“Lola”, la gata de buen corazón que se creyó mamá de cachorros
Hace unos días Lola, una noble gata negra que requería de una operación, llegó a nuestra clínica veterinaria. La intervención se realizó con éxito, pero ella tuvo que permanecer internada por unos días para su evaluación médica y recuperación.
Desde el comienzo, Lola se convirtió en la gata reina de la clínica, pues se hacía querer por todos, desde los veterinarios internos, hasta los que nos han acompañado por décadas. Se acercaba a ellos para socializar y siempre lograba que se quedaran con ella más tiempo de lo que pensaban, acariciándola o jugando.
Una noche llegó a la veterinaria un joven con una caja que contenía nueve cachorros de perro recién nacidos. Se los había encontrado abandonados en un parque.
Los nueve cachorritos estaban en buen estado de salud, pero muy hambrientos. Les dimos fórmula en mamadera y los llevamos a una de las salas post-operatorias de perros, para alojarlos y después continuar con su cuidado hasta poder darlos en adopción.
Pero, por ser cachorritos, extrañaban a su madre y lloraban mucho, por lo que decidimos sacarlos de ahí, pues no dejaban descansar a los demás canes, los cuales requerían tranquilidad.
Los llevamos al pabellón de gatos, donde esa noche solo estaba Lola. Queríamos observar cómo reaccionaba ella ante la presencia de sus nuevos acompañantes. Lo sorprendente es que casi de inmediato nuestra gata querendona se acercó a los nueve perritos y al poco tiempo comenzó a lamerlos, lo que al parecer dio tranquilidad a los pequeños perritos, pues lograron calmarse.
Al otro día vimos que Lola, que nunca tuvo crías, adoptó a los cachorros. Era toda una madre: los observaba, lamía, y permanecía muy cerca a ellos para darles calor; si se salían de la caja los empujaba para meterlos de nuevo.
Pero no pasaron muchos días para que el mismo joven encontrara a la mamá de los cachorritos. La trajo a la veterinaria con las mamas llenas de leche, y de inmediato la acercamos a sus crías para que les diera de lactar.
Esa noche Lola lloró toda la noche. Extrañaba a los cachorros. Pero los internos pudieron tranquilizarla con juegos y caricias.
Ahora la madre está con sus nueve crías. Lola tiene conquistados a los veterinarios internos y muy pronto regresará con su dueña a casa.
¿Qué nos dice todo esto? Principalmente que no es necesario que exista una falsa preñez en animales para que estos traten de proteger a los recién nacidos. Es un instinto natural, así no sean de su misma especie.
Lola nunca se mostró uraña, ni trató de agredir a los perritos. Por el contrario, su instinto materno floreció aun cuando nunca antes fue madre.
Esto confirma que el único ser que daña a otro por placer es el hombre.