Pudo ser un gran futsalero, paga lo que fuera por buenos palos de golf, pero felizmente lo que lleva en las manos Carlos Alcaraz es una raqueta de tenis. El español tuvo que dejar el fútbol también porque sabía que el juego de red era lo suyo y en solo dos años ya demostró de qué está hecho: “Cabeza, corazón y huevos”, como su abuelo le decía y como amaneció el día publicando en sus redes sociales para motivarse con ese recuerdo.
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Hijo de padre tenista, Carlos Alcaraz González, no había muchas dudas para su futuro. “Quiero ser tenista profesional”, decía desde pequeño, pero en esa niñez probó también otros deportes. “Jugaba al fútbol sala en el equipo de mi pueblo, pero entrenaba mucho al tenis y no podía ir los días que tocaba el fútbol y me perdía torneos”, contó en una entrevista a El País.
También le encanta el fútbol y cuenta que hasta ahora suele darse algunos encuentros con sus amigos, siempre que el calendario lo permita y no se exponga a lesiones físicas. También le encanta el golf y es el único ‘lujo’ que se permite con sus ganancias. “Me gustan muchos deportes, me encanta el golf. Si puedo jugar al fútbol, juego con mis amigos”, contó en la referida nota a El País.
“Mis padres me llevan el tema del dinero, pero soy muy aficionado al golf y lo que sean palos de golf que a mi me encantan, no les pido permiso”, aseguró a El Hormiguero sobre los gastos que encara para sus gustos personales. Sus padres no le permiten gastar en lujosos coches, pero el golf es la excepción.
A los 10 años tomó el camino del tenis de forma definitiva. Viajó a Pula (Croacia) a disputar el Mundial Sub 10 y llegó a la final. De hecho, a los 15 años consideraba que su victoria en semifinales era la mejor de su carrera hasta ese entonces. Hoy, su más grande triunfo está en el US Open.
Gran camino
En una gran final, en una nueva muestra de que el tenis está cambiando de generación, Carlitos, de 19 años, venció a Casper Ruud (23) para no solo ganar su primer Grand Slam en el US Open, sino también para trepar al número 1 del mundo del tenis. Doblete histórico que no se veía desde 1973, cuando se creo el ránking.
“Eres un toro”, le suelen dejar mensajes en las botellas de agua y él se la cree, tanto que lo grita en pleno partido y juega como tal, siempre embistiendo. A veces le sale en contra, pero muchas más le permite salir bien parado con puntos increíbles.
Una fortaleza que le permite acumular 23 horas y 39 minutos en pista, siendo el jugador con más tiempo de juego en un Grand Slam, 19 minutos más que los que necesitó Kevin Anderson en Wimbledon 2018, que en la final perdió ante Djokovic.
“Mira que he visto a muchos grandes, pero nunca vi algo parecido”, dice José Luis Clerc, comentarista de ESPN. Es que en solo dos años –desde su presencia permanente en torneos ATP–, Carlos Alcaraz ha colocado su nombre en comparaciones con Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic. Hoy, además del juego, ya tiene los registros: ganador de Grand Slam y número 1 del mundo.
Ascenso
Y su nombre quedará en la historia como quien llegó a la cima siendo un adolescente. Con solo 19 años y 129 días se convirtió en el líder del ránking más joven de la historia.
“Es algo que he soñado desde que era un niño”, dice. A los 9 años entrenaba tenis y jugaba al fútbol. A los 14 le remontaba dos sets al peruano Christopher Li, a los 15 ganaba su primer partido ATP Challenger, el año pasado se imponía en la Next Gen y ahora, a los 19 ya luce la corona de los grandes. Así ha sido la evolución de Carlitos, como le gusta que lo llamen.
En el 2018 apareció en el ránking y reapareció en marzo del 2019 (597 ATP) para empezar a trepar. Hoy mira a todos desde la cima. Él abraza a todos, pero son los brazos del mundo quienes lo reciben felices.
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