La final de Copa Libertadores 2018 entre River Plate y Boca Juniors se postergó tras un ataque al bus xeneize en la previa del encuentro pactado para el último sábado. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, negó que pidiese "en ningún momento" que se disputase la final, tras el acto de violencia a la afueras del Estadio Monumental de Núñez.
"Me entristecen los acontecimientos de ayer (sábado) que llevaron al aplazamiento de la final de la Copa Libertadores de la CONMEBOL. La violencia no tiene cabida en el fútbol y la seguridad y el bienestar de los jugadores, espectadores y oficiales siempre deben ser la primera prioridad", indicó Infantino a EFE.
El presidente de la FIFA destacó que apoya "la última decisión de posponer el juego" y confía "plenamente en la CONMEBOL, tanto los clubes como las autoridades locales para tomar las decisiones correctas en el futuro".
"Sin embargo, debido a los desafortunados rumores falsos que se están difundiendo, me gustaría aclarar que no pedí en ningún momento que se jugara el partido, ni que amenazase a nadie con medidas disciplinarias si el juego no se llevaba a cabo, simplemente porque cualquier decisión relacionada con este partido es responsabilidad exclusiva de CONMEBOL y no de FIFA", aclara.
Gianni Infantino acudió al estadio Monumental de Buenos Aires para presenciar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores que enfrentaba a River Plate contra Boca Juniors, cuando se produjeron los incidentes con el autobús del club xeneize que llevó al aplazamiento durante una hora del encuentro, en un primer momento, de otra hora y cuarto, después y, por último, a posponerlo al domingo.
La Conmebol, finalmente, acordó este domingo aplazar sin fecha la final y convocar a los presidentes de ambos clubes a Asunción el próximo martes, para buscar una solución.