Waldir Sáenz: ¿Pudo ser un crack internacional? (OPINIÓN)

Primero lo primero: Waldir Sáenz es un histórico del club. No es un goleador de rachas o de solo un año bueno, nada que ver. Waldir Sáenz fue el delantero aliancista más importante desde inicios de los 90 hasta que apareció Farfán. Definitivo en los últimos metros, era un 9 con aspecto y estatura de 10, chaplinesco, diría Menotti. Por más de una década nadie lo hizo mejor que él. 

Su relevo generacional lo tomó la 'Foquita' y es justamente la comparación con el hoy jugador de la selección la que evita que hablemos de un crack internacional. Waldir Sáenz, con perdón de decirlo a días de su despedida, fue un delantero impresionante, pero de cabotaje, de dominio local, acostumbrado  a funcionar en los espacios laxos del Descentralizado y muy poco listo para desarrollar su fútbol en Libertadores o algún torneo europeo. Y si bien en la selección careció  de un técnico-padrino que apostase por él- como si lo hizo Oblitas con Flavio Maestri-, es justo mencionar que sus actuaciones, cuando tuvo chances, fueron tristes. En rigor, tuvo más ampays que goles por Perú. 

A Waldir Sáenz en Alianza Lima le pasó lo que a Roberto Martínez en la U y a Jorge Soto en Cristal. Le tomaron medida al campeonato local, se aburguesaron ganando trofeos locales de poca monta y no tuvieron el extra para probarse de verdad en la vereda internacional. Se dio una oportunidad en EE.UU, otra en Argentina, pero apenas vio que la mano venía mal corrió a su casa sin permitirse si quiera dejar 6 meses buenos con alguna chompa que no sea la blanquiazul. 

Cómodo en su Kimbara, en su Matute y con su Alianza Lima de toda la vida, Waldir ha sido, sin embargo, modelo inspirador de jugadores que lo tomaron de punto de partida para después mejorarlo. Pizarro, Guerrero, Farfán hablan de él como los niños de los ochenta hablaban de Superman. Su gran valor, por lo tanto, es haber sido el primer ejemplo de una generación goleadora que hasta hoy es vigente en el extranjero. Ellos, en buena cuenta, lograron todo lo que él no pudo. En otras palabras, superaron a su maestro. Y por bastante.

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