La única sorpresa que alguna vez podría dar Christian Cueva es anunciar que, luego de casi 16 años de carrera, al fin quiere ser un profesional. Después, todo lo que haga es más de lo mismo. Desde que le dieron la oportunidad de ser futbolista, cuando aún no tenía DNI, ha hecho literalmente lo que ha querido dentro y fuera de las canchas, sabedor que su exquisito talento con la pelota es capaz de torcer malas caras y conseguir perdones insospechados.
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Cuando le ha tocado encontrarse con dirigentes con cara de buldog o entrenadores de disciplina rigurosa, una nueva puerta se le ha abierto, incluso tanto o más importante que la anterior. La última fue la de Alianza Lima, que le entregó el club para que cambiara su historia reciente en la Libertadores. Una grave lesión frustró su camino con la blanquiazul, lo que no impidió que se convirtiera en el gran fiasco de la temporada anterior.
Sin embargo, en momentos que pensábamos que su futuro estaba más cerca de los torneos de fulbito para peloteros jubilados, un inesperado personaje acudió en su rescate: don Jorge Fossati, quien prácticamente se estrenó con el buzo de la selección preocupándose por su salud. “Lo van a ver entrenando aquí en la Videna”, declaró hace unas semanas, en un inesperado acto de candor imposible de entender en un técnico con tantas batallas disputadas. Cueva respondió a la ingenuidad del charrúa a su estilo: zurrándose en su invitación y viajando a Trujillo para jugar una pichanguita con sus amigos. Aquí se puede ver el video.
Los dimes y diretes pararon pero golpearon la relación, no solo de Cueva con Alianza sino con el hincha promedio peruano. Es una situación lamentable. En medio de ese fuego cruzado, el abogado del exseleccionado Julio García señaló que el contrato de Cueva sí estipula que Alianza Lima debe hacerse cargo del cien por ciento del costo que requiera la operación y rehabilitación del jugador, no como lo plantea Alianza que es pagar la operación y una parte de la rehabilitación o hacer que se recupere en el club.
“Christian Cueva no solo no es jugador de Alianza Lima, club con el que no tiene ningún vínculo desde el 31 de diciembre del 2023; sino que hoy debería estar en Arabia Saudita. El contrato dice que Alianza tiene que cubrir hasta el total de su recuperación. Nosotros estamos llanos a que paguen su rehabilitación en Arabia, pero que lo hagan. Lo que no resulta razonable es que exijan que se recupere en Perú porque no es la sede donde debería estar. Él debería estar siendo supervisado por su club, Al Fateh”, indica Julio García.
Por eso, Cueva viajó a Barcelona para operarse e iniciar su recuperación.
Como para que no quedaran dudas de que actuó en la plenitud de sus facultades, el nacido en Huamachuco fue terminante a la hora de sus descargos: “No le debo explicaciones a nadie”.
Lo que sorprendió fue la réplica de Fossati. No solo minimizó lo que hizo el futbolista, sino que acusó a la prensa de actuar con un ánimo sensacionalista en la cobertura de la noticia.
Los primeros pasos en un nuevo puesto resultan reveladores porque empiezan a marcar derroteros. Abrirse un frente con la prensa para defender las desprolijidades profesionales de un jugador que ha actuado a lo largo de su carrera con un talante chantajista, porque sabe que alguien siempre le mostrará una sonrisa, preocupa. Ya con el buzo crema, don Jorge había mostrado ciertas reacciones poco felices ante preguntas incómodas, pero costaba imaginar que iba a replicar dichas actitudes con tanta rapidez en la selección.
Uno de los grandes amigos que le ha dado la vida y el fútbol a Fossati es Sergio Markarián, de los mejores entrenadores que ha pasado por el país. Cuando hace 14 años fue nombrado técnico de la selección para las clasificatorias al Mundial de Brasil, nadie lo discutió. Don Sergio, lamentablemente, pronto cometió un error grueso: se portó excesivamente complaciente con ciertos jugadores, en particular con los llamados ‘fantásticos’, porque consideraba que era mejor no perturbarlos a fin de que pudieran desplegar en el campo todas sus habilidades.
Todos sabemos cómo les fue a los ‘fantásticos’. Y cómo nos fue en esas eliminatorias.
Sería catastrófico que don Jorge se convirtiera en una versión 5G de don Sergio.
Salvo para Cuevita, por supuesto.
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