Las gradas se llenaron el miércoles por la noche en el Arena Condá de Chapecó y en el Atanasio Girardort de Medellín.
En ninguno de los dos estadios hubo fútbol, pero en ambos campos se alentó por un mismo equipo, la Associação Chapecoense de Futebol, el modesto club brasileño que el pasado lunes sufrió una de las peores tragedias aéreas en la historia del fútbol.
La mayoría de los jugadores y el cuerpo técnico del equipo fallecieron cuando se precipitó a tierra el avión RJ85 de la aerolínea LaMia que los transportaba a Colombia para disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
Los aficionados del Chapecoense están de duelo por la muerte de sus ídolos. (Foto: Getty Images)
En el accidente sólo sobrevivieron seis de las 77 personas que iban a bordo.
Una fatalidad que acabó con el mejor equipo en la joven historia del Chapecoense, club que se preparaba para disputar la primera final internacional de su historia.
Pero ¿qué pasará ahora con el club? ¿Podrá volver a recuperar el nivel que había logrado? ¿Será su final?
El impacto inicial
No es la primera vez que un club es golpeado por una tragedia como la que vivió el Chapecoense.
Ocurrió con el Torino italiano, con el Manchester United inglés o con la selección de Zambia, pero también en accidentes que afectaron directamente al fútbol sudamericano como lo sucedido con el The Strongest boliviano o el Alianza Lima peruano.
Manchester United siguió jugando y llegó a las semifinales de la Copa de Europa tres meses después del accidente en Múnich. (Foto: Getty Images)
En todos estos casos hubo una conmoción similar en el mundo del fútbol, pero todos estos clubes pudieron recuperarse de la desagracia que vivieron.
"Todos se pusieron de pie, hasta nuestro más encarnecido rival se puso de pie", recordó para BBC Mundo Alex Berrocal Chávez, coordinador general del Alianza y quien fue testigo en primera persona del accidente que acabó con la vida de 16 jugadores del popular equipo peruano el 8 de diciembre de 1987.
"Yo en esa época era el coordinador del equipo alterno de Alianza y por razones convenidas en el aeropuerto me bajé del avión y me quedé con un grupo que tenía que entrenar mientras el equipo iba y venía para cumplir su tarea".
Alianza había ido a la ciudad de Pucallpa para disputar un encuentro correspondiente al campeonato nacional con la intención de ascender a la cima de la clasificación.
Tras ganar 1-0 al Deportivo de esa ciudad y asumir el liderato, el equipo regresaba a Lima en un avión Fokker de la Marina de Guerra de Perú cuando la aeronave se precipitó al mar, sobreviviendo sólo el piloto entre las 44 personas que se encontraban a bordo.
Portada de la revista Caretas que reseña el accidente.
"Yo debería haber viajado y no lo hice y fue una experiencia bastante desagradable", continuó el dirigente.
"No sabía como reaccionar, no podía comer y recién pude llorar a los tres días. Estaba ido, lo único que atinaba era a atender a los familiares y todos me preguntaban por qué no había viajado con ellos si siempre lo hacía. Cada explicación era muy dolorosa, bastante fuerte".
Berrocal Chávez estuvo encargado de identificar los cadáveres que se iban recuperando del mar. "Me tocó estar allí hasta que apareció el último cuerpo, que fue el 24 de diciembre", dijo.
Apoyo incondicional
Cuando el coordinador general de Alianza dice que todos se pusieron de pie, se refiere a la reacción de apoyo que hubo en el mundo del fútbol, incluyendo equipos con los que tenía una gran rivalidad.
"Optaron por parar el campeonato unos meses para darnos tiempo de poder rearmar nuestro equipo y abrieron el libro de pases, extraordinariamente, para poder reforzarnos con algunos jugadores".
Estos gestos son similares a los que ha recibido el Chapecoense en las últimas 24 horas, con clubes como Benfica, Boca Juniors, Racing de Avellaneda, San Lorenzo y otros, incluidos sus rivales brasileños Corinthias, Sao Paulo y Santos, que se han ofrecido prestar jugadores.
Otras iniciativas son la de garantizar que el club se mantenga en la máxima división del fútbol brasileño por los próximos tres años sin importar el lugar que ocupe en la tabla así como crear las condiciones para minimizar el sufrimiento y superar la pérdida deportiva.
Cubillas salió del retiro para ayudar al club de sus amores en 1988. (Foto: Getty Images)
"En nuestro caso tuvimos que recurrir incluso a futbolistas que habían dejado de jugar y que regresaron a vestirse de corto".
"El caso de César Cueto, Teófilo Cubillas, José Velázquez. También el apoyo incondicional que nos mostró el equipo chileno Colo Colo que nos envió cuatro jugadores y así pudimos en febrero continuar el campeonato. Tuvimos mucha suerte que todo el país nos apoyó y casi fuimos campeones".
"No hubo espejos"
Pese a regresar a las canchas al poco tiempo y mantener un nivel competitivo, Berrocal Chávez cree que el accidente de Ventanilla marcó un antes y un después en la historia del club ya que nunca ha podido recuperar la grandeza que vivió en los años 70.
"Indudablemente porque de acuerdo a lo que habíamos planificado había varios jugadores que estaban listos para ser exportados. Los casos de Luis Escobar, Alfredo Tomassini, Daniel Reyes y José Casanova eran chicos que estaban listos para jugar en otras ligas y lo ideal es que hubiera sido Europa", recordó.
El Chapecoense deberá iniciar un proceso lento para volver a ocupar los lugares del campo que llenaron los jugadores que murieron en el avión, nombres que ya quedaron grabados en la historia del club. (Foto: Getty Images)
Pero no sólo fue la pérdida económica y deportiva que eso supuso, si no también la secuela que dejó para las futuras temporadas.
"Siempre digo que se abrió un bache tremendo, uno generacional, porque antiguamente, en Alianza, los jóvenes miraban hacia arriba y se inspiraban en los futbolistas que ellos querían ser de mayores".
"Eran como sus espejos y trataban de imitar a los que estaban en la cancha. Y durante cuatro o cinco años no hubo espejos".
"Les tocó todo a los chicos, quienes todavía no habían madurado lo suficiente para pasar a ser parte del primer equipo. Ahí vino lo que digo yo que sobredimensionamos a los chicos porque ya tenían la responsabilidad de estar en el primer equipo sin haber quemado las etapas del crecimiento".
"Hasta ahora no podemos resarcirnos de ese bache. Faltan unos años para que Alianza vuelva a ser el club que los peruanos y toda Sudamérica estaban acostumbrados".
Un proceso lento por el cual el Chapecoense tendrá que pasar.
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