Durante la pandemia por el COVID-19 se evidenciaron muchas de las problemáticas que enfrenta el Perú, especialmente en el sector educativo, pues una de las acciones más alarmantes ha sido el cierre de las escuelas. Esto, además, trajo consigo el incremento de la deserción escolar.
Ana de 15 años - quien es estudiante de la I.E.P Nuestra Señora de Fátima - cuenta: “Me encontraba perdida desde el año pasado hasta hace poco, pero ya estoy tratando de establecerme. A veces ayudo a mi mamá desde la mañana hasta la noche y llego cansada a casa así como también sin tiempo para realizar las tareas”. Esta es solo una situación de muchos estudiantes que están pasando por asuntos similares.
Para entender el tema de deserción escolar nos contactamos con Diana Rodríguez Bustamante, Coordinadora de Bienestar, Participación y Tutoría de la Dirección General de Educación Básica Regular – MINEDU, quien explicó: “Cuando hablamos de deserción lo que entendemos es el año en el que los estudiantes no se vuelven a matricular, excluyendo por supuesto aquellos que por alguna razón han fallecido o aprobaron el quinto año de secundaria. Todos ellos que no aparecen ya en el sistema al año siguiente de matrícula, son los que entran en esta categoría de interrupción de los estudios”.
Asimismo, la especialista explica algunas razones por la que los estudiantes interrumpen sus estudios. Estas están relacionadas a la precaria situación económica familiar, condiciones de mayor riesgo de vulnerabilidad como necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad, la brecha de género, el embarazo o la maternidad o paternidad temprana.
Actualmente con la educación a distancia se hace más complicado mantener una comunicación con las familias y con los estudiantes. Eso también dificulta que se evite la interrupción escolar o se den herramientas a las familias para que los escolares sigan sus estudios.
Por otra parte, Federico Ayala Bellido - quien ocupa el cargo de Innovación Pedagógica de la DREA - explicó que “El abandono de los estudios suele generar consecuencias como el embarazo adolescente, riesgo de caer en explotación, ser víctima de violencia o trabajo infantil, lo que hace posible que estos ciudadanos tengan menores oportunidades laborales, sociales y realización personal frente a los que sí terminan sus estudios”.
Frente a esta situación, se proponen distintas medidas para revertir la deserción escolar, como dice Federico Ayala Bellido: “Las medidas que debemos tomar en casos de deserción escolar es generar un ambiente de confianza con nuestros estudiantes y mantener una comunicación constante. Impulsar el liderazgo de los docentes y directivos para coordinar con los apoderados, para guiar a los estudiantes brindando facilidades para que no dejen la escuela”.
La especialista Diana Rodríguez Bustamante agrega lo siguiente: “Demanda mucho esfuerzo de todos los actores de la comunidad educativa, tanto adultos como jóvenes, como una de las acciones que se promueve, es este trabajo entre pares para que sean también los mismos estudiantes quienes puedan ofrecer una motivación o puedan justamente identificar una situación de riesgo para que puedan alertar. Entonces ahí podemos hacer un cambio y ayudar”.
La deserción escolar es una problemática que se ha ido normalizando poco a poco, pero esto debe revertirse. La interrupción escolar incrementa las otras problemáticas país como pobreza, ignorancia, explotación laboral y más. Es necesario tomar medidas ante estos casos, siendo todo el entorno social quien apoye en la identificación de estos casos. Porque no solo es una estudiante, ni un solo colegio en el que se incrementan los casos de deserción escolar.