No todo futbolista se puede adaptar al fútbol y el día a día de Qatar, dejó claro James Rodríguez, actual jugador de Sao Paulo, quien habló recientemente de su corta estadía en Al Rayyan y provocó más de una reacción.
La experiencia no fue agradable, deslizó el colombiano en diálogo con Globo Esporte al ser consultado sobre su paso por la liga qatarí.
“Allá todo el mundo come con la mano. Ellos me compartían y yo decía: ‘No, gracias’. Preguntaba por los cubiertos y me decían: ‘No, con la mano’, y yo respondía: ‘Estás loco, no voy a comer con la mano’”, indicó.
Y no fue el único choque cultural percibido por el ‘cafetero’. “En el fútbol, todo el mundo, al tomar el baño se quita toda la ropa. Me decían asustados que eso no se podía hacer”, añadió.
Rodríguez, de 32 años, empezó su carrera en el Envigado de Colombia y cruzó el Atlántico desde el Banfield de Argentina, alcanzó fama global por haber sido el goleador del Mundial de Brasil-2014, con seis tantos.
Pero su nivel se ha tornado impredecible en los últimos años en medio de problemas físicos, de los que evita dar detalles, y supuestas peleas con algunos de sus entrenadores, versiones periodísticas que él niega.
Su irregularidad lo llevó de Europa al Al-Rayyan de Qatar (2021-22) y luego al Olympiacos (2022-23), donde anotó cinco goles y dio seis asistencias en 23 partidos. Con los griegos rompió el contrato en abril de común acuerdo.
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