En cien años, para el 2121, cuando se conmemore el tricentenario de la independencia, los peruanos de entonces abrirán una cápsula del tiempo dejada por nuestra época y se reencontrarán con su pasado. Es posible que para esos días futuros, nuestra modernidad sea ya una idea arcaica del mundo, un objeto de estudio para la historiografía.
El próximo 20 de julio, se presentará públicamente la llamada “Semilla del tiempo del bicentenario”, un contendedor de acero que conservará durante un siglo objetos de hoy que cobrarán especial significado sobre el Perú cuando era una república de 200 años, con enormes retos por delante.
La cápsula tiene forma de un cántaro inca antropomorfo con motivos chimú. Tiene un alto de 1.60 metros y un ancho de 1.20 metros. Se ha construido en los talleres de los Servicios Industriales de la Marina con acero naval. Quedará herméticamente sellada como un submarino.
“Será un diálogo entre los peruanos del presente y del futuro, cien años después del bicentenario. Surgió como idea cuando nos preguntamos qué queremos dejarle a nuestros descendientes, cómo queremos que nos vean y nos reconozcan”, comenta la directora ejecutiva del Proyecto Bicentenario, Laura Martínez.
Dentro de la semilla se dejarán objetos simbólicos relacionados a los valores ciudadanos, a la diversidad cultural, a las creaciones artísticas, a la pandemia del COVID-19, a la inclusión y otros. Para la selección de los objetos, el Ministerio de Cultura lanzó una convocatoria pública a personas naturales e instituciones del país. Se presentaron un total de 167 propuestas que están siendo evaluadas.
La semilla será “sembrada” simbólicamente en la plaza Bicentenario del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, ubicado en Pueblo Libre. Ahí se quedará durante los próximos 100 años hasta que en julio del 2121 sea abierta por los peruanos de entonces. Se tiene previsto que el presidente de República, Francisco Sagasti, y otras autoridades participen de esta ceremonia.
-Proceso de selección-
Rafael Varón, director del mencionado museo y miembro del grupo que selecciona los objetos que contendrá la semilla, explica que una de las cosas que se está evaluando guardar en la cápsula son dispositivos electrónicos.
“No sabemos si dentro de 100 años tendrán los soportes tecnológicos para leer memorias externas o USB como hoy para nosotros es difícil encontrar lectores de disquetes. Estamos buscando alternativas para garantizar que puedan leerlos”, comenta.
¿Cómo se imaginan el momento en que la semilla se abra? Varón cree que los peruanos de entonces recibirán estos objetos con “la misma emoción con la que un arqueólogo descubre una bóveda llena de objetos de la antigüedad”.
Martínez cree que, cuando descubran objetos como mascarillas con motivos andinos y amazónicos, los peruanos de ese momento quizá reflexionen sobre las difíciles circunstancias que vivía el país cuando conmemoró sus 200 años de independencia con una pandemia a cuestas. “No sabemos qué problemas estarán afrontando ellos. Queremos dejarles un mensaje”.
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