Guionistas a la calle
Felicity Huffman (“Desperate housewives”), Matthew Perry (“Studio 60″) y Jason Alexander (George, en “Seinfeld”) son algunos de los actores que se han unido a las protestas de los guionistas.(Fotos: Reuters)
Ya es noticia conocida que el sindicato de guionistas de cine y televisión de EE UU (WGA) ha iniciado desde el cinco de noviembre una huelga indefinida que ha empezado a preocupar a quienes esperamos con ansias la hora de nuestros programas favoritos. El interés sobre el tema es enorme.Como se sabe, la WGA organiza a 12 mil escritores de películas, televisión y nuevos medios que por estos días andan con los ánimos revueltos. La última huelga de este gremio tuvo lugar hace casi 20 años, en 1988. Duró 22 semanas y ocasionó pérdidas estimadas por el valor de 500 millones de dólares.
Para los que no están al tanto, hay dos razones que motivan la huelga:
+Primero, el interés por parte de los guionistas en renegociar el monto que reciben de los grandes estudios de las ventas totales de los DVDs. Actualmente existe un pago de 0.3% del valor de cada DVD vendido. Hasta donde he podido constatar ese porcentaje se traduce en apenas 4 centavos de dólar por cada DVD. Ahora piden cuatro más.
+Segundo, el interés de que les paguen por los miles de shows y películas que se bajan a diario a celulares y computadoras, asunto que llama poderosamente la atención, especialmente si se entiende que el consumo de televisión en el futuro se basará en ese modelo. Actualmente no reciben ni medio por todas las descargas a celulares y computadoras.
Como se sabe, además del salario o pago correspondiente por la elaboración de los guiones, los escritores ya reciben pagos cada vez que se repite el show que escribieron (práctica que, en mi opinión, debería generalizarse también en estos lares).
Me han preguntado de qué lado estoy. Del de los guionistas, pues son una parte esencial en la innovación creativa de la televisión y una de las que más valor aporta al producto final. Gracias a ellos las series de televisión tienden más a “The Wire” o “Heroes” que a “Baywatch”. Siempre estaré de acuerdo con que se deben dar mejores remuneraciones a mejores guionistas.
El principio del pleito
Desde hace algún tiempo se sabía que el gremio entero planeaba negociar un contrato que reemplazaría, en caso de que las conversaciones fueran exitosas, al que venía aplicándose hasta el 31 de octubre. Las conversaciones empezaron a calentarse cuando, a pesar de que los guionistas accedieron a disminuir el porcentaje de sus demandas (es decir, menos de 4 centavos), los estudios siguieron en sus trece. Sobre las transmisiones y descargas vía Internet nunca hubo acuerdo.
Los estudios, organizados en torno a la Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), compraron espacios publicitarios en las revistas “Variety” y “The Hollywood Reporter” en los que expusieron sus puntos de vista. Ahí y a través de otros comunicados han declarado que los escritores ya reciben pagos por las descargas y que cuando empezó la huelga ya habían elaborado una propuesta sobre la forma de remunerar las transmisiones por Internet.
Además, refieren que no se puede calcular el éxito de la distribución de material audiovisual por Internet pues ese mercado se encuentra aún en pañales y que mayores regalías para los escritores podrían frenar el crecimiento en tiempos en los que se incrementan los costos de producción.
Los representantes de los guionistas dieron un punto de vista distinto. Según ellos, en las negociaciones los estudios les dijeron que los nuevos medios iban a canibalizar a los medios tradicionales por lo cual debían mantener los porcentajes que les pagaban bajos. Algo del tipo, “cuando llueve, todos se mojan”, solo que a la inversa.
Primeros afectados
Hasta el momento los primeros afectados han sido los late night talk shows, es decir los programas nocturnos de entrevistas del tipo David Letterman y Jay Leno. Ocurre que los monólogos de inicio, los chistes y algunas otras ocurrencias, son planificadas y escritas por excelentes guionistas que se inspiran en la materia noticiosa del día a día. Como no hubo quien pusiera en papel las gracias, los programadores se han puesto a repetir programas anteriores y los editores han preparado sancochados del tipo “Lo mejor de…”.
La Fox ha postergado la producción de “24” (quedaban por filmar 16 de las 24 horas) y “Desperate Housewives” ya se quedó sin guiones. Otras bajas: “Law & Order” “New adventures of old Christine” y “Two and a half men”… ¿Quieres saber si tu serie favorita seguirá transmitiéndose en Norteamérica? Despreocúpate… todos los episodios de estreno que ya se han filmado se agotarán antes de Navidad.
Hay quienes dicen que es altamente improbable que nos veamos seriamente afectados porque la mayoría de los programas que se transmiten acá corresponden a temporadas pasadas. Me parece una roca. Si bien es posible que los canales de cable que vemos en Perú se lleguen a “nivelar”, el sentido común obliga a la simplificación: mientras más tarde se inicien las grabaciones de nuevos episodios, más tarde los veremos en Latinoamérica.
Entonces, ¿quién gana con esto?
No se sabe. Por lo pronto otros sindicatos están mostrando su apoyo a los guionistas, por ejemplo el Screen Actors Guild (SAG). Si bien no hay un consenso entre los 150 000 artistas afiliados a este gremio, entre las estrellas que se encuentran a favor están Eva Longoria, Julia Louis-Dreyfus, John Stamos, Tim Robbins, Julianne Moore y Robin Williams. Llama el caso del presentador Jay Leno, que apoya la huelga a pesar de que su programa ha sido uno de los primeros afectados.
Algunos empiezan a mirar con preocupación que no ocurra nada en las pantallas, pero más aún, detrás del televisor. Los técnicos y los equipos de producción dependen de que se graben programas o se presenten en vivo. Si no ocurre ni lo uno ni lo otro, están básicamente desempleados. Por eso el gobernador “terminador” Schwazenegger ha intentado, sin éxito, que se inicien las negociaciones nuevamente.
Para los televidentes es obvio que cobrarán más importancia los programas de noticias, aunque a partir de hoy hasta eso está en duda: los redactores de noticias de la CBS, la cadena que menos se ha perjudicado por la huelga, votarán en el transcurso del día para decidir si se unen a sus compañeros en el paro.
Pero no vaya a creer que los guionistas la tienen fácil. “The New York Times” ha publicado un análisis muy completo en el que señala que hace años que los estudios ven que sus beneficios se van entre actores y directores superstar (¿se acuerdan de la millonada que cobraban por episodio los protagonistas de “Friends”?) por lo cual ya no quedaría, supuestamente, mucho más para repartir. En resumen, los estudios no quieren ceder más. Y menos ahora.
De hecho, algunos han suspendido hasta nuevo aviso decenas de acuerdos de proyectos a largo plazo con lo que han descrito como un “ahorro” y empieza ha evidenciarse como alternativa “rentable” el reality show. Efectivamente, los formatos de programa sin guión son más baratos, pero también indisponen al anunciante que sabe que generan menos sintonía, en la mayoría de los casos, que los programas “con guionistas”.
En esa línea de pensamiento, sería ingenuo pensar que los anunciantes no están jugando su propio partido negociando con las cadenas, aunque es claro que se encuentran protegidos. Cuando se supo que programas de gran sintonía como “The Office”, “Desperate Housewives” y “24” detuvieron su producción, se temió que el horario estelar quedara “fuera del aire”.
Pronto los auspiciadores se dieron cuenta de que no tenían nada que perder: los contratos que firmaron garantizan conteos globales de audiencia así que si la cadena no cumple con el número de televidentes correspondiente, se ve obligada a incrementar el tiempo de emisión.
Si nadie gana, ¿quién es el que pierde?
Me atrevo a decir que quienes más tienen que perder son las cadenas. Lograr un público cautivo para un programa de emisión, digamos semanal, no es tarea sencilla. El ser humano es un animal de costumbres y si estaba acostumbrado a mirar los lunes por la noche a Kiefer Sutherland corriendo de un lado a otro, y de pronto lo obligan a buscar una alternativa, existe el riesgo de que la alternativa le guste.
Y ahora sí que hay alternativas… las series que nosotros vemos por cable, en Norteamérica se ven por grandes cadenas nacionales. Si en 1988 solo el 55% de los hogares norteamericanos estaban suscritos al cable y en consecuencia tenía una variada oferta de distintas opciones de tele, ahora la proporción de gente que puede engancharse con algo más mientras hace zapping se acerca al 85%.
Como si no bastara, las cadenas de televisión ahora tienen enemigos aún más temibles que los canales de cable: ver capítulos o temporadas enteras por Internet es una práctica frecuente. Aunque suene redundante no está demas recordar que los inversionistas buscan rentabilizar su inversión y, en ese sentido, seguirán al público y colocarán sus piezas publicitarias en el medio en el que la esquiva audiencia pose su mirada.
Por ahora, esa mirada se ha posado sobre el genial Seth MacFarlane, creador y productor ejecutivo de la comedia de dibujos animados “Padre de familia” convertido en líder e imagen de la protesta, quien ha hecho algunas declaraciones bomba… “Estas compañías no pueden sobrevivir durante mucho tiempo sin nosotros”. Sus reclamos me parecen razonables, pero en un mundo en el que nadie es imprescindible no puedo dejar de preguntarme si tendrá razón. ¿Qué dicen?
*Estimados lectores: Desde enero del 2009, el blog “Tv en serie” lo desarrolla Romina Massa. Este post escrito por el anterior blogger, Javier Masías, seguirá en línea pero sin opción de dejar comentarios.