¿Las personas con síndrome de Down (SD) realmente son ‘niños eternos’? ¿Realmente no pueden trabajar ni estudiar? La respuesta es muy simple: no. Aunque este es un mito que ha abordado nuestra sociedad durante años, hoy en día, se puede afirmar que las cosas definitivamente han cambiado. Día a día, los jóvenes con SD levantan su voz para hacerse y derribar los estereotipos. En esa línea, conversamos con cuatro autogestores de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down (SPSD), quienes son un claro ejemplo de determinación, perseverancia y liderazgo.
“En la SPSD, nos dedicamos a concientizar a la sociedad alrededor de este tema que es muy sencillo de entender, pero muy difícil de incorporar en la mente y la vida de las personas. Por ello, buscamos entrenar a personas como Pamela, Giordy, Lisset y Máximo para que ellos mismo sean capaces de defender sus derechos y compartir sus historias. La parte más difícil de la discriminación es que arruina la confianza de las personas y bloquea sus oportunidades, lo que finalmente destruye su desarrollo. Es vital hacernos escuchar”, introdujo Pablo Gomez, Presidente de la Sociedad Peruana de Síndrome Down.
El arte como forma de expresión
Pamela Sotomayor, a sus 40 años, es una destacada líder autogestora en la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, desafiando con determinación los estigmas y mitos que rodean a las personas con esta condición. Con mucha emoción, nos contó lo que sintió cuando le hicieron la pregunta que cambió su vida: ¿quieres ser artista? Desde ese día, ha dedicado horas incansables de ensayo para perfeccionar su arte, respaldada por el apoyo incondicional de sus maestros y compañeros. Gracias a ello, se convirtió en campeona nacional de marinera, título que la llena de orgullo.
Además del arte, su determinación y liderazgo la ha llevado a participar en eventos internacionales en Uruguay y Colombia, donde ha compartido su pasión por la danza y desmentido el mito de que las personas con síndrome de Down son “niños eternos” incapaces de estudiar, trabajar o ser lo que deseen ser en la vida. Por el contrario, Pamela es un ejemplo vivo de cómo la inclusión y la igualdad de oportunidades pueden transformar vidas y enriquecer comunidades.
Hoy en día, Pamela no solo inspira con su arte, sino que también educa a otros sobre el Síndrome de Down y defiende incansablemente los derechos de las personas con síndrome de Down. Su historia es un recordatorio poderoso de que todos merecen respeto, oportunidades justas y el derecho a ser vistos como individuos completos capaces de contribuir plenamente a la sociedad. “Soy una persona como cualquier otra y también soy valiosa”, destacó la artista.
Experiencias en el mundo laboral y las grandes empresas
Giordy Peña, a sus 30 años, ha construido una sólida trayectoria laboral y educativa que desafía cualquier estereotipo sobre el síndrome de Down. Desde joven, mostró interés por la hospitalidad y completó cursos en hotelería y bartending. Su dedicación comenzó en casa, ayudando a su mamá con las tareas domésticas, especialmente en la cocina, donde disfrutaba poniendo en práctica sus habilidades.
Su primer empleo como barista en Starbucks le permitió ingresar al mundo laboral. Durante dos años, se destacó por su desempeño y habilidades en servicio al cliente. Luego, pasó cinco años en Prosegur, donde aprendió sobre digitalización. Posteriormente, realizó una pasantía en la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, fortaleciendo su compromiso con la causa y adquiriendo conocimientos valiosos sobre derechos y oportunidades.
Recientemente, Giordy fue contratado por la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral, institución dedicada a defender los derechos laborales en el país. Este nuevo desafío lo emociona profundamente, ya que le permite aplicar sus habilidades en un entorno donde puede contribuir significativamente a la defensa de los derechos de las personas.
Reconociendo los desafíos que enfrentan las personas con síndrome de Down para acceder al empleo, Giordy está determinado a seguir derribando barreras y rompiendo estereotipos en cada oportunidad que se le presente, tanto en el ámbito laboral como en su rol de apoyo en casa. “Si tienes miedo de dar ese paso al mundo, ten confianza en ti mismo y en tus compañeros. Consigue personas de confianza para que te acompañen durante el camino”, resaltó con felicidad.
Conocer nuestros derechos para saber defenderlos
Lisset Argote, a sus 39 años, es un ejemplo inspirador de autogestión y autonomía como miembro de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down. Su primer trabajo fue en Surco Salud, donde se encargaba de tareas de archivo y distribución de volantes. Actualmente, ha cumplido su primer mes trabajando en Listo!, una experiencia que le ha permitido seguir desarrollando sus habilidades gracias al apoyo y la guía de sus compañeras, quienes la han ayudado a adaptarse y aprender poco a poco. Lisset afirma con seguridad que las personas con síndrome de Down son completamente capaces de trabajar y estudiar, destacando la importancia de confiar en uno mismo y en la capacidad para lograr cualquier objetivo que se propongan.
La influencia de Patty Andrade, la psicóloga de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, ha sido fundamental en la vida de Lisset. Ella se encargó de enseñarle todo sobre sus derechos y cómo defenderlos, una lección profundamente valorada. En esa línea, hizo énfasis en la importancia de ser respetados y valorados, no sólo para su propio beneficio, sino también para poder defender a sus compañeros. Estas enseñanzas han sido un pilar esencial en su desarrollo personal y profesional, dándole las herramientas para hacerse valer en cualquier situación.
A lo largo de su camino, Lisset ha adquirido innumerables habilidades y experiencias que la han convertido en una persona autónoma y capaz. Ha aprendido a valorarse a través de su trabajo y ha explorado diversas actividades, desde bailar marinera hasta ser nadadora, lo que la llevó a competir en las Olimpiadas Especiales de Grecia en 2011. “Actualmente, me dedico más a la marinera. Pronto, en junio, competiré y espero quedar en el primer lugar”, agregó.
Lisset cuenta con emoción cómo ha logrado ser completamente independiente, demostrando que, con determinación y apoyo, las personas con síndrome de Down pueden alcanzar sus metas y vivir vidas plenas y autónomas.
La importancia de animar a los demás a romper estereotipos
A sus 49 años, Máximo Gallardo continúa desafiando los estereotipos sobre las personas con síndrome de Down, sobre todo a nivel laboral. Hoy en día, lleva seis meses trabajando en Metro, donde se encarga de ordenar el área de bazar. Con mucha emoción, él cuenta cómo su trabajo le ha permitido hacer buenos amigos, quienes lo han apoyado cuando han necesitado ayuda para sus tareas. Por ello, destacó la importancia del apoyo y la colaboración de su entorno.
Gracias a sus trabajos y al apoyo de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, Máximo ha aprendido a ser una persona muy responsable y un buen amigo. Él desafía firmemente los prejuicios que afirman que las personas con síndrome de Down no pueden trabajar o estudiar. “No somos niños eternos. Les prometo que ya no es así”, recalcó. Con esta convicción, Máximo también animó a otros jóvenes con síndrome de Down a no tener miedo de trabajar y/o estudiar y a hacerse escuchar. Él cree que es esencial no ser negativos, sino más bien motivar a los demás a romper las barreras que la sociedad les impone.
Máximo nos compartió su rutina diaria, la cual refleja su autonomía y capacidad para manejarse solo. Se levanta, prepara su desayuno, limpia su cuarto, y se dirige a su trabajo en transporte público, regresando a casa tranquilamente al final del día. Él hizo hincapié en la importancia del apoyo de la familia y los amigos, afirmando que con este respaldo, se puede lograr todo lo que uno se proponga. Su historia es un testimonio inspirador de cómo la determinación y el apoyo pueden ayudar a las personas con síndrome de Down a vivir vidas independientes, contrario a lo que se cree debido a las limitaciones impuestas por los estereotipos.
Para concluir, Pablo Gómez recalcó que la responsabilidad de incluir y respetar a las personas con síndrome de Down le corresponde a toda la sociedad, no solo a las familias que que conviven con una en casa. “Cuando la sociedad deje de discriminarlos y decirles que no pertenecen, ahí es cuando ellos serán libres de desarrollar sus habilidades. El éxito depende de cada uno. Venimos de una época en la que no se veía a ningún chico con SD estudiando en un aula regular o trabajando en oficinas, algo que ya ha cambiado. Falta mucho, pero estamos acercándonos cada vez más a la meta”, aseveró.
En palabras de Gómez, es imprescindible concientizar a la población en relación a la inclusión y el respeto. “Si nosotros trabajamos juntos para convertirnos en una sociedad que no discrimina, más amable e informada, y nos tomamos el tiempo de conocer a las personas, todo cambia. Debemos tomarnos un minuto en conocerlos en lugar de simplemente rechazarlos”, enfatizó.
“Yo soy padre de una niña de 10 años con síndrome de Down y sé que, al inicio, el proceso puede ser muy complicado. Por ello, les digo que sí, habrán dificultades, pero esto no quiere decir que no van a tener la posibilidad de desarrollarse y hacer lo que deseen. Nosotros, como padres, debemos ser una fuente de optimismo y alegría para ellos. Mi hija abosbe el día a día con una energía impresionante y, para mí, disfrutar eso es una dicha. Cuando uno transita este camino, se da cuenta de que no era necesario alterarse tanto, más sí lo es poner de nuestra parte para impulsar el desarrollo de nuestros chicos”, finalizó.
¿Deseas ser parte de este gran evento que celebra la diversidad y generar fondos para muchas personas con síndrome de Down y sus familias? Puedes participar corriendo, caminando, en bicicleta, con tu familia, amigos y mascota. ¡Todos son bienvenidos!
La donación es de S/ 45 y puedes inscribirte a través de los siguientes links:
Enlace de la web del evento: https://www.corre5k.spsd.org.pe/
Enlace de Joinnus: https://www.joinnus.com/events/sports/lima-corre-conmigo-5k-2024-59902