"El proyecto que no existe" por Horacio Zimmermann

HORACIO ZIMMERMANN @horacon

El fútbol peruano carece de un proyecto sólido. Y la responsabilidad mayor es de Manuel Burga. En doce años al mando de la FPF, el abogado ha sido incapaz de desarrollar un proyecto que se sostenga en el tiempo (y sin él); por el contrario, otorgó responsabilidades a personajes que poco o nada hicieron por nuestro balompié. Es como si a sus aliados los hubiera elegido su peor enemigo: Juvenal Silva, José Mallqui, Lánder Alemán, Yván Vásquez, etcétera. Los proyectos los lideran los profesionales. No los prófugos.

En las prioridades de Burga nunca hubo un proyecto que incremente la rentabilidad y competitividad del fútbol peruano. Y si lo hubo, nadie sabe por qué lo cambió. Que nuestros clubes y selecciones –salvo contadas excepciones– no hayan logrado importantes resultados deportivos internacionales no es producto de la mala suerte, tampoco del azar, sino de una inadecuada estructura (socios, inferiores, infraestructura, etc).

Burga, por el contrario, mantiene un armatoste más hecho para el suicidio político: los dos clubes más importantes están quebrados en Indecopi (Alianza y la ‘U’), el torneo tiene más equipos de los que debería, la Copa Perú es un campeonato en el que la violencia es un hecho latente y en el que el sistema de justicia deja mucho que desear.

Si el público no asiste al estadio es porque percibe un producto que no satisface las expectativas debido a su baja calidad. Año tras año Burga pone la firma en cada diseño nuevo del torneo.

Ayer habló Harold Mayne-Nicholls, responsable de la revolución del fútbol chileno, y contó detalles de lo que pasó en Chile. Es decir, de su proyecto. ¿Dónde está el nuestro? “Nuestra gran deuda es institucionalizar el fútbol peruano”, afirmó alguna vez Burga en Montevideo. Lleva más de diez años al mando de la FPF y aún no lo ha hecho.

Y así estamos muy lejos.