Cuando en el año 2009 Diego Armando Maradona entrenaba a la selección argentina de cara al Mundial Sudáfrica 2010, tuvo en el plantel albiceleste a un joven Lionel Messi. Con diez años menos, delgado y sin barba, el astro del Barcelona era más un prospecto que una realidad en cuanto a actuaciones con su país. Ganador de su primer Balón de Oro ese mismo año, ‘La Pulga’ aún tenía la deuda de replicar las actuaciones realizadas con el club blaugrana en la nación del tango, el asado y el fernet.
En el libro “Fútbol llamado a la rebelión, la deshumanización del deporte”, del preparador físico argentino Fernando Signorini, se cuentan los episodios que vivieron Lionel Messi y Diego Armando Maradona durante su convivencia previo y durante el Mundial Sudáfrica 2010. Desde la privilegiada posición de observador, Signorini relata los detalles, los momentos y hasta las cosas que conversaban las dos megaestrellas del fútbol albiceleste. El pasado y el presente se juntaron una tarde a patear tiros libres. Messi lo hacía bien; pero Maradona, fuera de forma, caído en años y empezando a mostrar problemas con sus rodillas, lo hacía mejor.
Era una tarde de febrero del 2009 y el seleccionado argentino había viajado hasta Marsella para medirse ante Francia. Luego de la práctica, Mascherano, Tévez y Messi se quedaron a patear tiros libros. Juan Pablo Carrizo se paró debajo del arco y se posicionó para enfrentar el balón. Messi fue el primero. Colocó la pelota sobre la izquierda y le pegó fuerte. La redonda se fue por encima del palo derecho del guardameta. Bien lejos. Lionel hizo un gesto de fastidio y empezó a dirigirse a las duchas. Cuenta Signorini que en ese momento se acercó al jugador del Barcelona y lo increpó motivándolo para que se quedara a seguir con la práctica. Entonces en ese momento apareció Maradona, que había estado viendo todo como un espectador más.
"-Leíto, Leíto, vení, papá. Vamos a hacerlo de vuelta.
Era como un profesor con el alumno. Y siguió:
-Poné la pelota acá y escuchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota, porque si no ella no sabe lo vos querés.
Entonces, la acarició con la zurda y la clavó en el ángulo, inflando la red ante la mirada de admiración de Messi.
Para los que hablan de los celos de Diego, ¿qué celos? Le estaba abriendo el mundo del conocimiento y no le cobró nada. Yo pegué media vuelta y no quise ver más, ya era suficiente. Allí estaba el fútbol argentino”, recuerda Signorini.
El alumno está cerca de superar al maestro. Lionel Messi, quizá sin saberlo, puede superar dos récords de Diego Armando Maradona. El primero involucra a la selección argentina y el segundo a una estadística global. Tanto ‘La Pulga’ como ‘El Diego’, han anotado seis goles de tiro libre con la camiseta celeste y blanco. La gran ventaja es que el rosarino tiene dos partidos más antes de que termine el año. Los rivales son Brasil y Uruguay, y si bien son contrincantes difíciles, quizá un tanto de balón detenido del ganador de cinco Balones de Oro podría abrir el cotejo.
Esos números en cuanto a selecciones, por otro lado, Messi acumula 52 goles de tiro libre y Maradona tiene 62 tantos de balón detenido. Claro que al jugador del Barcelona aún le quedan tres o cuatro temporadas más. Quizá también podría superar al actual entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata y las diez anotaciones que los separan. Si se diera el caso, el argentino sólo tendría que superar un par de escollos más para alzarse como el máximo anotador de faltas directas: el inglés Beckham (65), el brasileño Ronaldinho (66), el brasileño Juninho Pernambucano (76) y el brasileño Zico (101). Pasaron diez años desde aquella tarde de febrero del 2009 y ‘La Pulga’ tiene los mismos goles de tiro libre que ‘El Diego’, el alumno alcanzó al maestro.