Cómo ganar 100 dólares en el Ganges
Hace 14 años conocí a mi mejor amigo, el ‘uruguasho’, cuando trabajábamos juntos en un banco en Miami. Un día mientras almorzábamos comenzamos a hacer planes de viajes que a lo mejor podríamos hacer juntos en el futuro. Mientras barajábamos posibles destinos le comenté del gran interés que me despertaba la India. Entre tema y tema le dije que había leído que el río Ganges tenía un nivel bacteriano 3.000 veces superior al considerado seguro para bañarse por los expertos sanitarios. Es así como nació la famosa apuesta:
–– Pues si algún día vamos, yo sí que me voy a bañar en el río Ganges –– dijo él.
–– Pues yo te apuesto 100 dólares que no lo haces –– repliqué yo.
Cerramos nuestro acuerdo con un apretón de manos.
Once años más tarde nos encontramos los dos aterrizando en el aeropuerto de Varanasi (Benares) en un vuelo procedente de Bombay junto con su ex novia y un amigo francés.
La India es un país magnifico, maravilloso, fascinante, pero si algún día piensan ir allí no comiencen por Varanasi. Tómense el tiempo para aclimatarse y absorber el shock cultural antes de pisar esta sagrada ciudad. Es que después de pasar solo tres días en Bombay, la Nueva York de la India, Varanasi es, como lo puso nuestro compañero de viaje Laurent, como recibir una cachetada a tus sentidos.
© Laurent Guillot
© Laurent Guillot
Para llegar del aeropuerto al centro de la ciudad negociamos dos ricksaws (mototaxis) para que nos lleven a la zona de hoteles baratos cerca del río. El trayecto fue como estar atrapados en un videojuego en el cual nuestros conductores jugaban a ganarse la carrera, conduciendo a velocidades absurdas mientras evitaban todo tipo de obstáculos: camiones, acequias, baches, motos, campesinos, vacas andando, vacas sentadas en el medio de la pista, vacas comiendo…
Las vacas son sagradas para los practicantes del hinduismo pues representan la maternidad, la fertilidad y la gentileza. Muchos visitantes a la India quedan sorprendidos por el hecho de que exista tanta desnutrición y que haya tantas vacas vagando tranquilamente por los campos. Se calcula que en la India hay una vaca por cada cuatro habitantes. Sin embargo, matar una vaca es ilegal en todo el territorio salvo en dos estados: Kerala y Bengala Occidental. Algunos antropólogos creen que se prohibió el consumo de carne vacuna (así como se fomentó el vegetarianismo) ya que los líderes religiosos y políticos concluyeron que no se podría alimentar a la creciente población si se fomentaba el consumo de carne. Sin embargo las vacas son muy importantes por su producción láctea, así como por el guano que se usa para fertilizar y como combustible.
Los mototaxistas nos dejaron en una concurrida plaza y nos señalaron la entrada de un laberinto de callejuelas que se suponía nos llevaría a los hoteles que les habíamos indicado. Tras más de una hora de caminar con las mochilas a cuestas y perdernos entre calles de menos de dos metros de ancho evitando motocicletas yendo a toda velocidad, mendigos, hombres santos, multitudes de gente y más vacas, escogimos un hotel a unos metros del Ghat de las cremaciones.
La ciudad vieja de Varanasi se encuentra en la ribera occidental del Ganges. El río es considerado sagrado para el hinduismo. La cosmovisión hinduista supone que uno vive un largo ciclo de reencarnaciones (Samsara) que termina cuando el alma se libera y se reúne con el universo. Los hinduistas creen que morir en Varanasi te libera automáticamente del Samsara. Es por eso que la ciudad atrae a miles de peregrinos y la convierte en un destino preferido para ir a morir.
Dada la importancia que tiene el río, los templos parecen luchar entre ellos para ocupar hasta el último espacio disponible delante del mismo. El río esta comunicado a la ciudad por una serie de escaleras monumentales llamadas Ghats, que son el centro de la actividad espiritual de la ciudad. En algunos de los Ghats se realizan las cremaciones rituales de los muertos, cuyos restos y cenizas son echados al Ganges. En otros la gente se sienta a meditar o baja al río a bañarse (se cree que bañarse en el Ganges sirve para purificar los pecados) o a lavar ropa.
En la madrugada siguiente tomamos un paseo en bote a remos por el Ganges, lo cual nos permitió contemplar todo el esplendor arquitectónico de los templos, así como las cremaciones y a varias personas bañándose en el río. Algunos chapuceaban con alegría, otros se sumergían con mucha solemnidad. A esa hora de la mañana la escasa luz disimulaba un poco el color del agua y mi amigo estaba considerando seriamente darse un chapuzón. Pero su ex novia le dio un ultimátum.
–– Si te bañas, no dejo que me toques por tres meses.
Creo que esa sutil persuasión femenina lo convenció de no saltar al agua. Felizmente, porque cuando nos acercamos al río en pleno día la contaminación era evidente.
A mí solo me queda decir una cosa:
–– ¡Che, todavía estoy esperando los cien dólares!
En el Ghat de las cremaciones se queman los cuerpos de los difuntos pare luego echar sus cenizas y sus restos en el río sagrado. La cantidad y calidad de madera que se utiliza varia según los medios de la familia del difunto.
Los templos parecen competir entre sí para poder acercarse al Ganges. Su ribera occidental cuenta con innumerables templos y escaleras monumentales que descienden hacia el río.
La gente considera que bañarse en el Ganges purifica el cuerpo (eso a pesar de que el nivel bacteriológico es muchas veces superior al recomendado por la OMS).
PD: Durante las próximas semanas estaré de viaje, pero trataré de publicar alguna crónica en ese tiempo. Saludos.