Si hay un mal que aqueja a muchos en estos tiempos en los que parece que el sedentarismo rige nuestro día a día, es el estrés. Y este, muchas veces, se refleja en nuestro cuerpo en forma de contractura muscular. Acostumbrados a este ritmo de vida, solemos vivir entumecidos, “sacándonos conejos” o buscamos desesperadamente quién nos haga un masaje exprés, sea o no este profesional.
En esta búsqueda de confort y bienestar, solemos acudir también a quiroprácticos, fisioterapeutas o similares y es también en este camino donde descubrimos que las técnicas del universo descontracturante son variadas y muchas de estas son poco conocidas, por lo menos en el Perú.
Una de ellas es la Técnica Graston, patentada en 1994 por el atleta de esquí acuático, David Graston, basada en el Gua Sha tradicional chino y en el masaje de fibras cruzadas usado por el Dr. James Cyriax, un cirujano ortopédico británico.
Según refiere esta técnica, David Graston luego de sufrir un accidente, tuvo que operarse de la rodilla pero al ver que su rehabilitación no progresaba porque los médicos no identificaban las adherencias de tejidos blandos que lo impedían, investigó por su cuenta otras terapias, entre ellas, la de fricción cruzada del doctor Cyriax.
¿En qué consiste la Técnica Graston?
La Técnica Graston es una terapia de movilización de tejidos blandos asistida por instrumentos de acero, cada uno con una forma especialmente diseñada para usarla en cada parte del cuerpo.
Entre el músculo, la piel y el hueso, hay capas de tejido fibroso llamado Fascia. Compuesto principalmente de colágeno, este permite estabilizar y flexibilizar tejidos como músculos, ligamentos, piel y otras estructuras internas.
En un sistema sano, los músculos pueden deslizarse sin restricciones. Sin embargo, después de una lesión, los fibroplastos depositan más colágeno aumentan la densidad fascial creando adherencias. Algunos especialistas llaman a esto tejido cicatricial, que es el que limita el rango de movimiento de los músculos, las articulaciones entre otros tejidos.
La Técnica Graston moviliza estos tejidos blandos con la ayuda de las herramientas arriba mencionadas, logrando aflojar o liberar las adherencias fasciales. Este método también promueve el movimiento de la sangre a través de lechos capilares y la estimulación de vías y reflejos neurológicos que afectan el tono muscular y la movilidad.
Esta estimulación mecánica fomenta una curación y funcionamiento óptimo que, apoyada en la instrumentación, llega a zonas profundas que el masaje convencional no logra.
Técnica Graston en Perú
En el Perú, la Técnica Graston es aplicada actualmente por Liz Díaz, fisioterapeuta de profesión. En conversación con Bienestar, ella nos contó que fue un amigo quiropráctico estadounidense el que la animó a incursionar en ella, por lo que viajó a mediados de 2020 a Estados Unidos a cursar la capacitación que ofrece el Centro Graston en varios estados de ese país.
Provocada por malas posturas, falta de movimiento o accidentes, el tejido fascia comienza a verse afectado, provocando así un acortamiento del movimiento de brazos, piernas, cuello, o las conocidas contracturas.
“Para disolver esa parte corrugada del tejido y para que el músculo nuevamente tenga esa flexibilidad, esa libertad de poder moverse y regresar a su postura habitual, yo tengo que romperla que no es lo mismo que dañarla”, indica Liz.
Esta zona, la que veremos en muchos casos como una mancha roja, debido a la afluencia de flujo sanguíneo en el área afectada, se regenerará poco tiempo después.
Conocida también como IASTM (Instrument Assisted Soft Tissue Mobilization) en español, Movilización del Tejido Blando Instrumentalmente Asistida, la Técnica Graston resuelve según estudios comprobados científicamente que “puede tener un impacto en los cambios fisiológicos al proporcionar un aumento en el flujo sanguíneo, reducción de la viscosidad del tejido, liberación miofascial, interrupción de los receptores del dolor y mejora de la flexibilidad del tejido subyacente. La investigación también sugiere que IASTM crea microtrauma en el área, lo que permite la respuesta inflamatoria natural de su cuerpo. Luego, el cuerpo cura o reabsorbe el tejido cicatricial o las adherencias que causaban dolor y restricción.
Una sesión rápida y sin dolor
Contrario a lo que muchos puedan pensar sobre esta técnica, quizás por la “mancha roja” que vemos aparecer después del raspado, esta no duele ni significa un daño a la piel.
Díaz aclara que el raspado debe tener un máximo de 30 segundos por zona, de lo contrario, sí podríamos causar algún daño. Asimismo, aclara que es recomendable que pase 48 horas entre cada sesión.
“Deben pasar 48 horas porque yo tengo que esperar que esa parte que he raspado y roto se nutra de sangre, de fluidos, de células, que lo van a reconstruir. En ese sentido, van a regenerar la zona donde que he roto. El tejido se restablecerá pero ya de forma regenerada. En la siguiente sesión, trabajaré lo que falta.
La especialista explica también que el tratamiento no requiere de sesiones en exceso y que nunca volveremos al nivel dañado inicial. Asimismo, recomienda seguir una serie de cambios en nuestro día a día como corregir la postura, hacer estiramientos, comer sano.
Entre las afecciones que la Técnica Graston puede tratara están las siguientes: Tendinitis/osis de Aquiles (dolor de tobillo) Síndrome del túnel carpiano (dolor en la muñeca) Esguince/esguince cervicotorácico (dolor de cuello), fibromialgia, Epicondilitis/osis lateral (codo de tenista) distensión lumbosacra (dolor de espalda), Tendinitis/osis del manguito rotador (dolor en el hombro) entre otros.
Para Felipe Martins da Rocha, quiropráctico de QuiroVital ubicado en Pueblo Libre, la Técnica Graston ve con buenos ojos este tipo de terapia y está a favor de complementarlas por el bien del paciente.
“Para que tratamientos multidisciplinares tengan excelentes resultados es bueno abordar varias facetas del problema. Si un paciente busca centros profesionales que trabajen juntos una misma problemática, los beneficios son mejores”.
Graduado en la Universidad Anhembi Morumbi de São Paulo Brasil, Martins da Rocha recomienda también complementar el uso de la Técnica Graston con ejercicios de estiramientos y buena alimentación así como acudir siempre con un profesional reconocido.
DATOS
- Hay casos, por ejemplo, los pacientes con cáncer y lumbalgia no pueden aplicarse la Técnica Graston porque esta estimula la circulación y en las condiciones como esa, el sistema linfático y sanguíneo están alterados.
- La Técnica Cyriax se aplica de forma transversal a la dirección de las fibras del tejido. Es un masaje que tiene como fin llegar a los tejidos más profundos.
- Si estás interesado en la Técnica Graston, puedes comunicarte con Liz a través de su cuenta de Instagram GrastherapyLima o directamente en este LINK.
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