"Souvlaki" de Slowdive: ¿por qué no debería estar detrás del "Loveless"?
Es curiosa esta anécdota: la primera vez que vi la portada de este disco fue en una conocida discotienda de Galerías Brasil. Debe haber sido en el año 2001. Pero no fue fácil encontrar el álbum; curiosamente, la única copia disponible estaba detrás de dos ejemplares del Loveless de My Bloody Valentine. Luego descubriría la paradoja.
Souvlaki fue lanzado un día como hoy hace exactamente 22 años. Para algunos es un álbum que marcó la pauta en los años noventa y años posteriores; para otros, es una producción siempre a la sombra de la pieza maestra de los MBV, publicada en 1991. Para mí, es un disco que debió ponerse al costado y nunca detrás de aquellas copias del Loveless.
Comparar ambos discos es un despropósito. En una época de riffs concretos, Slowdive apostó por las guitarras infinitas y logró moldear en este, su segundo álbum de estudio, al incipiente dream pop. El inolvidable track inicial, “Alison”, es una prueba de tal refinamiento y de la bella sincronía lograda entre Neil Halstead y Rachell Goswell.
Una pieza clave en la concepción del disco fue Brian Eno. La banda le había solicitado que produjera el álbum, pero el legendario músico prefirió sellar su nombre en los créditos como colaborador. Y así lo hizo: aportó con los sintetizadores en “Sing” y “Here She Comes“.
Dos años después, Slowdive lanzó su tercer álbum —Pygmalion (1995)—, y tras una breve incursión en el plano experimental, la banda se separó para convertirse parcialmente en una nueva agrupación, Mojave 3. Nada fue igual hasta el 2014, año que los vio volver con una gira de reunión.
Alguna vez un amigo me dijo que si el Loveless aportaba enormemente al shoegaze con la ejecución guitarrera, Souvlaki hacía lo propio con sus magníficas letras. Puede ser. Aunque yo siempre he visto a los dos álbumes —si cabe la analogía cinematográfica— como El Padrino 1 y 2; es decir, como dos obras con un mismo origen, diferente aporte, pero igual de logradas. Espero, pues, que hayan cambiado el orden de ambos discos en aquel mostrador de Galerías Brasil.
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