Lo de Alianza Lima es una cuestión de fe. Creer en su goleador, encomendarse a su defensa y rezar por que otros resultados lo ayuden al Torneo Clausura. Y con la morada en el pecho, ha hecho su tarea para meter presión a Universitario.
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El doblete de Paolo Guerrero -abrió el marcador apenas a los 14 segundos-, parecía ser la bienvenida a una fiesta en Matute, pero Sport Huancayo complicó todo y puso en aprietos a los íntimos hasta el minuto final. Fue victoria de 2-1 para Alianza, sin mucho, pero suficiente para seguir pelando el Clausura.
Y la fe va más allá de que se crucen gatos en el campo, de que Rodríguez y Arregui se superpongan en puestos y que la conclusión sea que no pueden jugar juntos. Creer está por encima de ver a un Kevin Quevedo errático, sin el dribling que lo caracteriza.
Y lo lucha en base a sus individualidades. Porque Paolo Guerrero en sus 40 años tiene toda la jerarquía acumulada para, con cabeza fría, marcar apenas iniciado el encuentro. A los 14 segundos marcó el gol más rápido de esta Liga 1. A los 20 amplió la cuenta tras un buen pase de Sabbag.
Cuando parecía que la dupla Guerrero-Sabbag es la indicada para el ataque de Alianza, siempre falta algo que lo sentencie. Sabbag le da esa velocidad que se necesita, pero es un jugador muy errático con el balón en los pies. Paolo es un definidor nato, pero los defensas ya lo tienen bien referenciado cuando sale del área.
Fueron dos tantos, los primeros del atacante con Alianza en Matute. Con la selección marcó uno ante Senegal en el 2011, en un polémico partido que hasta el momento no se define si fue oficial o no. Pero, ahora sí, con la 34 en la espalda, Paolo Guerrero dice presente y ya lleva anotado cuatro tantos con los íntimos -con Vallejo llegó a tres en el Apertura-.
“Paolo hace mucho no tiene una etapa de preparación como la que tuvo en esta para y lo hace al límite en cada sesión de entrenamiento. Eso permite que se aproxime a las mejores versiones de él. Y lo que hace es colocar su jerarquía al servicio del equipo”, aseguró Mariano Soso sobre el goleador, recordando que el atacante no hizo pretemporada al inicio del año.
“Es un jugador de un gran capital para el pueblo peruano”, sentenció Soso sobre Guerrero. El goleador podría ser convocado en noviembre para los duelos de la selección peruana ante Chile y Argentina. Pudo estar en los cruces ante Uruguay y Brasil, pero prefirió no ser llamado ya que aún no estaba en su mejor estado físico.
Con 27 mil almas en tres tribunas del Estadio Nacional, esta noche (8:30 p.m.) se juega el Cristal ante Universitario, un partido decisivo para los intereses de ambos.
Mientras, para los cremas se trata de un partido que les puede encaminar hacia el bicampeonato nacional -para sacarle tres puntos a los íntimos-, para los celestes es la última esperanza de luchar por el Torneo Clausura (se pondría cinco puntos de los cremas) y, además, de mantenerse en el segundo lugar de la tabla acumulada (65 puntos, ya Melgar y Alianza llegaron a 66), que lo clasifica a la Copa Libertadores.
Pese al paro programado para hoy, la Policía Nacional otorgó las garantías para el encuentro de esta noche en el Estadio Nacional. Eso sí, solo se habilitaron tres tribunas (Sur no se encuentra apta por los preparativos para un concierto) y solo será con hinchada local, es decir con aficionados celestes.
Y no tiene más Alianza. Por eso se sostiene en la capacidad de Noriega para los cierres, la frialdad de Zambrano para despejar todo y en los errores de definición de un Huancayo que pudo llevarse más de Matute. Y pese al error en comunicación en la defensa que costó el descuento de la visita, la línea de atrás es el pilar en el que se sostiene Alianza.
Lo sufrió Alianza y por eso Mariano Soso pasó de la tranquilidad del primer tiempo a un sin fin de indicaciones en la segunda parte. Es el estilo del técnico, pero la molestia explica lo que sentía. Le pidió todo el tiempo a Quevedo que busque la punta, que no retroceda, advirtió a Zambrano que no se pierda el orden de la línea de tres, y señalaba cada acto para Arregui y Rodríguez.
Pero le cuesta al técnico armar un once. Esta vez, puso al ‘Bigote’ como interior y a Arregui como el base, pero no le resultó. Y siguió insistiendo con los dos en el campo, y Alianza perdió marca y sobre todo, no tuvo la salida clara de Rodríguez cuando recoge el balón desde atrás.
Triunfo y 33 puntos para decirle a la ‘U’ que, si se trata de creer, en La Victoria se han vestido de morado y encomendado al Señor de los Milagros para tener sus chances vivas hasta el final. Así, la Liga 1 tiene las emociones al toque y solo queda creer.