Caminos del Inca es para todos, pero hay protagonistas que hacen posible que cada coche llegue a la meta y estos son los mecánicas. Y esta fiesta automotriz invita a todos y dos mujeres cumplen esta esforzada labor.
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Ambas van en sus segundo Caminos del Inca. Deisi Villcas y Didmary Henríquez trabajan día a día para que los coches estén en carrera y hasta ahora han cumplido el objetivo. Deysi con la camioneta de Miguel Álvarez y Didmary con la de Fernanda Kanno están cumpliendo su propio objetivo.
“Este Caminos del Inca ha sido muy largo, y que te falte solo una etapa te pone muy feliz. Además, estoy feliz de tener la oportunidad con Miguel, y culminar es emocionante”, nos dice Deisi, a quien conocimos en Caminos del Inca 2019 y volvemos a encontrar entre llaves y aceite quemado.
Ahora también conocimos a Didmary, quien trabaja con el equipo de Fernanda Kanno. “Es mi segundo Caminos. Estoy hacer tres años trabajando y he aprendido mucho en esto, más de mi hermano que es el jefe de equipo”, nos comenta.
Pero Didmary no solo trabaja con ‘Dora, la exploradora’, la camioneta de Fernanda y Alonso, sino también ha trabajado en la preparación desde cero de un auto de driff.
Estar en Caminos es cansado para todos los que son parte de esta caravana automotriz, pero son los mecánicos quien cargan el peso se la competencia porque tienen que poner los coches a punto para cada día de carrera.
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“Cuando se chocan o rompen algo, nosotros tenemos que arreglar… tuve una experiencia con un Honda que se recalentó y fundió. Tuvimos que cambiar motor y trabajamos toda la noche. Porque el objetivo de nosotros es que ellos culminen sin problemas”, nos dice Deisi.
“La exigencia es mucha, porque es la base de todo, por eso es motivador cuando el auto llega. Sabes que estás haciendo las cosas bien”, nos dice Didmary.
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Por eso, este martes enrumbarán a Cusco en la última etapa y esperan estar en el podio final celebrando con todo el equipo. “Yo si la vivo, lloro. Me emociono porque es el trabajo de meses, que lleguen y nos den buenos resultados es una emoción”, grafica Deisi. “Los mecánicos celebramos más que los pilotos”, sentencia Didmary.
Esa es la emoción de Caminos del Inca, donde los pilotos son los que dan la cara, pero son los mecánicos quienes cargan con la responsabilidad de que los vehículos estén listos para dar todo su potencial.