Río de Janeiro (DPA). Después de caer en las semifinales de la Eurocopa 2012, Alemania dudó de la capacidad de Joachim Löw para construir un equipo campeón. Dos años más tarde, nadie piensa en otra persona que no sea él para marcar una nueva era al frente de la selección.
"Tenemos contrato", dijo el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach, aún en las catacumbas del estadio Maracaná de Río de Janeiro, poco después de que Alemania derrotara a Argentina por 1-0 en la final del Mundial de Brasil y conquistara su cuarto título.
"Él mismo citó a Vicente del Bosque (entrenador de España), que dijo 'soy campeón del mundo, el próximo objetivo es ser campeón de Europa'. Su contrato va hasta 2016", agregó el dirigente, seguro de que el técnico seguirá al frente de un proyecto que apunta a nueva era.
JÓVENES CAMPEONES
La media de edad del grupo de 23 hombres que se proclamó campeón mundial es de 25,7 años. Exceptuando al incombustible Miroslav Klose (36), los veteranos del equipo son Philipp Lahm (30), Bastian Schweinsteiger (29) y Per Mertesacker (29).
Por debajo están jugadores con uno o dos ciclos más por delante como Manuel Neuer (28), Sami Khedira (27), Benedikt Höwedes (26), Mats Hummels (25), Mesut Özil (25), Jérome Boateng (25), Thomas Müller (24), Toni Kroos (24), André Schürrle (23) y Mario Götze (22). A ellos se unen también los lesionados Marco Reus (25) e Ilkay Gündogan (23).
Löw cuenta pues con un equipo que podría dominar el fútbol mundial de la misma forma que lo hizo España en los últimos años. "Va a ser muy difícil derrotar al equipo alemán", afirmó Franz Beckenbauer, leyenda del fútbol germano, en una entrevista con el canal "Sky Sport News HD".
¿SE VA O SE QUEDA?
La pregunta es si el técnico de 54 años querrá arriesgar su legado exponiéndose a una derrota en la próxima Eurocopa de Francia 2016. "Es su decisión", advirtió el centrocampista Toni Kroos. "Para el fútbol alemán sería bueno seguir así. Pero superarse va a ser difícil".
La mano derecha de Löw, Hansi Flick, aseguró que no vio ningún signo que indique que dejará el cargo. "No, nada", dijo uno de los hombres que podría entrar entre los candidatos a sucederlo. El técnico asistente, sin embargo, cuenta con la continuidad del jefe: "Así lo espero, absolutamente".
Löw llegó al puesto de seleccionador en 2006, después de dos años como segundo entrenador a la sombra de Jürgen Klinsmann, a quien el domingo adjudicó parte del mérito del título mundial conquistado en Brasil.
"Este proyecto empezó hace diez años, y el título es un producto de lo hecho desde entonces, primero con Jürgen Klinsmann y luego con nosotros", dijo el entrenador tras la final.
Ellos fueron quienes idearon la revolución ideológica del fútbol alemán, que abrazó un estilo moderno y se abrió a una nueva dimensión, en la que la fuerza, la presión y el juego aéreo pueden convivir con la técnica, el control del balón y la finura en los pases.
NIÑO HÉROE
El gol de Mario Götze en el minuto 113 fue un símbolo de la transformación. El héroe alemán es un joven portento de 22 años, de apenas 176 centímetros de estatura y una técnica depurada, fruto del trabajo de base que Alemania emprendió a principios de siglo para dominar de nuevo el juego que más le apasiona.
Löw volverá ahora a la tranquilidad de su hogar a las afueras de Friburgo, en la Selva Negra, donde meditará junto a su esposa los pasos a tomar. "Si quiere seguir, yo no veo un trabajo mejor para él", dijo Beckenbauer en su columna para gms, subsidiaria de dpa.
La última palabra la tiene el entrenador, que tras el éxito en Brasil se encuentra en una posición de fuerza para exigir las condiciones de su continuidad. "Tengo un contrato", dijo Löw, que sin embargo no fue categórico cuando el canal de televisión ARD le preguntó si tenía dudas acerca de seguir. "Debo hablar otra vez con el presidente, pero pienso que no", zanjó.