Post FIL Lima 2017: Entrevista a Iván Lanegra sobre su libro “¿Qué es el cambio climático?"
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Hace unos días fue confirmado como uno de los invitados para el Hay Festival Arequipa 2017. Allí será uno de los que expondrá sobre medio ambiente. Iván Lanegra, abogado, politólogo y catedrático de la PUCP, presentó en la última FIL Lima su libro “¿Qué es el cambio climático? Calentamiento global y sociedad”.
Escrito con un lenguaje muy didáctico y estructurado a manera de guía, esta publicación presenta diversos conceptos y alcances fundamentales sobre el calentamiento global que afecta el planeta.
En 140 páginas, el autor –ex viceministro de Interculturalidad y ex adjunto de la Defensoría del Pueblo para el Medio Ambiente—nos urge a “actuar con inteligencia climática”. En este diálogo con “Libros a mí“, Iván Lanegra, la responsabilidad de detener las consecuencias del cambio climático es tanto individual como colectiva. Y una buena forma de saber qué podemos hacer al respecto es leyendo este texto.
-¿Cuánto debe importarnos que Estados Unidos haya dejado el Acuerdo de París sobre el cambio climático?
Sin duda es una decisión que ha tenido un impacto en el mundo de la política climática por lo que significa Estados Unidos como el país que tiene una de las mayores contribuciones de gases de efecto invernadero junto con China. No obstante, las acciones que hoy en día se llevan a cabo para enfrentar el cambio climático no dependen solo de Estados Unidos. Hay diversos motivos por los cuales los países desarrollados están sinceramente interesados en promover una mayor eficiencia, por ejemplo, en el uso de energía, o en promover las energías renovables, y en renovar su productividad y su competitividad sobre la base de características ambientalmente sostenibles. Y eso tiene que ver con una mirada a largo de largo plazo en donde ya han encontrado que la economía está yendo en ese camino y no ir a dicha velocidad implicaría ser menos competitivo que el resto de países. Por esa razón es que la salida de EE.UU. del acuerdo no motivó a que otros países hagan lo mismo. Y de otro lado, al interior de Estados Unidos también hay otros actores que no dependen directamente de la decisión de Trump: ciudades y estados que también tienen compromisos en lo climático y que seguirán con ellos más allá de lo decidido por el gobierno federal.
-¿Cuánto de asidero tiene esta idea de que el cambio climático no existe y más bien solo es algo que podría retrasar el crecimiento económico de muchos países?
Creo que no existe ningún tipo de dudas sobre el calentamiento global. Las principales instituciones encargadas de realizar mediciones han sido claras: la temperatura ha subido alrededor de un grado centígrado con relación a la existente antes del período industrial. Eso es un hecho. La discusión, en todo caso, estaba sobre cuánto era el impacto de las actividades humanas sobre ese cambio, es decir, cuánto han contribuido las emisiones sobre los efectos del calentamiento global. Y la evidencia científica revela con un enorme grado de certidumbre que el principal responsable son los gases de efecto invernadero, que tienen como fuente principal el consumo de combustibles fósiles. También hay una parte que deriva de la degradación de los bosques naturales. Existen, desde luego, personas que indican que esto no es así, pero son una parte muy pequeña del total de científicos en el mundo.
-Si hablamos de competitividad y cambio climático, cuando Donald Trump anunció la salida de EE.UU. del Acuerdo de París dijo que esto beneficiaría a su país con una mayor cantidad de empleos…
Por ejemplo en el caso de Estados Unidos, el carbón se ha convertido cada vez en una actividad menos competitiva. Y no por las regulaciones ambientales ni los compromisos asumidos, sino porque otras fuentes de energías se han hecho mucho más competitivas y son más eficientes. Y ya incluso los estados donde antiguamente el tema del carbón era una principal fuente de empleo, viene siendo reemplazo por otras actividades que incluso generan más puestos de trabajo. Por ejemplo, en ciudades como Pittsburg, que de hecho fue una de las zonas que Donald Trump mencionó en su discurso de retiro del Acuerdo de París. Entonces, los economistas y científicos están de acuerdo en que este tipo de medidas no tienen sino impacto en el muy corto plazo. Efectivamente, esto puede ayudar a que algunos empleos en este rubro no se reduzcan tan rápido pero en el mediano y largo plazo es una mala decisión porque ocasionará que EE.UU. se retrase en los cambios que necesita para ser igual de competitivo que sus rivales de otras regiones.
-Si nos comparamos con las grandes potencias mundiales, ¿por qué el Perú es uno de los países que más sufre los efectos del cambio climático?
Porque el cambio climático es un fenómeno global. No hay ninguna relación entre donde emites y donde suben los impactos. Aunque Perú tiene un nivel de emisiones muy bajo, tanto per cápita como global, es uno de los países de la región que tiene mayores impactos por consecuencia del clima. Y un ejemplo de esto es lo ocurrido con el fenómeno El Niño. Hace unos días en una nota de “El Comercio” se menciona que la economía regional del norte de nuestro país tuvo un decrecimiento del 2.1% de su PBI por este fenómeno. Eso sin duda es muy significativo. Y está concentrado en gran medida en el sector agrícola, uno de los más vulnerables al cambio climático. En el caso del Perú, la vulnerabilidad no solo ocurre por los cambios del clima sino por la ausencia de políticas de adaptación que hagan que la economía y la sociedad en su conjunto sean más resilientes a los efectos del cambio climático.
-Teniendo en cuenta que somos muy vulnerables al impacto del cambio climático, ¿es muy difícil imaginar la existencia de un partido verde en un país como el Perú?
Tanto en Perú como en muchos otros países los temas de la agenda no solo son ambientales. Hay otros asuntos vinculados con la seguridad ciudadana, con el empleo y ahora con la corrupción, que ocupan los lugares más importantes de las preocupaciones de las personas. Entonces, un partido puramente verde no alcanza toda la agenda que se necesita en un país como el nuestro para dar una oferta políticamente atractiva. No obstante, es posible articular la agenda ambiental con esa agenda de desarrollo que el Perú requiere. De hecho, la agenda climática no es una ambiental sino de desarrollo. Me explico: adaptarnos al clima implica que nuestra agricultura sea más resistente al cambio climático. Eso exige ser más competitivos y tener una infraestructura más resistente. Eso mejora nuestra competitividad como país, pero además si hacemos que las energías renovables sean más importantes en nuestra economía, que el transporte público sea más eficiente y que el manejo de los bosques sea más sostenible. Todo eso tiene un impacto directo en la vida de las personas. En conclusión, quizás un partido verde no cale, pero sí creo que uno, cualquiera sea, que no tenga esos temas dentro de su agenda, sería un partido incompleto.
-¿Hay en su opinión un ideal de país al que debamos emular si hablamos de políticas medio ambientales?
No hay un país como ‘total’, pero sí hay experiencias puntuales en diversas áreas. Es muy conocida la experiencia en Curitiba, Brasil, donde se maneja mucho más sostenible diversos aspectos de la vida de la ciudad. Tenemos mejoras en el transporte que se han desarrollado en Medellín, Colombia; mejoras de calidad del aire en Santiago –que si bien sigue sufriendo este problema, han ido empujándolo–. Son experiencias puntuales. Creo que algo que podríamos empezar a hacer es mirar experiencias de otros lugares del mundo. Una de las cosas que el tema climático tiene es que, al ser un tema global, si bien los problemas no son iguales, sí hay experiencias y soluciones de otros países del mundo que pueden ser tomadas como referentes para enfrentar problemas presentes en nuestro país.
-Por último, ¿qué pueden hacer los que compren su libro por el planeta?
Informarse es básico. Lamentablemente el cambio climático ha estado centrado a un grupo de expertos, gente vinculada a los temas ambientales, y en verdad este es un tema de desarrollo, de prosperidad de la gente, por lo que informarse es clave. Segundo, hay un conjunto de decisiones puntuales que las personas pueden tomar en su vida diaria con un impacto sobre el clima. La adaptación es un elemento fundamental: gran parte de los daños de fenómenos como El Niño tiene que ver con viviendas que han sido construidas en lugares inadecuados, sin la infraestructura necesaria para poder –por ejemplo—soportar una lluvia. Tenemos también agricultores, personas que han dejado de lado este tipo de medias de prevención. Creo que hay que mirar la responsabilidad individual pero también la colectiva. Es cierto que la gente tiene una responsabilidad como ciudadano y consumidor, pero también hay otra tarea como comunidad, como Estado, para no incentivar que, por ejemplo, todos los años tengamos gente en las mismas quebradas sufriendo por los mismos daños. Y más allá de esto, hay cosas elementales, como ser más eficiente energéticamente en casa, aprender a organizarse y poder tomar acciones que reclamen a las autoridades un mejor tratamiento de esos temas, ya sin duda eso un paso significativo.