Instituto Nacional de Planificación Urbana y Territorial (INPUT)
No, esta institución no existe. Pero quizás debería existir hace años. Porque lo que se le está haciendo a nuestro país día a día, desde hace décadas, no es mas que una destrucción constante de nuestro patrimonio. El pasado, el presente y el futuro también.
Una sociedad que se respeta debe cuidar su patrimonio, en cualquiera de sus tiempos. Un país que pretende ser una potencia turística, más aún. La generación de valor nacional a partir de buen uso del suelo y el territorio es clave para la sostenibilidad. Es, también, un aspecto que debemos cambiar a la brevedad posible antes de que sea muy tarde.
Quien haya tenido la oportunidad de viajar por nuestro país y visitar ciudades como Cusco, Urubamba, Chincheros, Aguas Calientes, Máncora, Iquitos, entre otras, ha sido testigo del evidente deterioro urbanístico que vienen sufriendo. Esto, obviamente, es provocado por una serie de problemas que tenemos como Estado y sociedad y que están arraigados en el tiempo. En muchos casos, inclusive, pareciera que no hay una real motivación para revertir la situación, como si fuera una cuestión voluntaria, inclusive, aunque suene surreal.
Si miramos a México, por ejemplo, un país con muchas similitudes con nosotros (buenas y malas), notamos que ha logrado mantener su patrimonio urbano en un nivel muy aceptable en muchos aspectos. Y esto es ya desde hace muchos años atrás. ¿Cómo se logró? A través de políticas publicas y un interés real inculcado en su sociedad; un trabajo de largo aliento que deja ver sus resultados. Una de estas políticas públicas, el Programa Pueblos Mágicos, creado en octubre del 2001, por la Secretaría de Turismo en conjunto con otras secretarías complementarias, ha logrado poner en valor, proteger y recuperar 132 pueblos en todo México. Este programa recibía de fondos de Gobierno Federal hasta 2019, pero funciona de manera autónoma ahora y se siguen incluyendo pueblos. La experiencia ha traído múltiples beneficios en lo económico, social, turístico y, obviamente, también en lo urbanístico. No está de más decir que, como todo proyecto, este no es perfecto y siempre será susceptible de ser criticado. Pero lo cierto es que los resultados positivos hoy son evidentes para cualquiera.
Dimensión Paralela
Hagamos ahora una comparación regresando a nuestra inverosímil realidad: solo en Lima y Callao, desde 1981, se han elaborado mas de 12 Planes Urbanos; algo inconcebible si entendemos que los planes urbanos son, por naturaleza, de largo plazo.
Por desgracia, desde hace muchos años la planificación de la ciudad depende de la autoridad municipal de turno, imponiendo, por lo general, un nuevo equipo y una nueva visión cada vez que hay elecciones. Como es de esperarse, además, en muchos casos estos cambios y movidas responden a intereses particulares. Este constante modus operandi tiene como principal resultado una ciudad que crece sin ningún orden ni control. Mucho menos con un plan definido con un objetivo claro en el tiempo. Este caos es continuamente aprovechado por las mafias y los oportunistas de turno, tal vez los más interesados en que todo siga igual.
Una ciudad bien planificada es una que es sostenible en el tiempo. Esto porque la sostenibilidad se genera a partir de tres pilares claves: sociedad, economía y medio ambiente. Encontrar ese balance es el reto que tenemos como sociedad en nuestros tiempos. La arquitectura y el urbanismo no pueden ser ajenos a estos principios; todo lo contrario, deben desarrollarse en sintonía con estos.
Una apuesta concreta
Pero volvamos a la idea que planteé al inicio: el INPUT. Este nombre se me viene a la cabeza como la denominación de una institución autónoma, técnica e interdisciplinar. Considero que es momento de que, como Estado y sociedad, propongamos un cambio radical en la forma de planificar NUESTRA ciudad.
Esta institución autónoma definitivamente trabajaría invitando a los sectores relevantes, como Vivienda, Turismo y Economía, de modo que se establezcan las sinergias necesarias a partir de puntos de una agenda en común que se puedan ir implementando de manera gradual y constante, independientemente del gobierno de turno.
Algo muy importante es trabajar en paralelo en los ámbitos urbano y territorial, pues la interrelación entre ambos es clave en la planificación; no se trata de solo planear las ciudades o urbes, sino definir claramente su relación y limites con el territorio. Esta relación inexistente resulta en un grave deterioro del paisaje, producto de un desmedido y descontrolado crecimiento horizontal de las ciudades.
Aún estamos a tiempo de logarlo y contamos con profesionales en todos los ámbitos necesarios para asumir esta gran tarea. Solo así podremos garantizarles a nuestras futuras generaciones un país y unas ciudades de los que podamos sentirnos orgullosos y vernos beneficiados con una calidad de vida que todos queremos y merecemos.
Tenemos un país inmensamente rico en muchos sentidos: con una geografía espectacular, un patrimonio histórico envidiable y un potencial inmenso para revertir los errores que nosotros mismos venimos cometiendo hace décadas. Pero la única forma de lograrlo es dejando de lado los egos políticos y la improvisación; solo así nos convenceremos de que este cambio no solo es posible, sino que es casi una obligación hacerlo realidad.
Horacio Goitre
Estudio: Vicca Verde
Presidente de la AEA