Historia de un guerrero abandonado: los recuerdos de un sobreviviente de la Guerra del Pacífico
En 1959, El Comercio descubrió a Telésforo Quirita, un ex soldado arequipeño que fue testigo del conflicto que detonó en 1879 y que llegó a conocer a Francisco Bolognesi. Así fue ese encuentro fortuito del diario decano con un hombre de acción, un héroe anónimo del siglo XIX.
Mientras el pueblo peruano se unía en una colecta para renovar la flota de la Marina de Guerra, una sorprendente historia llegó casualmente a la redacción de El Comercio. El 3 de mayo de 1959, en Arequipa, un anciano llamado Telésforo Quirita reveló que había conocido al coronel Francisco Bolognesi en la campaña del sur. Telésforo fue un valiente soldado durante la guerra con Chile (1879-1883).
Historia de un guerrero abandonado
Esa mañana del 3 de mayo, varias personas afiliadas al diario decano recorrieron las calles de Arequipa con la finalidad de recolectar fondos en beneficio de la institución naval. De puerta en puerta se acercaron a recibir los aportes de la población mistiana. Sin embargo, hubo un anciano que impresionó al corresponsal de El Comercio por donar los únicos cinco soles que tenía en ese momento.
Telésforo Quirita tenía 119 años de edad. Vivía en el barrio de Miradores y estaba sentado en su cama, muy abrigado, con un sombrero bien puesto. Al ver acercarse al reportero, suplicó que buscaran rápidamente a su único hijo: Hamado Víctor, quien desde los 16 años se enroló en la Marina de Guerra del Perú y lo abandonó a su suerte.
Tras haber logrado que lo escucharan, aplaudió el esfuerzo que hacía El Comercio para organizar una colecta nacional. “Solo quienes hemos visto desterrar a la Patria, conocemos el hondo significado que tiene esta iniciativa”, dijo, con la voz entrecortada, el longevo soldado. Además, explicó que no recordaba la fecha de su cumpleaños ya que su esposa había fallecido hace mucho tiempo y desde ese momento vivió solo. Telésforo relató que si no fuera por su sobrina, que lo había acogido en su casa, no sabría dónde terminar sus días.
Conoció a Francisco Bolognesi
Minutos después, el viejo soldado reveló que a los 39 años fue parte del batallón Junín, en la Guerra del Pacífico del siglo anterior. Allí conoció al coronel Francisco Bolognesi, héroe del Morro de Arica. Un hecho que no se borrará de su memoria, dice, son los apellidos de sus jefes en ese escuadrón militar: “Los capitanes Montoya y Galdós”.
Confesó que la guerra lo convirtió en un ferviente católico. Por eso guarda más de una docena de cuadros de imágenes sagradas, entre los que destacaban la Virgen de Chapi y el Señor de la Sentencia, regalos de su madre. “Un tesoro significativo para mí”, dijo.
Las creencias religiosas convirtieron a Telésforo en un sobreviviente. Por eso, muchas veces se escapaba de la casa de su sobrina para recorrer las calles en busca de limosna. Y es que, cuenta, no se resignaba a ser una carga para ella. “Un soldado debe morir en su ley”, recalcó el arequipeño. Afirmó -como Bolognesi- que debía quemar el último cartucho en su lucha por la vida. Así fue ese encuentro fortuito del diario decano con un hombre de acción, un héroe anónimo del siglo XIX.