En un mundo cada vez más preocupado por la salud personal y el impacto ambiental de nuestras elecciones alimenticias, la dieta basada en plantas ha ganado gran popularidad. Esto la ha posicionado como la alternativa más saludable y que permite reafirmar nuestro compromiso con la sostenibilidad del planeta. Básicamente, con este régimen alimenticio se busca priorizar una mayor ingesta de alimentos como frutas, verduras, granos enteros, menestras, semillas y frutos secos, mientras que se pretende reducir o eliminar el consumo de los productos de origen animal, como las carnes rojas.
“Diversos estudios han demostrado que el consumo excesivo de carnes rojas, especialmente las procesadas, está asociado con un mayor riesgo de padecimientos crónicos como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, enfermedades hepáticas, obesidad, entre muchos otros. Esto se atribuye a diversos factores, tales como los altos niveles de grasas saturadas, colesterol y compuestos cancerígenos presentes en estos alimentos”, señaló Giulianna Saldarriaga, nutricionista de Clínica Internacional a Bienestar.
¿Qué beneficios tiene no comer carne?
Minimizar el consumo de carnes rojas y seguir una nutrición en base a productos de origen vegetal contribuye de forma directa a la reducción del índice de riesgo de padecer de diversas enfermedades crónicas. En definitiva, la gran cantidad de fibra que aportan estos alimentos vegetales traen consigo múltiples beneficios para la salud, sobre todo, en la microbiota intestinal, lo que favorece a una menor prevalencia de desarrollar afecciones como el cáncer de colon, precisó la nutricionista Karen Velásquez Pérez de la Clínica Ricardo Palma.
“De igual modo, es muy importante priorizar una dieta a base de plantas porque ayuda a controlar los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre, lo que resulta ser bastante beneficioso, en especial, para las personas con diabetes o quienes son más propensas a desarrollarla”.
Además, como refirió Saldarriaga, esta alimentación al brindar fibra, vitaminas, minerales y otros nutrientes, como antioxidantes, hace que las personas tengan un menor aporte calórico, lo que ayuda a mantener un peso saludable, disminuyendo así el riesgo de enfermedades, sobre todo, las de tipo cardíacas, por ende, se logra una mejor salud cardiovascular.
¿Qué alternativas de origen vegetal reemplazan a las carnes rojas?
De acuerdo con Velásquez Pérez, es importante tener en cuenta que, cuando se decide optar por disminuir o eliminar la ingesta de alimentos de origen animal, los grupos de nutrientes que se ven más afectados son las proteínas, el hierro y la vitamina B12. Sin embargo, si aprendemos a suplir correctamente y de acuerdo a nuestros requerimientos nutricionales, no debería presentarse un déficit en nuestra alimentación. Por ejemplo, a nivel proteico, podemos sustituirlo con una combinación de cereales y menestras, ya sea quinoa o arroz integral con una porción de lentejas, pallares, frejoles, etc.
“Ciertamente, esta importante combinación nos permite completar el pool de aminoácidos y gozar de una comida con proteínas de alto valor biológico. Por esta razón, lo más recomendable es consumir las legumbres de dos a tres veces a la semana, mientras que, la ingesta de cereales puede ser diaria. Por otro lado, es fundamental considerar que, el hierro de las menestras es de baja absorción en comparación a los alimentos de origen animal, al igual que, la vitamina B12, por lo que la mejor alternativa son los suplementos nutricionales, ya sean en pastillas o jarabes”.
¿Cómo reducir el consumo de carnes rojas y tener una dieta basada en plantas?
Principalmente, es necesario buscar la orientación de un profesional en nutrición que nos ayude a lograr de manera gradual la transición. Igualmente, es fundamental someterse a una evaluación nutricional, con el fin de conocer los hábitos, los antecedentes patológicos y el grado de actividad física, para poder determinar el requerimiento en cuanto a proteínas, vitaminas y minerales. Posterior a la recopilación de esta información, el especialista podrá indicar los tipos de alimentos y cantidades que debe ingerir cada individuo para evitar el déficit de algún nutriente y que se presente más adelante alguna complicación, recalcó la nutricionista de la Clínica Internacional.
“De igual manera, es crucial que desde una edad temprana se les inculque a las personas sobre la importancia de consumir diferentes tipos de alimentos de origen vegetal, lo que permite a su vez, desarrollar hábitos más saludables y que se pueda aprovechar al máximo no solo sus beneficios para la salud, sino también el poder disfrutar de la amplia variedad de productos que existen y las diversas presentaciones en las que podemos consumirlos, ya sea en estofados, al horno, etc. En efecto, es necesario tomar conciencia sobre el papel vital que desempeña la nutrición en nuestra salud, por lo que si optamos por una alimentación más enfocada en lo vegetal y natural, podremos disminuir significativamente el riesgo de padecer de algún tipo de enfermedad y con mayor razón si, ya tenemos alguna predisposición genética”, sostuvo Karen Velásquez.
¿Qué beneficios tiene el medio ambiente si se reduce el consumo de carne?
Lamentablemente, la industria alimentaria sigue despertando gran preocupación, pues como bien sabemos, la ganadería insostenible es una de las principales causas de la pérdida de hábitat natural, la disminución de la biodiversidad y la degradación de la tierra. De igual manera, son los responsables de cerca del 30% de las emisiones antropogénicas actuales de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático. No obstante, y a pesar de que, esta información es de conocimiento público, según asegura el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el consumo mundial de carne crecerá un 50% para el 2050.
Por consiguiente, como destacó la especialista de la Clínica Ricardo Palma, es sustancial que podamos elegir de manera consciente lo que comemos, pues no solo es un aspecto clave para lograr un estilo de vida más saludable, sino también para contribuir a la solución de diversos problemas a nivel ambiental. Básicamente, al limitar nuestra ingesta de carne- así sea un día a la semana- puede disminuir estas emisiones y favorecer a la mitigación del cambio climático. Asimismo, al reducir la demanda de carne, se minimiza el empleo de agua y tierra, promoviendo un uso más sostenible de estos recursos tan importantes.
“Otro punto relevante, es la reducción del sufrimiento animal, pues lastimosamente la industria ganadera hace uso de prácticas crueles que llevan al sacrificio de millones de animales. Sin embargo, si las personas limitamos nuestro consumo, la necesidad de productos de origen animal será menor. Por lo tanto, al optar por fuentes de proteínas vegetales en lugar de carnes u otros alimentos de origen animal, se promueve un sistema alimentario más compasivo y ético que respeta la vida, el bienestar de los animales y el medio ambiente”.