Solo dos meses de pausa tendrá la selección peruana hasta la próxima convocatoria de Ricardo Gareca. Será un tiempo de Eliminatorias, ya no habrá opción de más ensayos. Este 2019 fue, según el mismo Gareca, un período de prueba para afrontar el reto más importante: la clasificación a Qatar 2022. A pocos días de cerrar el año, resumimos algunas conclusiones a las que puede haber llegado el comando técnico de la Blanquirroja.
Lo bueno: El aumento del universo de jugadores convocables –con ‘Canchita’ Gonzales y Gabriel Costa como representantes de esta sana transición– y el recambio en algunas zonas del campo (sobre todo en defensa). Aquí lo más consolidado fue la aparición de una nueva dupla en la zaga con Luis Abram y el retorno de Carlos Zambrano. Como estadística podemos citar que con ambos en la defensa, Perú solo ha recibido más de dos goles en los dos partidos con Brasil en la Copa América. A diferencia de Zambrano –quien ya tiene las maletas listas para irse de Ucrania–, Abram también confirmó su crecimiento en su club (Vélez Sarsfield). Que su carta pase haya crecido cinco veces en esta temporada no es casualidad. De los hombres de Gareca, Abram es quien más cerca está de aterrizar en una liga top de Europa.
Lo malo: Así como hubo recambio defensivo, la asignatura pendiente está en dos puestos que son parte de la columna vertebral de cualquier equipo de fútbol competitivo: la volante central y el ataque. Pasan los meses, los años y aún no ha aparecido el futbolista que tranquilice a los hinchas cada vez que se lesionan Yoshimar Yotún o Paolo Guerrero. Pasó el 2019 y no hay sucesores visibles como eje de la selección o como ‘9’. En el caso de Guerrero la situación se agrava porque el 1 de enero, mientras usted celebre con los más queridos la llegada del 2020, Paolo cumplirá 36 años. Aquí el único calmante para la ansiedad futbolera es que el delantero del Inter de Porto Alegre cuida su físico con una sana obsesión. Le queda combustible para la primera etapa de las Eliminatorias.
Lo de Yotún ya no es el brillo silencioso de un mediocampista talentoso y trajinador. Cualquiera que ha seguido a esta selección de Gareca entenderá que Yoshimar bordea los límites de lo indispensable. Su reciente fractura en el quinto hueso del metatarso izquierdo –y posible ausencia en el debut clasificatorio ante Paraguay– es la peor noticia que haya podido recibir Gareca en estos últimos meses.
Lo feo: La involución deportiva y anímica de Christian Cueva, un futbolista más que decisivo en la clasificación a Rusia 2018. En solo doce meses pasó de ser un jugador de alta competencia a un protagonista de noticias de farándula y videos virales de redes sociales. Sin un futuro deportivo definido, en Videna esperan que su renovación afectiva con su ahora esposa pueda devolverle la motivación al momento de entrar a una cancha de fútbol. Si ‘Aladino’ aún tiene ánimos de pedir deseos que sea el mismo que tenemos los que disfrutamos verlo jugar: que elija bien dónde comenzar su pretemporada en enero y que espere con paciencia una segunda oportunidad. De momento, su vínculo con la selección es parte del pasado. Solo dependerá de él volver a tener un presente y futuro.