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El boxeador peruano que fue subcampeón latinoamericano, se convirtió en vigilante y logró frustrar el asalto a un banco en los años 60
A fines de enero de 1969, dos delincuentes intentaron robar más de 100 mil soles de una sucursal del Banco Central Hipotecario del Perú, ubicada en Miraflores. Julio Paredes Huapaya, boxeador peruano y subcampeón latinoamericano en 1968, logró capturar a uno de los criminales. De esta manera, se convirtió en un héroe.
Era la mañana del miércoles 29 de enero de 1969, cuando dos personas llegaron hasta la sucursal del Banco Central Hipotecario del Perú, ubicada en la esquina de las avenidas Larco y Benavides, en Miraflores. Ya en el lugar, uno de ellos pidió realizar unos trámites en ventanilla. Para ese momento solo había once empleados en el local financiero. Nada hacía indicar lo que pasaría minutos después.
A las 8 y 20 de la mañana, el cliente de la ventanilla aprovechó un descuido de la cajera, metió las manos por el vidrio y cogió 110 mil soles en billetes que la empleada estaba contando en su mostrador. El vigilante del banco, Julio Paredes Huapaya, de 23 años de edad, escuchó el grito de la trabajadora, saltó de su escritorio y empezó a perseguir al delincuente. El criminal corrió con el dinero hacía la puerta de la avenida Benavides, donde lo esperaba, a unos metros, una moto Lambreta de color celeste con franjas rojas.
Antes de subirse al vehículo de dos ruedas, el hampón fue atrapado por Paredes. Su cómplice logró escapar en segundos. Minutos después, la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) llegó al banco miraflorino para investigar el caso. El delincuente fue identificado como Emiliano Franco Cavero, de 22 años. Este criminal había estado recluido en el penal El Frontón y recién tenía 4 meses de haber obtenido su libertad. Al momento de su detención, no se le encontró ninguna arma de fuego. Solo se le halló una libreta electoral de otra persona con su fotografía pegada encima.
Ya en la comisaria, el asaltante reveló que su cómplice (el conductor de la moto) se llamaba Alberto Coquis Mata, de 22 años. Este sujeto era un conocido delincuente peruano que recién había salido del mismo penal que él hace 5 días. Según relató la cajera del banco, ella recibió los más de cien mil soles para “el movimiento del día” en la sucursal. El robo sucedió cuando la encargada volteó por unos segundos para hacerle una pregunta a su compañera.
Al escuchar el grito de la pagadora, Paredes Huapaya siguió al delincuente sin pensar si este tenía alguna arma de fuego. Cabe resaltar que el guardián bancario había sido boxeador y logrado un subcampeonato latinoamericano de peso ligero en ese deporte en 1968. También alternaba su trabajo con sus estudios secundarios en un colegio nocturno de nuestra capital. Horas más tarde, Franco Cavero confesó que el asalto lo planeó Coquis, con quien se reunió en el hotel Pisagua el lunes 27 de enero de 1969.
También señaló que fue Mata quien le entregó la libreta electoral de un sujeto llamado Antonio Armijo Jaramillo. Según reconocieron los empleados del banco, Emilio Franco fue visto dos días antes en el interior de la agencia miraflorina simulando escribir en una hoja en una de las mesas auxiliares del local. Esa “visita” al Banco Central Hipotecario le permitió conocer el movimiento interior y las zonas donde los empleados tenían una fuerte cantidad de dinero. Esa noche, se realizó varios operativos policiales y no se pudo capturar a Coquis.
Al día siguiente, el jueves 30 de enero de 1969, el jefe de la Segunda Región de la Policía, el general Pío Falcón, dio una conferencia de prensa ante los medios limeños. En su discurso, aseguró que no existía ningún vínculo “entre el robo de la agencia bancaria de Miraflores y el asalto de la semana pasada a la agencia del Banco Comercial de Zárate”. De esta manera, descartó que Emiliano Franco y Alberto Coquis sean los autores de los dos atracos.
También informó que una unidad especializada de la policía estaba investigando el robo al Banco Hipotecario del Perú y que habían tomado diversas medidas en todos los hoteles de Lima para dar con el paradero del delincuente de la moto. Además, desveló que Cavero seguía siendo interrogado por el servicio de inteligencia de la Guardia Civil (GC) y que este criminal había negado la participación de una tercera persona en el asalto.
Asimismo, contó que, durante uno de los interrogatorios, Emiliano Franco sufrió una crisis nerviosa al enterarse que su familia quería verlo. Horas después, los detectives revelaron que había la “posibilidad” de que un tercer delincuente esté involucrado en el frustrado asalto al banco de Miraflores. Según relataron los empleados de la sucursal, un hombre vestido con terno marrón se paró en la puerta de la avenida Larco, como “campana”, al momento del robo.
Al ver que el vigilante seguía a Franco, el elegante sujeto se “puso nervioso y cogió el primer vehículo que encontró para escapar del lugar”. Ese día, la policía de investigaciones tampoco pudo dar con el paradero de Coquis Mata. En las semanas siguientes, no se supo nada más de este sonado caso policial. Un atraco que no se concretó por la valentía de un boxeador peruano que representó al país en una competencia latinoamericana y se convirtió en héroe hace más de 50 años.
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