En Baar, Suiza, en una casa de techos altos y enchape de madera, prendido siempre el calefactor en meses como estos, donde la temperatura puede llegar a -3 grados y cae la nieve, el peruano Fernando Figueroa conserva lo que él llama uno de sus tesoros. En uno de los cuartos ambientados con el permiso de Lindsay, su esposa suiza, en medio de una colección de 1300 camisetas de clubes y selecciones de todas partes del mundo, el peruano Figueroa le rinde homenaje a tres futbolistas de la selección que pasaron por el fútbol de Rusia y Ucrania, dos países castigados por la guerra iniciada hace unas semanas por el presidente Vladimir Putin. Son camisetas de colección, match worn (usadas en juego), que alguna vez le pertenecieron Carlos Zambrano, Christian Cueva y Jefferson Farfán, tres futbolistas que pueden dar fe de que el frío en esa parte del mundo es de la misma intensidad que el cariño de su gente por este juego, que solo sabe unir.