El racismo aún sigue impregnado en los estadios. En la victoria del Lecce por 2-1 ante Lazio por la Serie A, el defensor Samuel Umtiti y Lameck Banda fueron víctimas de insultos racistas provenientes de las gradas de los visitantes. Esto ha repercutido en todo el ambiente futbolístico y ya muchas instituciones se han pronunciado a favor de los jugadores.
El agravio de los ‘blanquicelestes’ llegó a tal punto que el juez principal se vio obligado a detener el partido. Pero la afición del Lecce, no dudó en corear el nombre del central francés para brindarle su apoyo.
“Cuando el árbitro interrumpió el juego, esperando que el speaker reclamara el final de los gritos racistas, Umtiti pidió que se continuara porque quería responder en el terreno de juego a los insultos recibidos”, afirmó el presidente del Lecce, Saverio Sticchi Damiani.
Umtiti, cedido por el Barcelona, demostró en la cancha que los insultos no mermarían sus esfuerzos de darle la victoria al Lecce. Finalmente, se marcó un partidazo y su actuación fue crucial para los tres puntos en casa.
La prensa italiana aseguró que el jugador se fue a los camerinos con lágrimas en los ojos. “Los gritos racistas fueron ahogados por los de ánimo. Todo el pueblo giallorosso (amarillo y rojo, los colores del Lecce) comenzó a gritar un solo nombre, Samuel Umtiti”, publicó en sus redes el club ‘aurirrojo’.
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