Los perros también juegan
La Sociedad Peruana de Zoopsiquiatría recomienda que todo perrito, desde el primer mes de nacido y durante toda su vida, debe tener sus propios juguetes en casa. Si no los tiene, se volverá un animal ansioso. Estos no deben ser prestados por el niño y menos compartidos con él.
En las veterinarias o en las tiendas especializadas para mascotas encontrará una variedad de juguetes para perros. Una vez al mes renuévele su juguete, sino se aburrirá de los antiguos y buscará nuevos objetos con los cuales jugar, como los muebles de la casa o los zapatos de sus dueños.
Huesos de carnaza y distintos objetos masticables son perfectos para el perro cuando es cachorro, pues le ayudan en el cambio de dientes de leche por los definitivos.
Cuando crezca, cómprele una pelota para perros. No la que usan los niños ni la de yaxes, pues la puede tragar y asfixiarse.
Ningún juguete debe ser más pequeño que el tamaño de su hocico porque podría tragarlo y el objeto extraño quedaría alojado en el intestino o en otro órgano, necesitando una cirugía para retirarlo. Tampoco le compre juguetes de plomo, pues podría intoxicarse.
El perro, así como los niños, tiene sus juguetes favoritos. Por más que estén muy masticados o viejos, el perro los adora así que no los bote. Solo hágalo si ya no juega con ellos.
No lo acostumbre a jugar con trapos y menos aún con piedras. Estas rompen los dientes y pueden ser tragadas.
Una cosa es importante: nunca permita que su mascota le gruña si usted le retira su juguete de la boca. El perro debe saber que usted es el dueño, tanto de él como de sus juguetes. Tenga en cuenta que en los perros no existe la democracia sino la jerarquía, y allí usted es quien domina. Es un error de las personas querer humanizar a las mascotas.
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