“Nunca vi algo así en Matute”: Las cinco razones contundentes por las que Alianza es el merecido campeón del Apertura y mejor equipo de la Liga 1 Betsson

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Los íntimos cumplieron con su deber este domingo y golearon a Binacional en una noche brillante de Hernán Barcos y Christian Cueva. La jornada fue de fiesta total en Matute que volvió a lucir un lleno total para celebrar el primer título del año con el objetivo puesto en el tricampeonato, algo que ningún equipo consigue desde que Universitario de Deportes lo hiciera entre 1998 y 2000.

Aún quedan dos partidos (los de Salas visitarán a ADT en Tarma este viernes y luego recibirán a Deportivo Garcilaso para celebrar con el plato de campeón) y la mente está puesta en la Copa Libertadores (el próximo miércoles chocarán contra Atlético Mineiro en un partido que marcará el camino del equipo), pero Alianza Lima hoy ha demostrado ser el mejor del fútbol peruano, por lo menos en este arranque de año.

Deport Total conversó con cinco especialistas quienes analizaron los factores que han hecho de Alianza Lima el campeón del Torneo Apertura 2023. Desde la conformación del plantel hasta la importancia de tener dos goleadores que se lleven muy bien fuera de las canchas.

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El mejor reforzado

“Los refuerzos que haremos como club son pensando en la Copa”, había adelantado José Bellina, gerente deportivo aliancista, en una entrevista con este Diario a fines de noviembre. Con dos títulos nacionales consecutivos, en Matute tenían claro que era necesario dar un salto de calidad en cuanto a jugadores para competir en la Libertadores y, como consecuencia de ello, se podía pelear el Apertura.

Alianza hizo uso de su tan hablada billetera y trajo jugadores de renombre como Carlos Zambrano, Christian Cueva y Gabriel Costa, tres convocables a la selección peruana. Los colombianos Andrés Andrade (que jugó las Eliminatorias el año pasado) y Pablo Sabbag (goleador de 25 años) también se sumaron. Luego llegó Santiago García, defensor con amplia carrera y experiencia en la Bundesliga. Y con ellos llegaron jugadores de la Liga 1 con mucha proyección como Franco Zanelatto, Bryan Reyna y Jesús Castillo.

Y los resultados saltan a la vista: los íntimos tienen 4 puntos en la Copa y cortaron la racha de 30 partidos sin ganar en el certamen continental, y en el plano nacional ya acarician de manera oficial en Apertura. Un primer semestre redondo.

“Alianza se reforzó en todas las líneas. Los responsables de contratar decidieron bien. Solo faltó un lateral izquierdo que compita con Lagos, pero felizmente Salas no pasó apuros por ese lado. De ahí, todos los demás respondieron y fueron determinantes en la campaña”, analiza Victor Zaferson, reconocido scout peruano. El área deportiva de los íntimos hicieron un trabajo de 9.5 puntos y esa es la base de una buena temporada.

“Consideremos también que no todos llegaron al cien por ciento, como Andrade y Cueva. Salas tuvo que esperar que recuperen su nivel. Todo lo que tiene Salas a la mano le sirvió para granar el Apertura prácticamente muy cómodo. Hasta en provincia ganó cómodo varios partidos. Este plantel le alcanza para superar a casi todos en la Liga 1″, añade.

Hoy, Alianza tiene una columna vertebral base con Zambrano, Ballón, Andrade y Sabbag. Pero cuando no están ellos (el ‘Rifle’ está lesionado, por ejemplo), los que ingresan pueden hacerlo igual o mejor. Cueva, Barcos y demás nombres demuestran que el plantel victoriano es rico en cantidad y calidad.

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El fortín victoriano: Matute

Alianza Lima es el único equipo que consiguió cien por ciento de efectividad jugando en casa. Hizo de Matute un muro inquebrantable. Osaron robar puntos del corazón de La Victoria clubes como Sport Boys, Cusco FC, Cienciano, Cantolao, Mannucci, Vallejo, Municipal y Binacional. Todos se fueron con la desazón entre los dientes y solo Municipal y Binacional lograron anotar, aunque sea, un gol.

El otro club que pudo haber ganado todos sus partidos de local fue Universitario. Los cremas salieron victoriosos en siete de los ocho encuentros que jugaron en el Monumental. Solo perdieron uno. El rival: Alianza Lima, nada más y nada menos.

¿Es cierta esa frase que se dice en el fútbol peruano de que el equipo que va a Matute empieza perdiendo 1-0? ¿Es la caldera victoriana un recinto imponente que amedrenta a sus rivales? Analucía Rodríguez, periodista que cubre al club blanquiazul hace muchos años, nos responde las interrogantes.

“Desde que cubro Alianza, cuando hay partido en Matute, uno ya se hace la idea de que el local es el favorito. No importa mucho el rival, hablando del torneo local, claro. Pero en estos últimos años hay una tendencia llamativa: Alianza es demoledor. Sobre todo este 2023. No había visto algo así antes”, señala.

Para Rodríguez, el hincha es el principal factor para hacer del estadio Alejandro Villanueva un fortín blanquiazul. “Mucho tiene que ver con los hinchas que llenan Matute. Se han convertido en un plus importante para que hoy Alianza sea un equipo muy fuerte de local. Cuando hablas con los jugadores, todos coinciden en eso, en que el apoyo en las tribunas los ayuda y a su vez presiona a los rivales. Además, hay que sumarle que este año el equipo tiene jugadores de mucha jerarquía. Entonces, en ese contexto, los íntimos son muy fuertes”, agrega.

Con juego vistoso o no, incluso con algunos experimentos del técnico como poner a Cueva y Andrade juntos; los victorianos hicieron su tarea en casa y sacaron ventaja sobre el resto. Todo aquel que visita Matute se va sin nada en las manos.

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No le cuesta salir a provincia

Para pelear un título doméstico -en este caso el Apertura- no solo basta con hacerse fuerte en casa, también es muy necesario sumar de visita, sobre todo en provincia, con todo lo difícil que es jugar contra la geografía local, el clima y hasta el estado del campo. Todo afecta. Y aún así Alianza logró sacar cuatro victorias de seis partidos jugando fuera de Lima. Ningún otro equipo logró tantos triunfos en este certamen.

Los íntimos derrotaron a UTC en Cajamarca, a Comercio en Tarapoto, y a Alianza Atlético y Atlético Grau en Piura. En las tres primeras plazas, por ejemplo, Universitario cayó. Y ahí también radica la diferencia entre uno y otro: si Alianza le saca ocho puntos a la ‘U’ y Cristal es porque ganó afuera. Los de Salas solo perdieron ante Huancayo y Melgar, este último choque jugando sin siete titulares habituales.

Cristal, por ejemplo, sacó tres victorias en altura y también tres empates. El problema con los rimenses es que dos de esos triunfos fueron en las últimas fechas, ya con el campeonato casi sentenciado.

“Indudablemente es difícil para los equipos de Lima salir a provincia a jugar. Los factores climatológicos y el estado de los campos juegan un papel importante. Por ejemplo, en la capital están acostumbrados a una sensación térmica de 20 grados, pero luego tienen que ir a Piura a jugar bajo 35 grados o más. También ir a la altura afecta para que incluso puedan respirar”, analiza Javier Arce, el técnico peruano que en 2019 ganó el Apertura con Binacional, equipo que en ese torneo sacó cuatro victorias fuera de Juliaca.

Para Arce el mérito es doble de Salas por saber plantear partidos lejos de casa. El Alianza demoledor de Matute se convierte en uno más conservador jugando en provincia. Algo que, por ejemplo, no ocurre con Universitario de Jorge Fossati. Al uruguayo le ha pasado factura planear partidos con la misma idea e intensidad como si estuviera jugando en el Monumental.

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La influencia de Carlos Zambrano

Si solo contamos los goles concebidos -y dejamos de lado el 3-0 por el ‘walk over’ ante Cristal-, Alianza Lima habría recibido apenas nueve goles en 16 fechas jugadas del Apertura. Es decir, 1.7 por partido. Mantuvo su valla invicta en ocho cotejos y se convirtió en el equipo menos batido. Para tener una referencia: el otro club con menos tantos en contra es la ‘U’ con cuatro goles más.

Teniendo en cuenta que el técnico Chicho Salas, por diversos motivos (lesiones, suspensiones o rotaciones por la Copa), solo repitió una vez la defensa, es llamativo que el cuadro victoriano se haya mantenido tan fuerte en dicha zona, aunque no para Ernesto Arakaki, quien fue su compañero de vestuario en los títulos de 2001, 2003, 2004 y 2006; y luego se reencontraron trabajando en las divisiones menores de la institución blanquiazul.

“A Chicho lo conozco muy bien. Cuando era entrenador de menores, en el día a día, siempre noté que le da mucha importancia a la parte defensiva. Sus trabajos en los entrenamientos, el diseño de los ejercicios, van direccionado a eso. Por eso no me extraña que una de sus fortalezas sea la zaga. A él le gusta mantener su arco en cero porque eso da posibilidad de ganar hasta con un gol en el último minuto”, nos cuenta.

Para Arakaki, exdefensor de la selección peruana también, la influencia de Carlos Zambrano ha sido total, pese a que el ‘León’ jugó apenas ocho partidos en el torneo. “Es una pieza clave en esa línea de cuatro atrás porque su sola presencia impone respeto, incluso cuando no estaba en el campo sus compañeros se quedaban con esa seguridad. Desde la jerarquía, el oficio y la experiencia, Carlos le brindó seguridad a la defensa, y también estuvo muy bien acompañado. Ninguno de los que jugó atrás desentonó”.

La importancia de los goles

“El técnico que tenga dos goleadores efectivos y diferentes en su equipo puede llevarse cualquier campeonato en cualquier parte del mundo”, nos afirma Sergio ‘Checho’ Ibarra con esa seguridad sobre el tema que le dan sus 274 goles en la primera división del fútbol peruano. Para el exgoleador, ahí radica el diferencial que tiene Chicho Salas con Alianza Lima: Pablo Sabbag (7) y Hernán Barcos (6) son los artilleros del equipo sin necesidad de jugar juntos. El que entró siempre respondió y entre ambos han marcado el 40% de los 33 goles que anotaron los íntimos en el Apertura.

“Sabbag ha demostrado ser un ‘9′ al que normalmente lo deben habilitar, aunque también sabe ingeniárselas para definir, apoyado en su corta edad y la entereza física. Hernán, por su parte, es un ‘9′ con más técnica e inteligencia para asociarse con los compañeros. Hace jugar al resto de su equipo y eso suma”, analiza.

Para Ibarra un factor importante en la gestión grupal de Salas es que ha mantenido un vestuario unido. Un plantel tan amplio, con muchos nombres por puestos en ataque, necesita de un guía para mantener las aguas calmadas. Y eso ha hecho el técnico aliancista y se puede ver en la relación que hay entre los delanteros.

“Con Hernán (Barcos) hemos hecho una relación extraordinaria. Estoy muy agradecido con él por lo que ha sido conmigo. La verdad que no me ha pasado eso nunca”, contó Sabbag hace algunas semanas dejando en claro que la única disputa entre ambos es futbolística y por ver quién es el titular.