Son amigos, yo diría que patas. Cuando Fernández aparecía en la Primera de la ‘U’, los guantes gastados propios de los aspirantes, era Carvallo con el que no se iba y se entrenaba media hora más. Era con él con quien tenía mejor relación: los tres porteros del club eran Juan Flores, Carvallo y Fernández, por lo que su cercanía se hizo mayor. Había onda y compartían hinchaje. Pero Carvallo se fue, sacaron a Chiquito y el grandote Fernández, que se había ido a entrenar a Boca unos meses, se quedó con el puesto. Y fue campeón y viajó a Francia y Estados Unidos. Y le costó y no la rompió. Diez años después, verano del 2015, ni son aspirantes ni desconocidos: son los dos muy buenos porteros de la ‘U’.
Digo esto porque intento explicar el clima: no ha llegado un extraño a quitarle el puesto a Carvallo, posiblemente el mejor arquero local de las últimas tres temporadas. Es un portero con experiencia y condiciones poco habituales al puesto, que en cualquier otro equipo peruano sería titular seguro. Y que, si se lo propone, terminará siendo el Uno. Por eso, me parece, no es una decisión que golpea al titular de la ‘U’, al contrario, lo estimula y le da competencia. Lo aleja del natural aburguesamiento. Y, en consecuencia, mejora el nivel en el arco de la ‘U’ y, también del campeonato ¿A quién prefieres como competidor? ¿A un arquero debutante o a uno que es el titular fijo de la última selección? En ese sentido, la vuelta de Raúl Fernández a Universitario suma todos los kilates que un joven Zubzuck o un reservista Cáceda todavía no. Porque es lo natural.
¿Quién debe ser el titular? Mi primera respuesta es José Carvallo. No solo por su nivel desde la ‘U’ campeón 2013, básicamente por su regularidad. El Carvallo de la primera etapa en la ‘U’ (hasta el 2007) era un futbolista de altibajos, que completaba partidazos con errores que le costaban un gol a su equipo. Era previsible por su edad y su competencia (el titular en esos años era Chiquito Flores). El Carvallo que regresó, post Estados Unidos, Cristal y Melgar, había alcanzado la madurez que exige el arco de la ‘U’ y uno podía confiar en que, ante Inti Gas o Alianza, iba a tapar 6 puntos. Y si Fernández atajaba espectacular con Reynoso, Carvallo era elegante con Comizzo. Y si a Raúl le decíamos Superman, Carvallo era un sobrio superhéroe, como en esa final por penales del 2013 en que si le alguien quería dispararle perdigones, José las iba a contener igual.
Carvallo, decía, es el titular de la pretemporada, el capitán alterno, uno de los ‘viejos’ de 28 años de la ‘U’ pero, como es lógico, debe ratificar que lo es cada día de entrenamiento, en cada orden a su defensa, cada tarde de concentración en Campo Mar. Creer que seguirá de titular por un malentendido merecimiento será solo su camino al banco de suplentes. Y Carvallo no es así. Y porque, como ya está dicho, el refuerzo es un portero que una vez tapó 10 puntos en Matute.
Lo de Fernández, más allá de si es un regreso apresurado al país, o si obedece a una decisión familiar que lo ata a Lima por los próximos meses, debe entenderse como la posibilidad de sumarle a la ‘U’ un arquero del mejor nivel posible en un puesto en el que no había real competencia. ¿Que Universitario necesita otro central de nivel? Sí. ¿Que en ofensiva le falta peso? De acuerdo. Estas decisiones, buenas o malas, se analizan. Y Fernández le suma toneladas a la ‘U’.
Finalmente, este golpe imprevisto debe generar un efecto multiplicador: la ‘U’ ya no tiene solo un candidato a la selección. Tiene dos. Eso sí, uno de los dos tendría que irse pronto al extranjero. La convivencia es buena solo hasta que das el siguiente paso. Y ese es irse.