en los trabajos de calentamiento si no iba a jugar? ¿Por qué el entrenador aceptó tener el banco a un jugador que no podía utilizar y si no estaba al tanto, quién es el responsable de no habérselo dicho? Peor aún, ¿cómo es que Guerrero acepta ir al banco pese a que no estaba dispuesto a jugar, en lo que bien puede significar una mentira planificada para el hincha?
Lozano como mediador
Mientras estas interrogantes se esclarecen, en la Videna esperan ansiosamente la vuelta del entrenador Jorge Fossati a Lima para terminar de calibrar lo que será la conferencia de prensa este lunes 22 de julio, cuyo propósito fundamental será exponer un balance de la participación peruana en la reciente Copa América. Lo acaba de decir hace unas horas el propio presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, quien ya adelanto que el entrenador uruguayo tiene todo el respaldo para continuar en el puesto.
Por lo pronto, desde la sede de la FPF se ha dispuesto esperar a que el problema contractual entre Paolo y Vallejo se resuelva por la vía correspondiente, así se tenga que apelar incluso a la Cámara de Conciliación y Resolución de Disputas. Si algo tienen claro -por ahora- es que Agustín Lozano no intervendrá como mediador entre las partes, tal como ya lo hizo a fines de febrero, para que Guerrero termine firmando por el cuadro poeta. “En aquella oportunidad que intervino Lozano fue por un pedido de Paolo, pero todo se trató a nivel amical, nada institucional”, nos revela una fuente.
Guerrero tiene hasta el 31 de agosto para resolver su salida del cuadro trujillano, fecha en la que cierra en libro de pases del fútbol peruano y tras la cual no podrá firmar por ningún equipo de la Liga 1, esto en referencia a fuertes rumores de que su apresurada desvinculación con el equipo dirigido por Guillermo Salas se deba a una posibilidad de acuerdo con Alianza Lima.
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Paolo Guerrero disputó un total de 95 minutos en tres partidos que jugó la selección peruana en la fallida Copa América de Estados Unidos. Con unas estadísticas de espanto (por primera vez Perú se fue del torneo sin poder anotar goles y USA representó la peor participación peruana en 29 años), la Bicolor tiene apenas cinco o seis semanas para volverse a reunir, esta vez con la premisa de enfrentar la fecha doble de septiembre por las Eliminatorias sudamericanas, donde los dirigidos por Fossati se ubican en el último lugar de la tabla.
Jorge Fossati decidió llevar jugadores de un presente moderadamente en actividad bajo la premisa de que eran figuras importantes para la selección. Es así como el uruguayo eligió convocar a Christian Cueva y hasta le concedió minutos, pese a que el mediocampista llevaba cerca de 8 meses sin jugar al fútbol profesionalmente. El caso de Guerrero fue algo similar: con apenas 3 goles en 9 partidos disputados, Fossati optó por convocar al Depredador.
Los resultados de la peligrosa apuesta son evidentes, aunque la excusa sea casi perfecta: sacrificar el resultado a razón de priorizar la larga convivencia con los jugadores y con ello, finalmente descartar a quienes no se afilien al proyecto. A grandes rasgos suena como un plan serio y compacto. El problema es que la convocatoria para Eliminatorias está a la vuelta de la esquina por el apretado calendario. ¿Cómo complica esto a Paolo?
- Paolo Guerrero en la Copa América 2024
Partido | Minutos | Goles | Asistencias |
---|---|---|---|
vs. Chile | 19′ | 0 | 0 |
vs. Canadá | 20′ | 0 | 0 |
vs. Argentina | 56′ | 0 | 0 |
Guerrero y la selección
Con los partidos ante Colombia y Ecuador programados para el 4 y 9 de septiembre próximo respectivamente, lo más probable es que la lista de convocados se anuncie el viernes 23 de agosto. Es decir, en poco más de 5 semanas. Esto implica que como máximo, Guerrero tendría 5 fechas de la Liga 1 (5 partidos) para acumular rodaje y sumar goles que lo posicionen entre los postores a un cupo en la Lista. Eso sí, por los visto recientemente, es probable que con sumar minutos de juego le baste para ser convocado.
Y aquí surge el dilema. Con miles de dólares en juego para quien ceda en las negociaciones, resulta poco probable esperar que la disputa se resuelva en la brevedad posible. Recordemos que si Paolo no logra encontrar una salida legal hasta el 31 de agosto, quedará incapacitado de poder fichar por otro equipo de la Liga 1 (para los que sueñan con que llegue a Alianza Lima).
Es decir, si las negociaciones se dilatan, teniendo en cuenta que también se perdería el duelo frente a Melgar en Arequipa, apenas le restaran a Paolo 4 partidos para recuperar parte de su nivel y llegar con relativa actividad deportiva a las Eliminatorias. En conclusión, una convocatoria se haría viable solamente bajo el recurso que utilizó Fossati en la previa de la Copa América con jugadores como el mismo Paolo, Cueva y hasta Carrillo: respaldarse en su trascendencia anterior y no en su discreto presente.
- Fecha de Eliminatorias
Partido | Fecha |
---|---|
Perú vs. Colombia | 04/09 |
Ecuador vs. Perú | 09/09 |
Y he allí el pequeño gran dilema: tras el fallido experimento que resultó la Copa América en cuanto a resultados, el respaldo a una apuesta similar puede ser menor e impopular. Peor aún, el contexto se agrava teniendo en cuenta que los partidos (ante Colombia y Ecuador) son decisivos para las aspiraciones mundialistas y que incluso pueden poner en juego la permanencia del entrenador.
A esta preocupación se suma otra de igual envergadura, la falta de variantes en ataque. Gianluca Lapadula (34 años) es el titular indiscutible pese a que su presente no es de los mejores. Después no hay más nombres fijos. Matías Succar, convocado en la previa de la Copa América y ahora nuevo jugador de Alianza Lima, podría ser una apuesta sin el rigor ni la experiencia para Eliminatorias. Otra variante es la posible vuelta de Raúl Ruidíaz. Es en este contexto de escasez en el que el Depredador se vuelve una opción seductora para el comando técnico, cuya única condición para que juegue parece ser que pueda hacerlo.
Por lo pronto, y tal como lo señaló Lozano, el entrenador uruguayo cuenta con el respaldo para mantener el proyecto y este lunes, a través de una conferencia de prensa, planea rendir cuentas a los medios sobre su balance de los vivido a nivel resultados y convivencia en el torneo continental. Veremos si, como aquél 1 de julio, Fossati sigue plenamente convencido de que jugadores como Paolo siguen -en sus propias palabras- “en plena vigencia”.