¿Qué países confían más en las vacunas?
Las vacunas han salvado millones de vidas desde que se usó por primera vez en 1796 por Edward Jenner [aquí un interesante artículo en inglés]. Lamentablemente, en los últimos años han aparecido un grupo de personas —en la que también hay algunos médicos— que cuestionan uno de los mayores avances de la salud mundial. Son conocidos como el movimiento antivacunas y se han encargado de inundar la internet con falacias y mitos que exageran los efectos secundarios de las vacunas, falsean los datos para minimizar la efectividad de la inmunización, meten el miedo en nombre de “lo natural” frente a “lo químico”, esbozan teorías conspirativas de las farmacéuticas y los gobiernos, y aprovechan los errores y las negligencias que han existido en la historia de los tratamientos como ejemplos para apoyarlas.
Esto se ha convertido en una grave amenaza para la salud pública. Se ha visto el resurgimiento de enfermedades que pueden ser fácilmente prevenibles mediante la vacunación. Mientras que la OMS ha anunciado que América es la primera región libre de sarampión, países europeos (en teoría, los más desarrollados) ven brotes cada cierto tiempo. La polio no se puede erradicar de algunos países como Pakistán porque se oponen a la vacunación.
En ese sentido, un grupo de investigadores liderados por la Dra. Heidi Larson de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, publicaron los resultados de un estudio que involucró a unas 66 000 personas de 67 países sobre la percepción que tienen sobre las vacunas en cuanto a su importancia, efectividad, seguridad y compatibilidad con sus creencias religiosas. En términos generales, existe una actitud positiva hacia las vacunas y los programas de inmunización [ver mapa global]. Sin embargo, se ha evidenciado un porcentaje preocupante de escepticismo en algunos países, especialmente, los europeos.
Es irónico ver que Francia, lugar donde nació Louis Pasteur, uno de los pioneros de la inmunización, sea el país más desconfiado con relación a las vacunas: el 41% de los encuestados no están de acuerdo que sean seguras, más de tres veces el promedio global que ronda el 12%. De los diez países con mayor desconfianza hacia las vacunas, seis son europeos: Bosnia-Herzegovina, Rusia, Ucrania, Grecia, Armenia y Eslovenia. Japón, uno de los países más desarrollados y potencia económica mundial, está en la misma situación.
De acuerdo con Larson, es de vital importancia hacer un seguimiento regular sobre la percepción de las vacunas para identificar rápidamente los países en los que disminuye la confianza. Esto permitiría diseñar mejores estrategias de comunicación para revertir esta situación a tiempo.
Los países donde hay mayor confianza sobre la seguridad de las vacunas son: Bangladesh, Arabia Saudita, Argentina, Filipinas y Ecuador. Perú se encuentra en el puesto 22 con un 8,3% de encuestados que piensa que las vacunas no son seguras. Esto es bueno porque estamos por debajo del promedio mundial, pero somos de los más desconfiados dentro de la región.
Con relación a la pregunta de que si las vacunas son importantes para los niños, los países con mayor proporción de encuestados que respondieron favorablemente son: Bangladesh, Ecuador, Irán, Filipinas y Argentina. Perú se encuentra en el puesto 20, donde el 2,5% de los encuestados están en desacuerdo con esta afirmación.
Los países con mayor proporción de personas que consideran efectivas a las vacunas son: Argentina, Etiopía, Ecuador, Filipinas y Arabia Saudita. En el caso del Perú, un 8% de los encuestados creen que las vacunas no funcionan.
Finalmente, la última pregunta estuvo relacionada con la compatibilidad entre las vacunas y las creencias religiosas. En este caso, los países con mayor proporción de encuestados que no veían un problema de compatibilidad son: Arabia Saudita, Finlandia, Brasil, Armenia y Australia. En el Perú, el 20,5% no estaba de acuerdo con ello.
Como pueden ver, existen muchos factores relacionados con las actitudes que tienen las personas respecto a las vacunas. En términos generales, nuestro país sigue siendo inmune a los movimientos antivacunas, pero no debemos bajar la guardia.
De acuerdo con el pediatra Carlos González, autor del libro “En defensa de las vacunas“, el miedo a las vacunas se explicaría porque a medida que la enfermedad va desapareciendo y la población la olvida (los más jóvenes ni siquiera han visto sus consecuencias), el miedo a la dolencia se convierte en temor a sus efectos secundarios, que aunque pueden existir, son escasos y, en la grandísima mayoría de los casos, leves.
Les dejo un interesante video sobre el tema:
Referencia:
Larson, H., de Figueiredo, A., Xiahong, Z., Schulz, W., Verger, P., Johnston, I., Cook, A., & Jones, N. (2016). The State of Vaccine Confidence 2016: Global Insights Through a 67-Country Survey EBioMedicine DOI: 10.1016/j.ebiom.2016.08.042
Nota adicional: La encuesta en el Perú fue realizada a 1000 personas.