Insulta al Zorro (si lo atrapas)
Me pasaría vidas enteras hablando acerca del ‘Zorrito’ Aguirre y no todas las horas tendrían que ser un jardín de alabanzas a lo que fue, es y será. Nunca sabremos el verdadero delantero que tenemos o en el futuro no sabríamos el atacante que dejamos ir por la ventana. Ambas son opciones perfectamente válidas de imaginar en este momento con el muchacho que un día dejó Pisco sin imaginar que su historia tendría mucha semejanza a la de tantos jugadores del Alianza Lima.En su etapa de juvenil Aguirre prometía mucho más que Jefferson Farfán en Alianza. Anotaba más de 100 goles todos los años en los escuálidos torneos de la ADFP donde solo era competitivo el Sporting Cristal, pero luego sería la ‘Foquita’ quien se desarrollara mejor en lo físico y con sus cualidades despegó hasta ser uno de los mejores jugadores peruanos en el extranjero.
El ‘Zorrito’ empezó a recibir más oportunidades cuando Farfán se marchó y al igual que su gran amigo fue de esos chicos que provocan al espectador encoger el pantalón y ponerse de pie cuando se aproxima a los metros finales de la cancha. Después de él no apareció otro que inspire esa deliciosa sensación de estar tan cerca del gol o, por lo menos, de un desaire al rival de turno.
Hace poco a Aguirre no le sirvió de nada haber sido uno de los mejores jugadores en el 2006, año del último título que consiguió Alianza. Los hinchas lo adoptaron para que sea su muñeco antiestrés y todo lo que sea insultos para descargar las múltiples frustraciones de no ganar partidos, goles fallados y tropezones del club.
El jugador en cuestión pertenece a esa extraña raza de futbolistas a quien se puede amar y aborrecer. El mejor ejemplar de esa naturaleza es Waldir Sáenz y el ‘Zorrito’ su sucesor, incluso, por su tendencia a distraerse en relajos de juvenil, entrenar sin seriedad y hacer que Alianza gane partidos y clásicos memorables o que pierda partidos ridículos con todo tipo de goles cantados, pero fallados.
Estuvo a punto de ser separado del club hace poco porque no justificaba el buen sueldo que gana debido al contrato que se le hizo cuando regresó de Francia y que -supuestamente- sería la salvación del equipo que el año pasado iba a descender. Hoy todos niegan de manera oficial que Aguirre haya estado en la cuerda floja, pero la verdad es que estuvo a nada de decirle chau a Alianza, incluso, con el aval de Gustavo Costas, quien perdió la fe en el delantero no solo por los goles que se falló sino porque gran parte de la mente del jugador estuvo puesta en otro tipo de actividades reñidas con la de un profesional del fútbol y eso significó un declive notorio en su juego.
Un gol le puede cambiar la vida a un delantero. En Iquitos el ‘Zorrito’ corrió a toda velocidad, robó pelotas, asistió en más de una ocasión, pero eso de nada habría servido si no lograba el gol que abrió la cuenta para Alianza ante CNI. Seguiría siendo el mismo fracasado, burro y pecho frío jugador que muchos alcanzaron a decirle por una serie de torpezas frente al arco en los más cruciales momentos. Ahora no.
Hoy Aguirre es la principal carta de los íntimos para tumbar a todos en la liguilla y llegar al play off como grande que es el equipo del pueblo. Sin que llegue a la categoría de ídolo, sí creo que es el jugador que en su esplendor puede darle más satisfacciones al equipo, incluso por encima del talento de Montaño que no siempre se traduce en goles. Aguirre es hoy por hoy pieza clave para romper defensas cerradas como la que se vendrá seguramente el miércoles ante Sport Áncash por su extrema velocidad y porque su mejor misión en adelante podría ser dejar a tiro de gol a su ocasional acompañante, Ovelar, Fernández o Velázquez.
Con esa fragilidad de memoria Costas hoy lo abraza y lo mima, yo escribo un post de él y ustedes leen ilusionados por el redescubrimiento de esta joya -joyita- aliancista. ¿Somos exigentes los aliancistas o inconsecuentes? ¿Cuántas veces insultaste al Zorrito? ¿Te pasa lo mismo con él que con Waldir? ¿Lo necesitamos para la liguilla? Sean sinceros por favor.