Cuatro años es el tiempo que distancia a un Mundial de fútbol de otro. Cuatro años tardó el Comité de Ética de la FIFA en resolver la investigación al ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga. Largo ha sido el camino recorrido entre finales del 2015 hasta ayer por la mañana cuando llegó comunicado del máximo organismo del balompié internacional. Burga fue declarado culpable por ser parte del esquema de sobornos para adjudicar los contratos de derechos de TV y marketing de los torneos de Conmebol y Concacaf.
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Burga Seoane fue castigado de por vida por la FIFA, es decir no podrá tener ninguna participación en cualquier cargo o evento vinculado a esta entidad. Además, el ex directivo, fue multado con un millón de dólares. Aunque esta sanción económica es más simbólica, como lo han precisado algunos especialistas. “No es la primera vez que hay una multa así, no tienen vías para exigir el cobro”, dice Johnny Baldovino, especialista en derecho deportivo.
Junto a Burga han sido castigados Eduardo Deluca, ex secretario general de Conmebol y José Luis Meiszner, ex secretario general de la Asociación Argentina de Fútbol. Los períodos investigados, según el comunicado oficial FIFA, abarcan desde el año 2004 hasta el 2015. Según el reporte emitido desde Zúrich, Burga, Deluca y Meiszner violaron el artículo 27 de la edición 2018 del Código de Ética de la FIFA.
—No se salvó nadie—
El caso FIFAgate determinó hace más de cuatro años la caída de los hombres más poderosos del fútbol mundial por delitos de corrupción, fraude, lavado de activos y asociación ilícita. Dentro de la investigación de la Fiscalía de Nueva York, que destapó este caso, se descubrieron casos de sobornos para adjudicar los derechos de TV y marketing de los principales torneos continentales de esta parte del mundo.
Uno de los involucrados en el caso, Sergio Jadue, ex presidente de la Asociación Chilena de Fútbol, se sometió rápidamente al régimen de colaboración eficaz y hoy se encuentra bajo la protección del FBI en Miami. Su juicio, con condena por unos cinco años de cárcel, podría culminar recién a mediados del próximo año.
Otro de los testigos clave fue Luis Bedoya, ex presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, no dudó en revelar los detalles de estas asociaciones ilícitas en los altos mandos del fútbol sudamericano. Él fue quien informó a la Fiscalía de Nueva York que la empresa argentina Full Play acordó con los presidentes de las federaciones de Conmebol la obtención de los derechos de TV para la Copa América 2011 por un soborno de un millón de dólares para cada uno.
Si bien la mayoría de dirigentes en Sudamérica fueron capturados y algunos hasta tienen condena, la FIFA continuó con una investigación independiente al margen de los prolongados juicios en Estados Unidos.
Recién este año, el Comité de Ética FIFA ha comenzado a cerrar ese viejo círculo llamado FIFAgate. En abril, por ejemplo, en setiembre quien fue castigado de por vida fue el paraguayo Juan Ángel Napout, ex presidente de la Conmebol, por los mismos cargos. Hoy, Napout cumple una condena de cárcel efectiva en Estados Unidos por ocho años.
Manuel Burga también fue juzgado en Estados Unidos por estos delitos y fue declarado inocente en diciembre del 2017. “No pienso volver al fútbol”, dijo Burga al salir de aquella audiencia. Sin embargo, el periodista Ken Bensinger, quien cubrió este extenso juicio en Brooklyn, aseguró el año pasado a este Diario que “el jurado estaba cansado” en esos días de fin de año. “Ellos esperaban que la justicia peruana se encargue de Burga”, dijo Bensinger, autor del libro “Tarjeta Roja”, que detalla la historia de este penoso descalabro dirigencial a nivel mundial.
En diciembre del 2015, Manuel Burga fue detenido en Lima por una orden de captura internacional por el delito de corrupción como dirigente de la FPF. Estuvo detenido por más de un año en el centro penitenciario de Piedras Gordas II de Ancón. A mediados del 2016 se acepta su extradición a Estados Unidos donde fue juzgado por más de dos años.
Si por un tema de honor o de imagen, Manuel Burga Seoane decide apelar a este castigo de la FIFA, la única instancia a la que podría recurrir es el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). Ese trámite podría costarle una cifra aproximada de 30 mil dólares. Burga, al no tener una condena judicial, podría intentar defenderse a esta sentencia de la Comisión de Ética de Conmebol e intentar volver a ejercer un cargo dirigencial en el fútbol. Ya fue presidente de la FPF por tres periodos y en el 2014 declinó a participar luego de una tacha presentada por el Comité Electoral de la Federación (debido a que ya había excedido la cantidad de mandatos). Intentamos desde este diario entablar comunicación con el ex presidente de la FPF, sin embargo no hubo respuesta.