Me voy de viaje ¿qué hago con mi mascota?
Cuántas veces hemos deseado salir de la rutina, escapar del tráfico de la ciudad y del estrés del trabajo, pero hemos detenido nuestros planes de hacer un viaje corto porque no supimos qué hacer con nuestra pequeña mascota, a la que no siempre podemos llevar con nosotros.
Eso no debe significar un problema si contamos con un familiar o con una persona de confianza para que durante nuestra ausencia nos haga el favor de cuidar a nuestra mascota, siempre que ésta sea un pez, un ave o un gato. No siempre es necesario llevarla a casa de este pariente o amigo porque la mudanza suele causar estrés en nuestro animalito. Y es que le afecta sentirse alejado de su dueño y de su ambiente habitual. Uno lo nota porque los pájaros dejan de cantar, los peces se quedan mustios, y los gatos marcan su distancia.
La idea es que esta persona te pueda hacer el favor de ir a tu casa un mínimo de dos veces al día para alimentar a tu mascota, sacarla a pasear, y pasar un rato con ella para evitar el estrés de la separación.
Los animales no son como las personas que dosificamos nuestra comida para que nos alcance por un período de días. Ellos comen todo de una vez o, a veces sucede que, cuando no quieren alimentarse más juegan y botan el resto de la comida. Por eso, alguien debe darle la ración adecuada.
A los perritos sí se les puede llevar a una pensión para canes, donde, según su personalidad podrá adaptarse a los demás. Por naturaleza, los canes andan en manada y siempre habrá un líder a quien seguir. Los gatos no. Ellos son cazadores solitarios y no andan en manada.
La ausencia del dueño debe ser por pocos días, porque un viaje de más largo sí puede causar problemas, como depresión en la mascota.