Científicos emplazan a la Organización Mundial de la Salud
Hace algunas semanas comunicábamos en esta columna de la real posibilidad de que el nuevo coronavirus pueda ser transmitido por finísimos aerosoles originados en las vías respiratorias de personas infectadas. Eso significaba que el contagio del virus podría ser producido, simplemente por entrar a una habitación cerrada, en la que antes estuvo alguna persona infectada.
Citábamos a uno de los científicos mas vocales en la defensa de esa posición, el Dr. Joseph Allen, director del programa Edificios Saludables de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan, quien en una columna de opinión en el Washington Post, criticaba agriamente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos por su lentitud en reconocer que los aerosoles podrían ser un medio importante de contagio del nuevo coronavirus. Al respecto, en sus recomendaciones del 29 de junio, la OMS dice que los aerosoles solo son importantes cuando se producen durante algún procedimiento al pie de la cama de un enfermo.
Parece que la paciencia de los científicos se ha agotado. El 4 de julio pasado, se dio a conocer que 239 científicos de 32 países han redactado una carta abierta a la OMS, en la que resumen la evidencia que muestra que los aerosoles pueden infectar a las personas, y le piden a la agencia que revise sus recomendaciones al respecto. Los investigadores planean publicar su carta en una revista científica.
Sin duda, esa carta abierta expresa la profunda insatisfacción de una gran parte de la comunidad científica -y por que no decirlo, de la sociedad- con respecto a las posiciones tan conservadoras que ha tenido durante esta pandemia, la -hasta ahora tan venerada- Organización Mundial de la Salud.
Las mascarillas y los asintomáticos
El ejemplo mas citado de la pasividad de la OMS, es su posición con respecto al uso de las mascarillas para evitar la infección. No ha sido sino hasta el 5 de junio pasado que la OMS cambió su recomendación con respecto al uso de las mascarillas. Tercamente, incluso cuando la propia CDC había cambiado su recomendación a comienzos de abril, la OMS seguía insistiendo que las mascarillas solo debían ser usadas por personas enfermas.
Otro ejemplo es el que se refiere a la contribución de las personas asintomáticas en el contagio de la enfermedad. Al respecto, la declaración de la Dra. María Van Kerkhove de que la contribución de los asintomáticos al contagio de la enfermedad era insignificante fue tan mal recibida, que el Dr. Anthony Fauci, asesor científico de la casa Blanca- contradijo públicamente a la OMS, diciendo directamente que esa apreciación estaba equivocada.
Sabiendo que la proporción de personas asintomática infectadas por el nuevo coronavirus ha sido estimado en 25 a 45% de todos los infectados, es simplemente lógico pensar que la contribución de los asintomáticos al contagio general es importante.
Los aerosoles
De acuerdo a los expertos, no hay duda de que el nuevo coronavirus puede transmitirse a través de aerosoles que quedan flotando en el aire de una habitación cerrada en la que no haya ventilación, y en la que una persona infectada haya estado respirando.
En una prepublicación del 7 de mayo, el Dr. Allen hace una revisión del tema, estableciendo que -al igual que el virus de la gripe- el nuevo coronavirus puede estar activo en aerosoles de 2.5 micrones, suspendido en el aire de una habitación cerrada durante una o dos horas.
Según los autores, la propagación del virus por aerosoles podría ser muy importante en el contagio por personas asintomáticas que pueden contagiar solo con hablar o gritar. Dos casos que prueban ese punto son el caso del ensayo de un coro en Estados Unidos, en el que una persona infectada, contagió -a través del canto- a 52 de los 61 miembros del coro, causando dos muertes; y el caso del masivo contagio producido en el crucero Diamond Princess, contagio que no hubiera ocurrido si el virus no se contagiara por aerosoles.
El reconocer ese hecho implicaría la adopción de profundos cambios en el comportamiento de las personas, haciendo que el uso de las mascarillas sea recomendada en cualquier espacio cerrado, incluyendo oficinas y otros centros de trabajo.
En una entrevista a “The New York Times”, el Dr. Paul Hunter, miembro del comité de prevención de infecciones de la OMS y profesor de medicina en la Universidad de East Anglia en Inglaterra, dijo que si la OMS fuera mas rigurosa en sus recomendaciones, los hospitales de países de ingresos bajos y medianos podrían verse obligados a desviar sus escasos recursos de otros programas fundamentales. El Dr. Hunter agregó que era muy fácil decir que la OMS debía seguir el principio de precaución e ignorar los costos sociales de esas recomendaciones.
En respuesta, otros científicos criticaron esa visión como paternalista, diciendo que si la OMS reconociera claramente que los aerosoles contribuyen al contagio del virus, podría recomendar el uso de máscaras de tela, las que si fueran usadas por todos, podrían reducir significativamente el contagio.
Corolario
El saber que el nuevo coronavirus puede contagiarse a través de aerosoles en espacios cerrados, e incluso en espacios abiertos con aglomeración, tiene dos aplicaciones prácticas.
A nivel individual, entender que el uso de mascarillas y el distanciamiento a mas de dos metros de distancia son comportamientos fundamentales. A nivel de la sociedad, que las autoridades regulen y vigilen los eventos de contagio explosivo en mercados, bodegas, vehículos de transporte público, colas en bancos y otros establecimientos.