Siria: "Tan cerca de la línea del frente las familias desplazadas podrían estar en peligro"
En el distrito de Azaz, en la provincia de Alepo, Siria, decenas de miles de personas abandonan sus hogares y se dirigen hacia la frontera con Turquía en busca de seguridad. Huyen del recrudecimiento de los combates en la zona donde vivían. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han estimado que unas 23.000 personas acaban de llegar a los campos y las áreas cercanas a la frontera, pero es difícil conocer las cifras exactas ya que la gente está en constante movimiento. Otros cálculos sitúan esta cifra en 30.000. En la zona fronteriza de Bab al Salamah hay 79.000 personas si se suman los desplazados recién llegados y los que ya llevan tiempo allí. Los equipos de MSF ya han distribuido tiendas de campaña y kits de artículos de primera necesidad a las familias desplazadas. En los próximos días, MSF tiene capacidad para cubrir las necesidades de refugio y kits para un máximo de 18.000 desplazados. Cada día, los equipos evalúan la situación de los desplazados y los nuevos movimientos de población para tratar de responder a sus necesidades.
Muskilda Zancada, coordinadora general de las operaciones de MSF en Siria, da su testimonio acerca de la crisis humanitaria en Azaz que se ha intensificado tras el recrudecimiento de los combates, que ha generado la huida de decenas de miles de personas.
Desplazados en Azaz © MSF
En esta nueva crisis de desplazados sirios, ¿qué es lo que están viendo los equipos de MSF en el terreno?
La falta de refugio es un problema importante. Ya existían campos para los desplazados dentro del país, y están al límite de su capacidad, pero esas personas están en mejores condiciones que las familias que están llegando a las afueras de estos campamentos. Estas personas son las que sufren mayor vulnerabilidad, las que reciben menor apoyo y las que más preocupan a MSF. Para empezar, no tienen acceso formal a la distribución de alimentos. Pero ayudar a desplazados que están en movimiento o fuera de los campos es complejo. De momento, los equipos de respuesta rápida de MSF están distribuyendo paquetes con bienes de primera necesidad y tiendas para dar refugio a más de 800 familias.
Por otra parte, dado que hay muchos hospitales cercanos a la línea de frente que están cerrados por falta de seguridad, MSF ha decidido aumentar el número de camas del hospital en el distrito de Azaz, pasando de 28 a 36 camas y haciendo preparativos en caso de tener que ampliar aún más su capacidad. Desde el pasado sábado, nuestro servicio de atención ambulatoria ha aumentado sus actividades un 50%. Y lo que estamos viendo es que la mayoría de los pacientes sufren infecciones en el tracto respiratorio.
También hay centros de salud en los campos, y hemos puesto en marcha un servicio de atención externa, yendo a las áreas donde hay bolsas de desplazados, para tratar de ayudar a los que no pueden recorrer largas distancias. Asimismo, estamos llevando a cabo análisis de otras posibles necesidades médicas urgentes. Ya hemos detectado que el agua y el saneamiento puede llegar a ser un problema: no hay suficientes retretes, duchas y baños para un aumento tan drástico de personas alrededor de los campos, así que estamos estudiando cómo vamos a dar respuesta a esto. También estamos preocupados por la posibilidad de brotes de enfermedades, en particular de sarampión, y hay que tener en cuenta que incluso con el frío no se puede descartar el riesgo de cólera.
¿Quién o qué está obligando a estas personas a huir? ¿Cuántas personas están en movimiento? ¿A dónde van?
No podemos decir cuántas personas están huyendo: el número cambia cada día. Hasta ahora nuestros equipos han contado 23.000 nuevas llegadas en los campos y las zonas próximas. Muchas de estas personas huyen de un sitio a otro una y otra vez porque las líneas de frente del conflicto se mueven continuamente. Muchos huyen de los constantes ataques aéreos. Nos preocupan mucho estos constantes cambios en las líneas de frente dado que algunos campos se encuentran cerca de estas líneas, y estas personas – familias con mujeres embarazadas, niños, personas mayores – podrían estar en peligro. Hay informes sobre el norte de Siria que aseguran que hay ataques aéreos contra campos de desplazados, y nos preocupa mucho que esto pueda llegar a suceder aquí.
¿Qué tipo de ayuda reciben?
Hay estructuras de salud existentes en algunos de los campos, pero no son suficientes. Otras organizaciones no gubernamentales internacionales están respondiendo, sobre todo dentro de los campamentos, pero parece están implementando planes a corto plazo. Cuestiones tales como la comida, el agua y el saneamiento no se han abordado aún de manera sistemática. De un tiempo a esta parte, tres hospitales apoyados por MSF han sido bombardeados. ¿Se trata de ataques deliberados? En la última semana, tres hospitales a los que MSF proporcionaba donaciones han sido atacados. Con este contexto de alta inseguridad, los equipos médicos sirios que apoyamos no han vuelto a estas instalaciones para evaluar los daños.
Uno de los hospitales era un centro que había sido gestionado por MSF y que en junio fue traspasado a una asociación médica siria. Es un centro al que continuamos dando nuestro apoyo con donaciones de equipos médicos y medicamentos. Solo entre enero y junio del año pasado, este hospital trató a casi 6.000 pacientes en consultas externas, 2.500 en la sala de urgencias y atendió 51 partos. En cuanto a si estos ataques fueron deliberados, no tenemos suficiente información para asegurarlo, pero sí podemos confirmar que los hospitales se vieron afectados por las bombas. También sabemos que en Siria, los hospitales y las estructuras sanitarias son demasiado a menudo blanco de ataques. Se trata de una tendencia preocupante que se intensificó a lo largo de 2015. Y en lo que va de este año, 13 hospitales han sido bombardeados en el norte y el sur de Siria, incluyendo cuatro apoyados por MSF.