Cinco razones por las que Alianza Lima dejó de ser ganador
Había sido campeón del Torneo del Inca en una final que la jugó con una intensidad digna de otro campeonato, otro rigor, otro compromiso. Podíamos aceptar que se sacrifique el toque y el manejo prolijo de la pelota a cambio de los centros reiterados y la presión por la recuperación que ejercía el Alianza de Sanguinetti hasta hace algunas semanas.
Una parte respetable de la hinchada aseguró estar conforme con ese estilo con tal de ganar el Torneo del Inca. “Solo importa ganar”, decían. Yo tardé en digerir esa propuesta y solo tuve la esperanza de que a partir del éxito de Sanguinetti con ese fútbol austero, pero efectivo, se pudiera encaminar al retorno del juego aliancista (PERO CON PROFESIONALISMO Y LA INTENSIDAD QUE EL FÚTBOL DE HOY REQUIERE).
Alianza inició el Torneo Apertura de forma infeliz. Lleva 5 partidos sin ganar y solo 7 puntos de 21 posibles. ¿Por qué? Trataré de lanzar algunas hipótesis.
1. LOS TIROS LIBRES DE TRUJILLO
Yo creo que el fútbol de Alianza en el 2014 ha tenido la misma modalidad siempre, con la diferencia de que ahora no la puede embocar. Al inicio del año, Alianza sufría lo mismo, pero aparecía Luis Trujillo para salvar tardes o noches con su zurda. Los grones salvaban los 3 puntos y se olvidaba que el andamiaje futbolístico era el mínimo. Pero ganaba.
2. LOS PENALES DE WALTER IBÁÑEZ
El uruguayo es sinónimo de ser infalible en estos cobros. Los tuvo en el Torneo del Inca y anotó 4 goles, salvando también al Alianza en varios encuentros complicados y cerrados. En el Apertura, los grones no han ocasiones estas faltas para aprovechar al ‘Colo’ y se ha perdido efectividad también por ese lado.
3. LA EFICACIA DE MAURO GUEVGEOZIÁN
Después de los 9 goles que anotó en el Torneo del Inca, Mauro solo anotó uno con la cara en el Apertura. ¿Qué pasó con el goleador? He visto los últimos partidos y su espíritu combativo se mantiene incólume, pero entró a una de esas rachas que todo delantero a veces sufre. En Huánuco no le daba ni al tercer bote. Además, el equipo ha dejado de dotarlo de la cantidad de pelotas que tenía antes. Su principal habilitador, Julio Landauri, también está bajo.
A esto hay que sumarle que pasó algunas semanas de incertidumbre por definir su futuro. Eso desconcentra a cualquier jugador. Al final se quedó en Alianza y solo le queda buscar otra la red y olvidarse de la mala racha.
4. SIGUE CARECIENDO DEL 10
A pesar de que el uruguayo Gabriel Costa ha hecho 3 goles en el Apertura, ello no significa que su producción de fútbol sea la necesaria. Sigue abusando de la gambeta individual y despojado de la pelota, no tiene pase largo, rara vez su desequilibrio acaba en la puesta cara de sus delanteros con el arquero. Israel Kahn tampoco completó su destape. Brillos esporádicos, pero no sostiene su campaña. Víctor Cedrón ni hablar.
5. SALIDA DE JUNIOR PONCE
Aunque nunca ha sido un jugador que me provoque aplausos, he de reconocer que Ponce ofrecía cosas que el resto de la plantilla no podía. Era el desequilibrio aliancista natural. El quiebre que ocasionó las faltas para el remate de Trujillo o el penal para Ibáñez. Aunque nunca logró ser un jugador de 90 minutos, en el fútbol peruano le alcanzaba con 45 por fecha. Eso sí, por el bien del jugador es mejor que se haya marchado.
¿Y EL CLÁSICO?
La reflexión final que me queda es que un triunfo en el Clásico es capaz de revertir todo lo malo que muestra Alianza en las primeras fechas. No es nada del otro mundo porque ambos compadres pasan por una irregularidad espantosa.
Hace unos días Susana Cuba amenazó con una poda en el plantel si los malos resultados persistían. Hay que tener ojo clínico en esto; una cosa es que los triunfos no lleguen, pero la propuesta funciona, y otra es que el equipo esté yendo para atrás por propia voluntad.
Y no me parece que en Alianza haya ninguna ‘cama’ que vigilar, pero tal guapeada de la administradora no deja de ser un remezón para mejorar la actitud. De hecho, puede que algunos elementos del plantel hayan dejado de entrenar con la misma fuerza tras la obtención del Torneo del Inca. Un aburguesamiento que no puede suceder.