Iker Casillas, capitán de la selección española y el Real Madrid, mostró su dolor por la pérdida de Luis Aragonés, que aseguró "cambió la historia del fútbol español". Con una sonrisa recordó su primera anécdota cuando le sentó a su llegada a ‘la Roja’ y le dijo que no le mirase "como las vacas al tren".
Casillas compareció junto a Carlo Ancelotti en la rueda de prensa de la ciudad deportiva de Valdebebas, para tomar la palabra antes que su técnico y transmitir un sentido pésame por el fallecimiento de Luis Aragonés. "Lamento mucho la perdida de Luis", dijo Ancelotti. "Ha tenido mucha importancia para el fútbol español y también para el fútbol mundial. Era una figura muy importante", añadió.
"En nombre de la primera plantilla del Real Madrid transmito nuestro más sincero pésame a toda la familia de Luis Aragonés por su perdida. Que descanse en paz. Nuestras condolencias en estos momentos tan difíciles a su familia, al fútbol español, a todos los equipos en los que ha estado y sobre todo al Atlético de Madrid", comenzó diciendo Casillas.
El capitán ensalzó la figura del Luis entrenador. "Ha sido el que cambió la historia del fútbol español y se lo tenemos que agradecer todos. El propio Vicente del Bosque siempre ha dado las gracias por el legado que tuvo en su momento. Hay que agradecerle lo que nos dio en el 2008, esa Eurocopa que cambió todos los acontecimientos" afirmó Iker.
SINCERO Y HONESTO
Y también destacó sus virtudes como persona. "Era bueno porque te hablaba de una manera campechana, franca, sincera y honesta. Mi relación con él fue buenísima. Una persona que ha influido bastante a todos los de mi generación, a nivel internacional sobre todo. Son momentos duros para los que le hemos conocido, era una persona entrañable y querido por todos los jugadores que ha tenido", comentó el arquero.
Casillas reconoció que guarda para siempre "miles de anécdotas" pero recordó en especial la primera, cuando le comenzó a tener como seleccionador en “La Roja”.
"En su primer partido con la selección española optó por Cañizares y yo me quedé triste porque venía jugando con Iñaki Saez. Me cogió en un entrenamiento en Canarias y me preguntó por lo que me pasaba. Yo tenía 23 años y le dije que no entendía los cambios que había hecho pero que debía ser compañero. Me respondió que entonces no le mirase como lo hacen las vacas al paso del tren".