Cuando Luis Alberto Mendoza llegó a Lima, en abril de 1972, proveniente de Majes, en la provincia de Castilla, Lima atravesaba unos de sus más grandes procesos de migración. Fueron años en que miles de peruanos nacidos en distintas regiones del país llegaron a la capital peruana para forjarse un futuro mejor. En su pueblo natal, Luis Alberto vivía en un hogar con servicios básicos limitados. Se desempeñaba en labores de agricultura, pero su sueño era convertirse en abogado.
Solo en Lima, pensaba, podía conseguir un empleo que le permitiera costear sus estudios. Pero, según cuenta, se topó con una ciudad que no necesariamente lo recibió de buena manera. “La discriminación, inicialmente, era tan solo por la vestimenta”, recuerda. “Además, por aquella época no había facilidades para que los jóvenes puedan trabajar a medio tiempo”, añade. En algún momento quiso tirar la toalla, pero, tras tocar varias puertas, pudo conseguir su primera oportunidad laboral en un supermercado.
Hoy Luis Alberto es un jubilado graduado en Derecho. Así como él, sin embargo, miles de jóvenes siguen dejando sus ciudades de origen ante la escasez de empleo formal. De acuerdo con información del Ministerio de Trabajo, “en diciembre de 2022 hubo 4.1 millones de trabajadores formales en todo el país, pero de ellos 3,314,823 se concentraron en una sola provincia de cada departamento, lo que representó el 80.9% del empleo formal nacional”. En ese contexto, Lima sigue siendo la ciudad que mayores oportunidades brinda.
Estas cifras evidencian una cosa: pocas cosas han cambiado en el mercado laboral peruano en casi medio siglo. Así lo confirma Wendy, como vamos a llamar a nuestra siguiente fuente. Antes de venir a Lima, ella vivía en la ciudad de Tacna, donde tenía una vida tranquila dedicada a la docencia. Por temas personales tuvo que migrar a la capital peruana en el 2003. “Aquí, suele haber muchos postulantes para la poca cantidad de vacantes”, dice. “Las colas son largas, hay mucho desorden. En general, diría que la experiencia es bastante incómoda”.
Retos y oportunidades
Después de la pandemia, la tasa de desempleo ha venido en aumento. La crisis económica y la inestabilidad política, son dos de los factores que han generado esta situación, nos dice el abogado laboralista Julio Palomino, pues fomentan la desconfianza en todas aquellas empresas que quieren invertir en el país.
“Definitivamente, se deben evitar normas regulatorias que sean muy drásticas para los empleadores, porque ello no fomenta el trabajo formal”, explica el especialista. “Además, el Estado debe promover políticas que puedan combatir la informalidad laboral. Por ejemplo, se podría empezar impulsando una norma que le dé todos los beneficios sociales a aquellos jóvenes que entran al mercado laboral por primera vez”, complementa.
Charles Juárez llegó a esta ciudad en 1986. “En Piura no había mucho trabajo y era mal pagado. Pasaba mucho tiempo de para”, cuenta. Había perdido las esperanzas de poder obtener mayores ingresos para su familia, a pesar de contar con título universitario. No le quedó otra de coger sus maletas y meter en ellas todas sus pertenencias e ilusiones. Sabía que el camino no sería fácil, pero tampoco tenía muchas opciones.
Tras pasar por decenas de procesos de selección, y múltiples empleos, unos mejor pagados que otros, pudo hacer una red contactos que le permitió crecer profesionalmente. Charles considera que una de las mayores dificultades son los sueldos bajos que ofrecen las empresas, los cuales, en la mayoría de casos, no se condicen con las responsabilidades que se deben asumir. Es el costo de vivir en una ciudad con poca regulación laboral, donde muchas empresas explotan a sus trabajadores, ante su necesidad de tener empleo, sin que aparentemente se pueda hacer nada.
Informe realizado por los Corresponsales Escolares Santiago André Bellatin Mendoza, Charles Xavier Juarez Alvarado, Reimi Arianna Bardales Sawada, Juan Manuel Polar Cohaila, Thiago Hideaki Uezu Tsukazan del Colegio Peruano Japonés La Unión, de Lima. Bajo la mentoría del periodista de El Comercio Jorge Chávez Noriega.