El Bayern Múnich infligió hoy al Barcelona una de las peores derrotas de su historia al batirlo por 4-0 en la ida de las semifinales de la Champions League, con lo que el equipo bávaro roza la final de Wembley.
Thomas Müller con un doblete, Mario Gomez y Arjen Robben marcaron los goles de los locales, que obligan al Barcelona a prácticamente un milagro para remontar el 1 de mayo en el Camp Nou.
El Bayern devolvió a su rival el 4-0 que le endosó el 2009 en la ida de los cuartos de final de la Champions y presentó su candidatura a suceder al Barza como dominador del fútbol europeo en los próximos años.
Para los españoles, por el escenario, el resultado y la trascendencia del duelo, es una de esas derrotas que quedarán grabadas en la memoria. Xavi Hernández había insistido el lunes en que la clave del partido estaría en la capacidad de ambos equipos para imponer su personalidad en el campo.
El cerebro azulgrana habló incluso de “dormir” la pelota, tenerla el mayor tiempo posible, desesperar al Bayern y aguijonearle cuando llegara el momento. Sin embargo, empujado por un estadio lleno y rugiente, espoleado por la ambición de demostrar que quienes lo señalan como gran favorito no se equivocan, el Bayern mordió a su rival desde el primer instante.
El Barcelona nunca se sintió cómodo con el balón. Impreciso y lento en la circulación, el centro del campo visitante sufrió acosado por un Javi Martínez hipermotivado en su primera semifinal de Champions.
Lionel Messi fue una sombra. Perseguido por Dante, bloqueado por un impecable Schweinsteiger y probablemente ofuscado por la inseguridad física —hoy mismo recibió el alta médica después de 21 días de problemas físicos—, el argentino apenas desbordó.
El ‘10’ azulgrana revivió hoy la pesadilla de los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica, donde cinco de los titulares hoy con el Bayern lo golearon también por 4-0 vistiendo la camiseta de Alemania.
“Contar con Leo es vital para nosotros”, había dicho Xavi un día antes. Y el partido le daba la razón. Con un Messi vulgar y un centro del campo desactivado, el hegemónico Barcelona se humanizó.
O mejor dicho, el Bayern bajó hoy al Barza a la tierra con un partido pleno de ritmo, compromiso colectivo e inspiración: “El fútbol más moderno de la historia del club”, según palabras de su técnico, Jupp Heynckes, del que muchos hoy se estarán preguntando por qué se va.