Una pareja es el encuentro de dos mundos, donde las familias de origen forman parte de cada bando. A pesar de que, en muchos casos, se escucha la frase “yo me he casado contigo, no con tus padres”, debemos tener presente que los familiares son parte de la identidad de cada uno y merecen un alto respeto. Sin embargo, también es fundamental tener en claro que, para que una relación se mantenga, es necesario instaurar ciertos límites.
“Ante lo expuesto previamente, es importante que la pareja logre establecer fronteras a sus propias familias para que su participación no sea vista como un involucramiento disfuncional”, estableció el Mag. Edgar Flores, psicoterapeuta y Presidente de la Asociación Peruana de Investigación y Asesoría Psicólogica (ASPIAP), en diálogo con Bienestar.
De acuerdo con el especialista, no se puede permitir que la intervención de la familia sea origen de conflictos. Es importante que, si la presencia es constante, sea con comunicación asertiva y efectiva, respetando la independencia de la pareja que se está estableciendo. En ese sentido, no está mal que permitan que la familia brinde recomendaciones y orientaciones, mientras sean solicitados y respeten los límites puestos por los protagonistas de la relación.
Del mismo modo, cabe indicar que el alejamiento familiar no es recomendable, pero la cercanía excesiva tampoco. Por ende, se debe buscar un punto de equilibrio.
La relación con la familia
Según el experto, la relación previa de cada miembro de la pareja con su propia familia de origen también será un factor decisivo a la hora de establecer los nuevos roles de sus padres. No obstante, algunos hijos son dependientes de sus papás y deciden dejar la puerta abierta a la intervención de los padres voluntariamente.
De la misma manera, la situación puede ser más notoria para los hijos que han tenido una relación muy cercana con su padre o su madre. “Existen personas que han mantenido relaciones muy protectoras con sus progenitores, ya sea por alianzas o triangulaciones al interior de la familia, y sienten que deben tenerlos cerca solo para protegerlos”, agregó Flores.
¿Qué puedo hacer si la familia de mi pareja se está involucrando mucho en nuestra relación?
Lo ideal es que la pareja haga frente común y afronte los problemas. “Si consideramos que nuestros familiares se entrometen y sabemos que hay que poner límites, no podemos dar por hecho que se tienen que dar cuenta solos de su intromisión. Lo hagan o no, somos nosotros los que debemos decir hasta dónde pueden entrar en nuestra relación”, enfatizó el psicoterapeuta.
Por ello, Edgar Flores brindó una serie de recomendaciones para las parejas que estén pasando por este tipo de situación:
- A través de una reunión con los suegros, definir los roles que asumirán a partir de la fecha. Se debe hacer hincapié en que los límites deben ser respetados para mantener la autonomía e independencia de la nueva familia creada por los cónyuges.
- Pedir respeto de los espacios conyugales, incluso si la convivencia se lleva a cabo en casa de los progenitores de uno de los miembros de la pareja.
- Mantener mayormente la privacidad y confidencialidad de los cónyuges con respecto a los proyectos, acuerdos y decisiones, evitando hacer extremadamente partícipes a los familiares en estos contenidos.
- Con el fin de fortalecer la relación, mantener una comunicación fluida entre la pareja.
- Nunca hablar mal del otro cónyuge ante la familia de origen, ya que permitiría traspasar los límites y querer tomar participación de los conflictos.
- Establecer una vinculación armoniosa con la familia del cónyuge, aceptando y respetando las diferencias.
- Resolver los conflictos que se hayan originado a partir de las intromisiones de los familiares. No pueden dar por sentado que se solucionarán con el tiempo.