Fue el asentamiento principal de los Chinchas, próspero curacazgo de agricultores, pescadores, artesanos y mercaderes, desarrollado en este amplio valle costeño entre los años 900 y 1450 d.C. Hoy, sin embargo, no cuenta con fondos ni respaldo del Estado para su adecuada conservación.
Han pasado 16 años desde que el Ministerio de Cultura asumió la administración de la Huaca La Centinela. Desafortunadamente en todo este tiempo poco es lo que ha contribuido con su cuidado, haciendo evidente la ausencia de un plan para su preservación. El deterioro de la ciudadela ha sido recientemente denunciado por Luis Huertas, arqueólogo del Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural de Chincha (INIPACCH), tras descubrir que uno de sus famosos frisos había sido quemado, corriéndose el riesgo de que los daños sufridos sean irreparables.
Según pobladores aledaños a la huaca, personas aficionadas al ciclismo y al motociclismo se reúnen en este lugar, dañando otras estructuras piramidales y el diseño de figuras simbólicas propias de los chinchas. Por otra parte, residuos sólidos y desmonte son dejados en los alrededores del sitio por los propios vecinos.
Aunque la huaca La Centinela ha sido nombrada como Patrimonio Cultural de la Nación, Luis Huertas explica que el MINCUL no ha cumplido su función de registrarla ante la SUNARP, ni tampoco ha verificado la aprobación de su plano de delimitación. Hasta hoy, los vacíos legales, como puede visualizarse en la plataforma tecnológica de información espacial del Catastro de Monumentos Arqueológicos Prehispánicos (SIGDA), quedan en evidencia.
Asimismo, el arqueólogo incidió en la importancia del lugar en la historia prehispánica del Perú. Sin embargo, lamentó que siendo un punto importante para la reactivación económica y turística, el atractivo de la Huaca La Centinela no sea protegido de la mejor forma, debido a la poca inversión y la ausencia de vigilancia.
Los pobladores y arqueólogos chinchanos están a la espera de la atención por parte del MINCUL o de las autoridades locales para preservar este sitio y promover el turismo en dicha ciudad. “Que esto no siga ocurriendo, al final es lo único que tenemos”, añadió el arqueólogo.