De un simple dibujo de uno de tus hijos, con pocos materiales y algo de tiempo, puedes tener un hermoso retrato. Solo sigue estas instrucciones y en 20 minutos tendrás tu trabajo terminado.
Simplemente necesitas cinco materiales: Una tijera, un lápiz, una crayola, un aro de bordado, y una pequeña servilleta de tela.
Para empezar, debes cortar la servilleta en forma de cuadrado, de un tamaño ligeramente superior al aro de bordado. Debes acomodarla exactamente al centro y hacerle una marca para saber el lugar donde se debe dibujar.
Pídele a tu hijo que haga un retrato en la servilleta con el lápiz, y luego pásale encima el plumón negro para que el dibujo agarre más fuerza e intensidad.
Lo ideal es planchar el dibujo. El calor es necesario para que la tinta se impregne en la servilleta y luego no se corra.
Separa las dos partes del aro de bordado, y coloca el dibujo en el más pequeño. Luego pon el más grande y ajústalo para que el retrato quede bien templado.
Dale la vuelta al aro y recorta la tela que sobresale.
¡Listo! En estos simples pasos, ya tienes tu retrato familiar.