El papa Francisco hizo el jueves el primer manifiesto social de su joven pontificado, diciéndole a los habitantes de una favela de Río de Janeiro que los ricos del mundo deben hacer mucho más para eliminar las diferencias entre los que tienen y los que no.
Por la mañana Francisco, un fanático del fútbol e hincha del club argentino San Lorenzo de Almagro, se reunió con deportistas brasileños y bendijo la bandera de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Más tarde, en el jardín de Palacio de la Ciudad, el sumo pontífice fue abordado por Zico —un ídolo del fútbol brasileño— y el crack le regaló una camiseta del Flamengo con la inscripción “Papa Francisco”.
El papa es un apasionado del fútbol, y eso lo demostró como hincha confeso y socio del San Lorenzo, club por el que jugaba básquetbol cuando era joven. También recibió una camiseta verde de manos del comité organizador de Río 2016.