A sus 42 años, David Indacochea no se imagina un día sin correr. Cada día salta de la cama a las 5 de mañana y entrena dos horas con las primeras horas del amanecer. Desde que participó en la Cursa de Bombers de Barcelona en 1999, ha dedicado su vida a las carreras de fondo.
El deporte, en realidad, irrumpió unos años antes. Después de que cumplió los 17, el ingreso a La Marina cambió su ritmo de vida por completo. Los ejercicios de remo y ciclismo pasaron a formar parte de la rutina de todos los días, y el running llegó por añadidura. Casi de contrabando.
Primero, como un deber, empezó a valorar las pruebas de fondo por sus beneficios aeróbicos. Y ya alejado de la Escuela de Oficiales, en ese viaje iniciático por Europa, terminó por descubrir todas las bondades del running. Al volver al Perú, ya lo tenía decidido: correría por el resto de su vida.
“En ese momento me enganché con el running de manera competitiva. No lo había disfrutado tanto como lo disfruté aquel día, y desde entonces no me he detenido”, cuenta a las afueras del Pentagonito, el lugar donde se entrena cada mañana junto a Mona, su esposa y preparadora.
Así empezó una larga trayectoria nutrida de decenas de maratones, triatlones y competencias de Ironman y ciclismo de montaña. “El running te da un aire y una resistencia espectacular, pero además, en mi caso, me ha dado disciplina, convicción y un estilo de vida”, asegura.
Un día cualquiera de David Indacochea empieza con una sesión mientras el resto de la ciudad duerme. Luego lleva a una de sus hijas al colegio, trabaja el resto de la mañana, hace natación, almuerza veloz, regresa a la oficina y vuelve a su casa junto a su familia al caer la noche.
Si es capaz de hacer todo eso en una misma jornada, se lo debe únicamente al deporte. “Te da bienestar, salud, es un estilo de vida. Te hace ver las cosas de otra manera. Te sientes muy bien”, afirma este ejecutivo de ventas de una importante empresa de telecomunicaciones.
Así como él lo hizo, David Indacochea aconseja que otros empiecen a correr. Pero advierte que tiene que ser “de forma constante y progresiva, y con una cuota muy alta de sacrificio”. Sin olvidar que es necesario una preparación física adecuada, además de cuidados alimenticios.
Por eso no duda en recomendar el Challenge El Comercio como el punto de partida para los indecisos. “Es una oportunidad espectacular que se está dando por primera vez en el Perú”, sostiene. Él ya se sumó al reto, ahora falta que te sumes tú también. Inscríbete aquí a la primera carrera virtual de toda Latinoamérica.
Escribe Kike La Hoz