Para nadie es un misterio que, desde el comienzo de esta pandemia, los procesos de socialización y aprendizaje entre los adolescentes se ha visto afectado. Uno de los efectos negativos de haber abandonado la presencialidad parta el dictado de clases es que muchos, sobre todo los de los últimos años, aprovechan las horas lectivas para realizar otro tipo de actividades.
A través de una encuesta a 40 estudiantes de nuestra casa de estudios, hallamos que el 85% afirmó haber estado, por lo menos, una vez concentrado en otras pestañas en su dispositivo durante horas de clases. Y es que, sin control, los alumnos pueden estar presentes en la sesión virtual, pero estar en otra pestaña jugando disimuladamente o navegando por internet. Claro, para los padres su hijo o hija está sentado, frente a la computadora, en clase.
De acuerdo con el reporte “2020: el año de las maestras y maestros del Perú”, elaborado por el Área de Investigación e Incidencia de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), los medios más empleados por los maestros para comunicarse con los estudiantes y retroalimentar el programa “Aprendo en Casa” son la aplicación WhatsApp y el teléfono. Por ello fue que muchos padres de familia, a causa del aislamiento por la pandemia, tuvieron que comprar laptops, celulares, entre otros, para que sus hijos tuvieran herramientas de estudio.
“Los menores de edad están muchas horas delante de la computadora, tableta o celular, pero además su modo de diversión también está cambiando por estas vías digitales. También para jugar utilizan las consolas de Nintendo Wii, Nintendo Switch, PlayStation, con mayor frecuencia que antes de la pandemia”, indicó Julissa Castro, médica psiquiatra del Hospital Víctor Larco Herrera (HVLH), del Ministerio de Salud (Minsa).
Según información proporcionada por el Minedu y consignada en el informe de resultados de las veedurías aplicadas en las 25 regiones del país, el 43% de los alumnos de secundaria fueron aprobados, el 32% no logró obtener la nota mínima satisfactoria y necesitan consolidar sus conocimientos. Es decir, que requieren mayor tiempo y oportunidades para alcanzar el nivel educativo esperado.
No queremos que nuestros jóvenes descuiden sus responsabilidades como alumnos durante esta pandemia. Es necesario poner un freno a esta situación y los padres de familia deben estar al tanto de que los jóvenes estén usando la tecnología de una manera productiva, en especial durante las horas de clase en línea.