5 mujeres científicas que tus hijos (y tú) tienen que conocer
De vez en cuando, Almudena juega a que es mamá de sus muñecas, sobre todo de Camila o de Mina Lulu, nombres que ha elegido para sus “babies”, como las llama. Cuando lo hace, suele ser una mamá tierna pero firme, algo así como: “lo siento mucho Camilita, pero ya se acabó la hora de jugar y es la hora de dormir para mañana ir al nido”. Acto seguido, mete a Camilita en la cama diciéndole que es por su bien y le da un beso.
Particularmente, me gusta más cuando juega a que es profesora, bailarina o jedi, pero si hay algo que aprecio del juego a ser mamá, es que, a veces, les dice a sus “hijos” que ya se va a trabajar y que vuelve pronto. Estas situaciones son, probablemente, un reflejo de nuestra relación madre-hija y me alegra saber que ella tiene claro que si en el futuro decide tener hijos, sigue siendo una posibilidad desarrollarse profesionalmente.
Sin embargo, la idea de formar una familia suele tener que ser una elección para muchas mujeres que, en algún punto de su vida, van a tener que decidir entre una de las dos vías: el trabajo o los hijos. De hecho, según estudios recientes, esta es una de las razones principales por las que hoy en día, la participación femenina en las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), es baja.
Ante esto, existen mujeres que han logrado conciliar los dos ámbitos en sus vidas o bien que han decidido que no querían tener hijos y creo que ambas decisiones tienen mensajes poderosos que deberíamos hacer llegar a nuestras hijas: primero, que no tenemos que tener hijos si no es algo que realmente deseamos y, segundo, que si los tenemos, podemos ser capaces de ser buenas profesionales además de madres.
Creo que es tiempo de poner un “granito de arena” para derribar algunos estereotipos y empezar a reconocer (para luego enseñarles a nuestras hijas) que siempre han existido mujeres talentosas en el mundo científico, que las niñas también pueden ser exitosas en este campo y que elegir ser físicas o matemáticas, en el futuro, es una posibilidad para ellas. Con este objetivo en mente, les dejo una lista personal de 5 mujeres científicas cuyos aportes cambiaron nuestro modo de vivir.
1. Marie Curie
María Sklodowska fue la primera mujer en doctorarse, la primera en dar cátedra en la universidad y la primera en recibir un premio Nobel.
Revalorizó la dignidad de las mujeres en el trabajo y en la sociedad cuando corrían tiempos en los que la igualdad con los hombres era una utopía.
Descubrió el polonio y fue la primera persona que logró aislar un gramo de radio. Por cada una de esas contribuciones recibió un premio Nobel. Dedicó su vida a la investigación y la mayoría de cosas que ganó, las donó.
Pero el logro no fue suficiente, Marie lo llevó a la práctica: durante la Primera Guerra Mundial, realizó más de un millón de radiografías a los heridos y estuvo expuesta a tantas radiaciones que terminó muriendo a causa de estas.
Marie Curie era mujer y atea. Además, tiempo después de que su esposo muriera, se la involucró con un hombre que se estaba separando de la mujer con la que había estado casado. Todos estos son motivos suficientes (hasta hoy) para ganarse el odio de buena parte de la población. Sin embargo, nada impidió que su talento fuese reconocido y su aporte invaluable.
2. Emmy Noether. La mujer más importante en la historia de las matemáticas
Emmy fue una matemática alemana. Al principio no destacó en los estudios y a pesar de que se crió en un ambiente de erudición científica, se le enseñó a cocinar y limpiar al igual que la mayoría de las niñas de la época.
Cuando tuvo 18 años, obtuvo el certificado de profesora de inglés y de francés en la escuela de chicas en Baviera. Esto era lo que se esperaba de una chica de esa edad. Sin embargo, un par de años después, cursó estudios de matemáticas en Erlangen, donde en una clase de cientos de hombres solo había dos mujeres. Después, se especializó en matemáticas como oyente porque a las mujeres no les estaba permitido acudir a las clases como estudiantes.
Es reconocida por su contribución al álgebra abstracta. Fue una revolucionaria de las matemáticas con teorías sobre anillos, cuerpos y álgebras; también de la física, con el teorema que lleva su nombre y que explica que «a cada simetría le corresponde una ley de conservación, y viceversa».
Solamente se le permitió acceder a un puesto no oficial de profesora asociada, esto por ser mujer, judía, socialdemócrata y pacifista.
Cuando los nazis llegaron al poder, se fue a Estados Unidos, donde dio clases. Su trabajo en la teoría de las invariantes fue utilizado por Albert Einstein en la formulación de algunos de sus conceptos relativistas.
3. Ada Lovelace. La primera programadora de la historia
La historia de Ada es diferente a las antes mencionadas, ya que ella no tuvo que buscar ser instruida, sino que su madre, desde chica, la llevó por el camino de las ciencias.
Ada conoció a Charles Babbage (profesor de matemáticas en la Universidad de Cambridge y padre de las computadoras) y de inmediato empezaron a escribirse por carta sobre temas relacionados con las matemáticas.
En 1834, Babbage tenía planes para la construcción de un nuevo tipo de máquina de cálculo, una máquina analítica de carácter general (diseño de un computador moderno de uso general). Tiempo después, el matemático Louis Menebrea, publicó una memoria en francés sobre la Máquina Analítica. Ada tradujo la memoria al inglés, pero su trabajo no quedó ahí, sino que le añadió un conjunto de notas más voluminoso que la memoria en sí.
Fue la primera persona en el mundo que describió un lenguaje de programación de carácter general al interpretar las ideas de Babbage incluso mejor que él mismo. En 1843 publicó una serie de notas sobre la máquina analítica que firmó solo con sus iniciales por miedo a ser censurada por su condición de mujer. A pesar de su gran contribución, tuvo que pasar más de un siglo para que la historia le diera su lugar. Así fue como, en 1979, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos reconoció los aportes de esta mujer y creó un lenguaje de programación en su honor llamado Ada.
4. Hedy Lamarr. Cine y ciencia
La vida de Hedy Lamarr es fascinante. Fue la primera actriz de cine en protagonizar un desnudo y la primera también en interpretar un orgasmo para la pantalla grande. Sin embargo, la actuación era solo una de todas las cosas que Lamarr sabía hacer bien.
Producto de un encierro al que era sometida por su esposo opresor, continuó con sus estudios y aprovechó el cautiverio para obtener información sobre la tecnología armamentística de la época de los clientes y proveedores de su marido y elaboró su plan de fuga.
La gran aportación de Hedy Lamarr a la humanidad no estaba relacionada con su belleza física sino con su capacidad para concebir la teoría del espectro ensanchado, lo que hoy en día podría entenderse como precursor del wifi. La primera vez que Estados Unidos empleó su patente fue en la crisis de los misiles de Cuba, y no fue hasta la década de 1980, cuando el sistema vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.
La idea de Hedy Lamarr, mantenida en secreto por el ejército americano, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi.
5. Jocelyn Bell Brunell. Talento estelar
Jocelyn nació el 15 de julio de 1943 en Irlanda. Su padre, arquitecto, trabajó en el observatorio de Armagh y le ofreció la oportunidad de visitarlo. Ahí empezó su amor por la ciencia.
Tiempo después, obtuvo su licenciatura en Física y se unió a un equipo de investigadores con los que construyó un radiotelescopio para observar los quásares (fuentes astronómicas de energía electromagnética), dirigido por Hewish.
Un día, cuando analizaba datos tomados por el telescopio, notó unas señales de radio muy regulares y rápidas como para provenir de quásares. Junto con Hewish, analizaron los datos y determinaron que las señales provenían de estrellas muy masivas que rotaban a gran velocidad a las cuales llamaron Pulsares: los únicos objetos donde la materia puede ser observada a nivel nuclear.
En 1974 Anthony Hewish y Martin Ryle recibieron en conjunto el premio Nobel en física por el descubrimiento hecho por Bell de los Pulsares. Y aunque no le compartieron el premio, sí ha recibido otros muchos reconocimientos. De hecho, ella ha declarado que le ha ido mejor sin ese galardón. Sin embargo, es claro que también lo merecía.
La mayoría de estas historias son antiguas, pero incluso en las recientes, es evidente el esfuerzo que han tenido que hacer (y siguen haciendo) las mujeres para poder estudiar o para hacerse un nombre sin ser disminuidas.
Quiero, para Almudena, una sociedad en la que los logros de mujeres y hombres sean reconocidos por igual, una sociedad en la que tengamos igualdad de posibilidades. Mientras tanto, para que eso pase, sigo abriendo la mente de mi hija a posibilidades distintas, equitativas, justas. Y la convenzo de que puede ser exitosa en lo que sea que la haga feliz.
Estas mujeres son solo 5 ejemplos de científicas cuyo aporte es invaluable, es evidente que hay muchísimas más y también en otros campos (que iré explorando progresivamente), pero por el momento, creo que es importante acercar estas historias a nuestras hijas. Ya sea mediante un cuento, un juguete o una canción, siempre se puede contribuir a lograr que, en lugar de jugar a ser la cenicienta, nuestras hijas empiecen a jugar a ser Marie Curie.