El año de Zlatan Ibrahimovic se resume a logros individuales: goleador de la liga francesa, segundo goleador de la Champions League; sin embargo, a nivel de logros colectivos, la estrella sueca del París Saint Germain ha tenido que sufrir la eliminación del torneo más importante de clubes y la no clasificación de su selección al Mundial de Brasil 2014.
Ayer le tocó vivir desde el banco de suplentes el adiós de su equipo en manos del Chelsea en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Una lesión lo apartó del partido en el que el equipo de José Mourinho se clasificó a semifinales luego de ganar por 2-0 en Londres gracias a un gol agónico del delantero Demba Ba.
El destino es cruel con Ibrahimovic. Ni si quiera tuvo la chance de luchar por una clasificación debido a una lesión. A los 33 años, la posibilidad de jugar un Mundial es lejana (para Rusia 208 tendrá 37 años), con lo que sus chances de reinar a nivel mundial, podría decirse, se han terminado. Ni en Europa, donde ha dicho adiós a la Champions en doce ocasiones, ni en el mundo, por la ausencia en Brasil 2014.
El único consuelo del sueco será ganar la Ligue 1 con el París Saint Germain, equipo que lidera el torneo con 79 puntos, 13 más que el AS Mónaco, su máximo perseguidor. A falta de seis fechas para que el campeonato galo culmine, Zlatan y compañía tienen todo listo para festejar, a menos que suceda una ‘catástrofe’ y el Mónaco logre remontar esa diferencia.